Viviendo el Ramadán

Ramadán es un mes señalado en el calendario de todos los musulmanes. Naturalmente, cómo se vive varía según el lugar en el que se reside. No es lo mismo hacerlo en un país de mayoría musulmana, en el que la vida diurna prácticamente se detiene, que hacerlo en un lugar en el que los musulmanes son minoría, y en el que hay que conciliar el ayuno con el ritmo de la vida cotidiana.

 

Además, el ayuno, su duración, depende del lugar, de la latitud, cuanto más alejado del ecuador, mayor será el tiempo de ayuno. Así, podemos observar que en Madrid se ayunan alrededor de diecisiete horas, en Londres sobre diecinueve, y, en el otro extremo, en Santiago de Chile, menos de once horas.

 

En todas las mezquitas, alrededor de todo el planeta, se preparan para recibirlo y, durante este mes, llevan a cabo actividades especiales.

 

De este modo, en el Centro Cultural Islámico de Madrid, Sami El Mushtawi, Director de su Departamento Cultural explica que “mucho antes del inicio de Ramadán, el Centro Cultural Islámico de Madrid se prepara para ello: se hace mantenimiento de la mezquita, se pintan las paredes si es necesario, se lavan las alfombras, etc.”.

 

Asimismo, se edita el horario del salat, que es enviado a instituciones y embajadas, al mismo tiempo que se entrega a los musulmanes que acuden al centro.

 

“Al inicio de Ramadán -señala el Sr. El Mushtawi- el Centro abre sus puertas para entrevistas a medios de comunicación con el objetivo de informar respecto al significado e importancia del ayuno de Ramadán para los musulmanes”.

 

Entre las actividades que se realizan durante el Ramadán, destacan el iftar diario, durante todo el mes, para más de 500 personas, y el suhur durante las diez últimas noches, además del tarawih, la oración nocturna, de la que se hacen cargo dos imames.

 

En Chile, la comunidad musulmana, cuenta con alrededor de 3500 miembros y está formada por chilenos que han aceptado el Islam e inmigrantes, de Oriente Medio mayormente.

 

Muhámmad Said Sufie, secretario general del Centro Islámico de Chile, fundado en 1926, explica que “Ramadán es un mes muy esperado por la gente de la comunidad islámica chilena, y ya es costumbre, desde hace unos veinte años, que la mezquita ofrezca una cena iftar a los miembros de su comunidad. Esta se lleva a efecto en un salón para los varones y en otro para las mujeres. Lo que comenzó como un tímido inicio con pocos asistentes, hoy, alhamdulillah, ya cuenta con un número importante de ayunantes que acuden a la mezquita a orar y romper el ayuno en ella”.

 

Este año, por primera vez en la historia, el Gobierno chileno, encabezado por su presidenta Michelle Bachelet, invitó a la comunidad musulmana a un iftar, acto en el cual, además de la tradicional ruptura del ayuno, se pudo escuchar, en el Palacio de la Moneda, el adhán, hecho que emocionó a los presentes, y en especial a los invitados musulmanes.

 

En la Mezquita Mayor de Granada, abierta en el año 2003 y situada en el emblemático barrio del Albaicín, frente al palacio de la Alhambra, cada día de Ramadán desde su inauguración se ofrece un iftar, dátiles y leche, como indica la Sunna y, después de la oración, harira, una sopa tradicional del norte de África elaborada a base de tomate, carne y legumbres. Además, se hace el tarawih, en el cual se recita, a lo largo del mes, el Corán completo a cargo de los dos imames de la mezquita, Sheij Ahmed Bermejo y Sidi Said Erraziqi.

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