Inmaculada Michinina: «Estáis subidos en un pedestal»

Vista de Cadiz
Vista de Cadiz

Hay un vídeo que circula en internet y que está causando revuelo en las redes sociales, tanto como para que el Gobierno de Cádiz haya tenido que buscar a la prensa para dar explicaciones y que ha causado más de un desliz de la alcaldesa de esta ciudad.

Recapitulemos. Inmaculada Michinina, gaditana en paro y que se busca la vida vendiendo en un baratillo de la ciudad, acude al pleno del ayuntamiento y transmite su queja en su turno de palabra. Esto no hubiese ido a más sino hubiese sido porque la susodicha les dijo cuatro cosas a los políticos allí presentes llenas de verdad e indignación. “Gracias por mostrarse en cada pleno como sois, sin máscaras, sin sonrisas falsas… como hacéis en nuestras calles” dijo la gaditana, “Vosotros nos demostráis, en cada pleno, que pasáis de nosotros, que os importamos tres pitos. Que nosotros, los que os hemos dado ese puesto de trabajo, por el que cobráis y nosotros ganamos una puta mierda, ustedes, ustedes no lo valoráis”, a lo que después añadió: “¿Para quién trabajáis…? Para nosotros. Sí, ustedes trabajáis para el pueblo y no os habéis enterado”. Y después de esto dijo algo que cada día es más verdad: “Estáis subidos en un pedestal”.

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Pocos días después la alcaldesa de Cádiz, a quien iba dirigida la queja de esta mujer, publicó un mensaje en Twitter en el que decía: “Hay quien pide para comer y tiene Twitter, que cuesta dinero”. En un programa de radio matutino en el que hablaron con Inmaculada le pusieron la respuesta que el teniente de alcalde había dado a su discurso. En esta el teniente de alcalde, para distraer la atención del asunto principal, llevaba el tema a una crítica personal del estado de Inmaculada y le decía, entre otras cosas, que dada su situación ella era la menos adecuada para quejarse. A esto Inmaculada respondió: “Díganle al teniente de alcalde que se dé una vuelta por la playa, donde mi marido vende latas, o por el baratillo y que vea la situación, y que luego intente vivir con lo poco que ganamos, entonces podrá hablar”.

El vídeo de esta mujer ha levantado una oleada de críticas en las redes sociales y es que transmite un sentimiento popular: los políticos se han establecido como una clase social aparte de la gente común. Una clase de técnicos bien remunerados que se limitan a cumplir las ordenanzas sin preocuparse por el bienestar social y que están subidos a un pedestal. En eso tenía razón Inmaculada, pero hay algo en lo que se ha equivocado: no trabajan para el pueblo, sino para las entidades usureras que son los causantes de esta crisis.

Inmaculada demanda en el vídeo el derecho a vender sus artesanías, derecho que en el Islam está garantizado dado que el mercado es un sitio libre en el cual el monopolio está prohibido y en el que cualquiera, desde el más humilde hasta el comerciante más rico, pude vender sus productos sin necesitar el permiso de nadie.

Los gaditanos, acostumbrados a agudizar el ingenio para plasmarlo en feroces críticas en las comparsas de los Carnavales, nos tardarán en hacer eco de este suceso.

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