Hacia soles nuevos

poema de Ya'qub

Desde que aprendí a ver

Me encontré en un mundo extraño

De muertos verticales,

Ciegos, sordos y mudos.

 

De parajes yermos

Y construcción interminable de lápidas más grandes que las definitivas, porque los muertos aún se mueven, un poco,

Torres de cemento.

 

Parecen grandes navíos,

Porque este nuevo modo de vida no está anclado en la tierra,

Sino que es marítimo.

 

Los seres existen para ceder su carbono en los circuitos de un gran y sofisticado sistema de microchips a escala gigante.

 

Una réplica de las máquinas algorítmicas que encima creen que les liberan, dándoles ventanas a inframundos, espacios simulados de libertad.

 

El complejo técnico es un territorio gris

Que reconfigura todo el paisaje y transfigura la interioridad humana,

Replanteándola como funciones,

Un híbrido de mono-robots.

 

¿A esto nos ha llevado la cacareada evolución?

Antes que descender del mono nos ha hecho simios encerrados en zoos supuestamente humanos.

 

Humaneros donde somos depredados de mil maneras visibles e invisibles.

 

Autodomesticados en las pequeñas gratificaciones que nos doblegan en una miserable autocomplacencia.

 

Desiertos crecientes que hunden sus raíces en el corazón del homo faber.

 

Entonces,

¿Quiénes, cómo y dónde harán saltar las cadenas de la técnica?

 

¿Cuándo aparecerán aquellos hombres como leones cuyos rugidos señalarán nuevos caminos como puentes que crucen arcoíris de paisajes fecundos y habitables?

 

¿Cómo de espléndidas serán sus compañeras, salvajes e indómitas, cunas de una generación de fuego y lucha hasta vencer las sombras y herencias lúgubres?

 

¿Cómo de fieros serán estos seres enteros, innegociables, inclaudicables, con un corazón encendido en la visión de un alto destino y la certeza de nuevos soles hacia los que avanzar?

Salir de la versión móvil