Editorial n.º 38

Oil field at Sunset

Los musulmanes nos hemos convertido en sospechosos. Esta sentencia podría fácilmente ser el título de una novela de ficción, pero nada más alejado de la realidad. Nos hemos convertido en sospechosos y además se da el caso de que muchos musulmanes están facilitando esta situación, inconscientemente o de forma deliberada.

Cada semana, a lo largo de los últimos meses, nos levantamos con arrestos de los llamados “yihadistas” que abogan por la guerra santa y están dispuestos a entregarlo todo y unirse a las filas del ISIS en su batalla no se sabe muy bien por qué. La característica que empieza a aparecer como novedad en los últimos arrestos es que son conversos. El mensaje está claro: ¡Ojo, que no son solo inmigrantes desarraigados, sino también españoles de nacimiento que han decidido hacerse musulmanes!

Cuando suceden este tipo de acontecimientos es inevitable que surja una cierta desazón y que la comunidad musulmana sufra una sensación de incomprensión. Y este es el momento clave para los musulmanes que hemos recibido un conocimiento puro basado en las indicaciones de Al-lah, subhanahu wa ta’ala, y en la práctica de nuestro amado Profeta Muhámmad, que la paz y las bendiciones sean con él.

Este es el momento del equilibrio. Es conocido que el Din del Islam es el camino del medio. En estos momentos es fácil caer en una oleada populista convirtiendo en malos, muy malos, a todos los arrestados. Un ejemplo de este populismo lo tuvimos a principio de año cuando, ante un ataque terrorista contra un periódico francés, se movilizó medio mundo en una campaña de defensa de la libertad. Sin embargo, ataques como este, que sólo podemos condenar y rechazar, suceden todos los días en diversas partes del mundo con un número de víctimas mucho mayor.

El otro lado de la balanza es el radicalismo, la conquista y reconquista, la yihad, el anti Occidente, etc.

Al-lah nos ha colocado en un momento de la historia propicia para el cambio. Nos ha revelado un conocimiento muy profundo y nos ha enviado al mejor de la creación, el Profeta Muhámmad, como herramientas para ser los protagonistas de este cambio. La sociedad demanda alternativas, demanda esperanza y demanda altas expectativas.

Todo esto se encuentra en el camino del Islam, y los musulmanes tenemos la responsabilidad y la obligación de trasmitirlo.

Pido a Al-lah que nos conceda un conocimiento útil y nos otorgue una alta himma. Amín.

Malik A. Ruiz

Director

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