Dentro de poco los Hermanos Musulmanes llegarán a la misma conclusión a la que otros Gradualistas (en el establecimiento del Islam), como el partido FIS (Argelia) y el partido Rafah (Turquía), han llegado. Simplemente no se puede usar el sistema político post-colonialista en países musulmanes contra sí mismo; está apoyado y asegurado por los mismos poderes que lo crearon como una jaula.
Hacer esto es como entrar en un casino y usar tu dinero jugando a los juegos azar, esperando ganar lo suficiente como para comprar el casino y cerrarlo. En realidad estás desperdiciando tu dinero y tiempo y haciendo al casino más rico, porque ‘la casa siempre gana’.
El Gobierno de los EE. UU. entiende que los partidos islámicos son populares –representan el deseo de la gente por un sistema Islámico–. Sin embargo, se dan cuenta que aunque no pueden prevenir el auge al poder de estos partidos, la situación no está totalmente fuera de control. Esto es, los EE. UU. simplemente tiene que permitir que estos partidos acepten un rol muy limitado en el poder y después cerrarles todas las puertas para que parezca que han fracasado a los ojos de la gente. Dado que Mursi no quería, o no podía, cambiar el sistema, él y su partido serán colgados públicamente (como ejemplo para otros).
Lo que pasa ahora es que los Hermanos Musulmanes claman que esto es un robo y demandan que la gente respete la democracia (o lo que es lo mismo, que Mursi es un lider elegido legítimamente). Pero no entienden de qué forma los liberales usan la democracia. El liberalismo no existe para servir a la democracia; la democracia existe para servir al liberalismo. Esta es la razón por la que la constitución de los EE. UU. fue creada: porque los padres fundadores de América no confiaban en el gobierno de la mayoría. La constitución define las leyes y derechos esenciales, y la gente solo elige líderes para implementar ese constitución liberal, o para hacer leyes dentro de sus límites (por cierto, al público americano no les fue dada una opción sobre la constitución de los EE. UU.). ¿Es que Mursi no ve que si la democracia no produce los resultados que los liberales quieren, ellos no tienen problema en volverse violentos para defender el liberalismo e ignorar le democracia?. Este hecho debería ser aparente para cualquiera que haya estudiado historia.
Los Hermanos Musulmanes tendrían que haber cambiado el sistema, no solo jugar a juegos con él esperando que el sistema les permitiese volcarlo. Mursi trató de calmar a los EE. UU. e Israel cerrando la frontera con Gaza, incluso más de lo que lo hizo Mubarak. Mendigó por préstamos con interés extranjeros –a pesar de que debería haber confiscado las propiedades del complejo militar-industrial egipcio obtenidas de forma ilícita y haberlas distribuido entre los pobres–. Podría haber cambiado la economía de la producción del algodón (para la exportación a países occidentales) en producción de comida para su gente. Trató de calmar a los secularistas haciendo que Egipto se quedase muy lejos de ser un estado islámico –contento tan solo de añadirle un poco de condimento islámico. Pero ahora se dará cuento de que los dos mil millones de dólares que los EE. UU. paga a los generales mercenarios egipcios no vienen sin condiciones. Se dará cuenta que el Ejército egipcio son los que de verdad entronan en Egipto y que solo estaban esperando que la gente se volviese contra los Hermanos Musulmanes en Egipto para deponerlos, o, al menos, hacer su poder insignificante a través de un ‘gobierno de unidad’ (compuesto por los perdedores electorales pro-seculares).
Así que en lugar de empujar hacia el objetivo del restablecimiento del Islam, los Hermanos Musulmanes fueron los peones involuntarios de un juego diseñado para que los movimientos islámicos parezcan incompetentes –haciendo retroceder décadas el trabajo de restablecimiento.
De todas maneras ahora no es el momento de decir a los Gradualistas: “Te lo dije”, sino: “¿Haréis las cosas diferentes ahora?”.
Fuente original: Facebook de Abdullah Al Andalusi – http://abdullahalandalusi.com/