Editorial n.º 43

Acabamos de pasar un periodo de alta actividad electoral. Al famoso Brexit propuesto en el Reino Unido, se ha unido la repetición de las elecciones generales en nuestro país. En ambos casos las encuestas no han acertado y se ha dibujado un escenario muy diferente al esperado. Quiero centrar este editorial en el asunto europeo, ya que la experiencia de los últimos meses nos indica que tendremos tiempo suficiente en un futuro cercano para tratar la situación política española.

El sorprendente resultado en Gran Bretaña, con la salida inminente de la Unión Europea, parece que nadie lo esperaba. La inmigración y el miedo del pueblo británico a ser invadidos, principalmente por hordas de musulmanes, ha sido uno de los grandes motivos que han esgrimido los partidarios de la salida.

Sin embargo, es muy probable que lleguen un poco tarde. Al hecho relevante de que una de las ciudades más importantes del mundo como es Londres tenga un alcalde musulmán, se suman las crecientes comunidades musulmanas en cada ciudad del país, muy asentadas tanto económica como socialmente.

Quizá podamos engañarnos, pero el británico de ojos azules y pelo rubio parece que no es el único prototipo nacional y el mestizaje empieza a hacerse presente con gran fuerza. Por cierto, este mismo hecho podemos verlo en Francia, donde sin ir más lejos, la selección nacional de fútbol bien podría ser la de Ghana o Senegal.

Pues bien, Europa se tambalea. Empiezan las dudas y la incertidumbre sobre el futuro. Esta es una situación idónea para conjeturas y para realizar propuestas valientes. Así, en este momento de volcar ideas, me gustaría plantear una opción que seguro que mucha genta ha pensado. Puede que la salida de los británicos de la Unión provoque la apertura de puertas del club europeo a la poderosa República de Turquía.

Sin duda sería muy interesante observar los efectos que produciría la inclusión en Europa de una fuerte economía y de un país como Turquía, con un alto grado de industrialización y producción. Y en términos sociales sería muy interesante contemplar a los más de noventa millones de musulmanes que representa el pueblo turco paseándose libremente por Europa.

Son tiempos convulsos, pero no cabe duda de que la coyuntura que vivimos favorece que los musulmanes tengamos un papel relevante en el nuevo escenario europeo, y no debemos olvidar que la comunidad de musulmanes formamos mucho más que la Unión Europea, mucho más que un club. Formamos parte de la Ummah del Islam y tenemos un entendimiento profundo sobre el respeto a los pueblos, el respeto a sus culturas, a sus tradiciones y a sus lenguas, siempre bajo el paraguas del Din revelado por Allah, subhanahu wa ta’ala.

Pido a Allah que nos dé apertura, facilidad y una intención correcta. Amín.

Assalamu aleikum.

 

Malik A. Ruiz

Director

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