Turquía restringe el consumo de alcohol

Se restringe la venta de alcohol en TurquíaLos efectos perniciosos del consumo de alcohol son conocidos por casi todos, no es necesario que investigadores expertos nos hablen de los efectos negativos en la sociedad, aunque podemos citar numerosos estudios, basta con que miremos a nuestro alrededor o que nos preguntemos si conocemos a alguien con problemas de este tipo. Aun así citemos un estudio llevado a cabo por la WHO (Organización mundial de la salud, por sus siglas en inglés) en 2011 en el cual se habla de los efectos del consumo de alcohol: “El uso pernicioso de alcohol resulta en más de 2.5 millones de muertes cada año.  320.000 jóvenes de entre 15 y 29 años murieron por causas relacionadas con el alcohol, resultando en un nueve por ciento de todas las muertes en ese grupo de edad. El  alcohol es el tercer principal factor de riesgo mundial de contraer una enfermedad; es el primer factor de riesgo en el Pacífico Occidental y las Américas y el segundo en Europa. El alcohol está relacionado con muchos problemas sociales y de desarrollo, incluyendo violencia, negligencia infantil y abuso y absentismo del trabajo. El uso perniciosos del alcohol es un problema global que compromete el desarrollo individual y social […] daña el bienestar y la salud de aquellos alrededor del bebedor […] De esta manera, el usos pernicioso del alcohol cala hasta lo más hondo de la sociedad”.

A pesar de esto se dice comúnmente que un consumo moderado no es pernicioso y es una práctica social muy extendida, cada vez más entre los jóvenes que se inician cada vez más jóvenes en su consumo. En el Corán encontramos la siguiente aleya (versículo):

“Te preguntan sobre el vino y el juego de azar. Di: En ambas cosas hay mucho daño para los hombres y algún beneficio, pero el daño es mayor que el beneficio” (2:219).

Botellódromo de Granada en la fiesta de la primavera

El paisaje de los “botellódromos”, con miles de jóvenes reunidos con la única razón de beber hasta perder el conocimiento y con policías y ambulancias esperando para recogerlos cuando les dé un coma etílico debería ayudarnos a ilustrar esta cita.

A propósito de los jóvenes y de la ley aprobada en Turquía para prevenir el consumo (título de este artículo y de la cual hablamos un poco más abajo) Tayyip  Erdogan dijo: “No queremos una generación que beba día y noche y que se eche a perder. Los jóvenes deberían estar espabilados y armados de conocimiento. Esa es la generación que queremos y estamos dando pasos en esa dirección”.

La enmienda a la ley sobre la venta y publicidad del alcohol en Turquía incluye que los productores tendrán que incluir etiquetas avisando de los riesgos del consumo –igual que ya se hace con el tabaco–, estará prohibida la venta entre las 10 pm y las 6 am, la compañías productoras estarán vetadas de patrocinar eventos y los lugares donde se venda alcohol no podrán mostrar abiertamente la bebidas. Tampoco se podrá vender alcohol a menos de cien metros de una mezquita o un centro educativo. Estas medias pretenden continuar el éxito de las ya tomadas, que imponen altos impuestos a las bebidas alcohólicas, y otras similares, que han reducido un tercio el consumo, tal como ha dicho el viceprimer ministro Bülent Arinç.

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