En el banco los depósitos no están seguros

En el banco los depósitos no están seguros

Ayer fue día de reuniones, se reunía la Liga Árabe, se reunían los BRICS y, para no quedarse fuera, se reunía Rajoy con su homólogo Francés. Trataron los temas recientes, sobre todo la respuesta europea a la crisis de Chipre. En la rueda de prensa posterior ambos coincidieron diciendo que el rescate a los bancos de Chipre y las condiciones impuestas no son aplicables en otros países.

Pero todos dudaron de estas afirmaciones, dudaron los mercados, dudaron los periodistas y dudamos nosotros. Más aún después de las afirmaciones que se le escaparon al presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem. Este, en una entrevista, dijo: “Si los bancos no pueden recapitalizarse, entonces hay que pedirles a los accionistas y a los poseedores de deuda que contribuyan. Y si es necesario hay que llegar hasta los depositantes y preguntarles: ¿Qué podéis hacer para salvar vuestro propio banco?” Es decir, que siguiendo el modelo Chipriota, todo el que tenga dinero en un banco paga. Su teoría, que le viene de los alemanes, de que aquel que toma riesgos paga, no es del todo desacertada si se dejase a los bancos quebrar cuando esto sucede. El problema es que esta teoría tiene una doble contradicción: la primera que los bancos no pagan, sino que se recapitalizan creando más deuda pública (la cual pagamos todos), y segundo, que aquellos que depositan su dinero en un banco no participan de los beneficios derivados por las prácticas bancarias, excepto los que lo ponen en cuentas que les produzcan intereses.

Cuando la crisis se hizo notar de manera relevante en Europa, allá por 2008, la Unión Europea, en los primeros rescates, aseguraba que los depósitos eran intocables. Ahora solo los inferiores a cien mil euros lo son, pero no sería de extrañar que esto no durara mucho. Muchos economista sugieren a los inversores de oro no fiarse ni de los títulos físico de posesión, puesto que dicen que estos, además del papel moneda, van a sufrir devaluaciones, y que lo mejor es tener control físico del oro. No estaría de más seguir su ejemplo y cambiar nuestros ‘títulos de posesión’ (todo papel moneda es un título promisorio) y nuestros dígitos bancarios por control físico del mismo.

 

 

 

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