Editorial n.º 41

No cabe duda de que vivimos en nuestro país una situación política, cuando menos, curiosa. El resultado de las elecciones del pasado diciembre nos ha llevado a una paralización total de las instituciones y a un aparente desgobierno.

Esta situación, con sus matices específicos, también podemos extrapolarla a la Unión Europea, donde cada país lleva su propio martirio. Tenemos a Grecia en la cuerda floja desde hace mucho tiempo y a Inglaterra abogando por una salida como miembro de la Unión, ya que ahora no le salen las cuentas. Turquía, que podemos considerar miembro de facto de la Unión Europea, con sus más de noventa millones de musulmanes, tiene mucho que decir en la actual situación de la política mundial. Y no me refiero tanto a su posicionamiento en los conflictos bélicos como a su intervención en las políticas comerciales y el uso de su privilegiada posición geográfica.

Para completar el cuadro del desastre de la política mundial, podemos mirar a Estados Unidos. Referente del Estado de derecho y la nación defensora de las grandes libertades, se encuentra inmersa en un proceso de primarias con las imágenes del Señor Trump y la Señora Clinton como iconos mediáticos. Sin duda, parece una broma de mal gusto o el casting de una mala película de humor.

Pero esto no son más que cortinas de humo, una gran polvareda donde las grandes corporaciones y las oligarquías siguen ganando miles de millones y haciendo de este mundo un lugar cada vez más injusto y con mayores desequilibrios sociales. Cada vez que uno presta atención a los medios de comunicación en el rincón más diminuto de un periódico o en los minutos residuales de un telediario, aparecen los ingentes beneficios de grandes corporaciones, y eso que las verdaderamente poderosas ni aparecen.

Los musulmanes no debemos ser ajenos a esta situación ni dejarnos cegar por la polvareda. Somos la comunidad que está llamada a cambiar el mundo porque tenemos una enseñanza revelada por Allah, subhanahu wa ta’ala, y la práctica de nuestro amado profeta Muhámmad, la paz y las bendiciones sean sobre él.

Somos la gente del camino de en medio, y todo el que planea debe saber que Allah es el que mejor planea.

Assalamu aleikum

Malik A. Ruiz
Director

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