El Islam no concibe ninguna dictadura

Portada de The Economist - Recep Tayyip Erdogan
Portada de The Economist – Recep Tayyip Erdogan

Ahora es cuando las cosas se ponen serias: en la portada de The Economist, el actual primer ministro turco, Recep Tayyib Erdogan, aparece disfrazado como un “sultán”. Esto no ocurre sin que tenga un efecto. Ahora la gente corriente en Turquía no va a pensar sobre los hechos de la historia turca, sino de dictadura –de Hitler o Stalin como mínimo–.

Pero la verdad es que la dictadura o el todo-poderoso estado no son invenciones islámicas. La historia no has dado en repetidas ocasiones dictadores elegidos democráticamente, pero no sultanes dictadores. Después de todo la gente se olvida con facilidad que en las últimas elecciones el primer ministro turco consiguió más del 50 por ciento de los votos. También se olvida con facilidad que fue el partidio AKP, y no la OTAN, quien recordó al antidemocrático Ejército turco sobre la democracia.

Erdogan puede que ser un político que aplique la “política de fuerza” (N.T. power politician), pero aquellos que le cuelgan el atuendo de dictador, y quienes en realidad van a por su islam, se deben parar un momento a reflexionar. Los derechos que el primer ministro turco está usando en este momento –de forma correcta o no– se derivan solo de la (secular) constitución turca. Si la dictadura de un partido en Turquía (desafortunadamente) fuese todavía posible, entonces sería un típico problema constitucional moderno.

Otro problema para la ley constitucional moderna –no solo en Turquía– son las estructuras globales de capital financiero que ponen en entredicho la soberanía nacional y la primacía de la política. Erdogan realmente necesita tomar medidas sobre este punto.

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