Editorial n.º 40

Existe una locución latina muy conocida que dice: “Excusatio non petita, accusatio manifesta”. Esta expresión resume en gran medida la situación que se está dando entre las comunidades musulmanas tras los atentados de París.

Los líderes musulmanes piden perdón por este tipo de actos y se desmarcan de estos hechos, como no puede ser de otro modo, con un servilismo al sistema y un sometimiento que parece dar a entender que sí somos culpables.

Dentro de la avalancha de noticias de las últimas semanas quiero destacar las declaraciones de la ex mujer de uno de los terroristas, que decía de él que no rezaba, que sus implicaciones religiosas eran mínimas y que, por supuesto, jamás visitaba la mezquita. En definitiva, poco tiene que ver este tipo de vida con la de cualquier musulmán.

La comunidad musulmana es amplia y extensa, como sucede en cualquier grupo humano, pero tenemos que tener mucho cuidado con las declaraciones simplistas como: “Islam es paz”; y esto es cierto, aunque incompleto, porque Islam es un Din completo, donde todo está previsto con la mayor misericordia. Por tanto, Islam es paz, pero en nuestra sociedad también hay guerra, e Islam estipula sus condiciones y los límites en los que tiene que desarrollarse.

Por consiguiente, rechazamos y condenamos los atentados de París del mismo modo que condenamos y rechazamos los bombardeos indiscriminados sobre Siria del Gobierno francés con miles de muertos, que son obviados por las autoridades mundiales y silenciados de forma vergonzosa por los medios de comunicación.

Pido a Allah que proteja a la Umma del Islam y que proteja especialmente a todos los musulmanes que se encuentran en dificultad. Amín.

Malik A. Ruiz
Director

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