Rilke en Andalucía

Rilke y el Islam

Rainer Maria Rilke (Praga, 1875 – 1926, Val Mont/Suiza) fue el poeta, en lengua alemana, más grande del siglo XX y uno de los más grandes poetas de la literatura universal.

Tras la publicación de Los cuadernos de Malte LauridsBrigge (1910), Rilke sufrió una prolongada crisis creativa que no cesó del todo hasta febrero de 1922, año en que completó las Elegías de Duino, que había comenzado en 1912.

En noviembre de 1912, Rilke realizó un viaje a España, en el que visitó numerosas ciudades (Toledo, Córdoba, Sevilla…), permaneciendo durante más de dos meses en la ciudad malagueña de Ronda, donde trabajó en la Sexta de las Elegías de Duino. Con esta visita a Andalucía y el encuentro con la historia de España, Rilke descubrió nuevas formas creativas.

¿Quién era Rilke? En Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, escribió:

−¿Es posible que a pesar de las invenciones y progresos, a pesar de la cultura, la religión y el conocimiento del universo, se haya permanecido en la superficie de la vida? ¿Es posible que se haya, incluso, recubierto dicha superficie –que, después de todo, aún habría sido algo-; que se le haya recubierto de un tejido increíblemente aburrido, que le hace parecerse a muebles de salón en vacaciones de verano?

−Sí, es posible.

−¿Es posible que toda la historia del universo haya sido mal comprendida? ¿Es posible que la imagen del pasado sea falsa, porque siempre se ha hablado de sus muchedumbres, como si no fuesen más que reuniones de muchos hombres, en lugar de hablar de aquél alrededor del cual se congregaban, porque era extraño y moribundo?

−Sí, es posible.

(…)

−¿Es posible que haya gentes que digan: “Dios” y piensen que sea un ser que es común a todos? Ved estos dos colegiales: uno se compra un cortaplumas, y su compañero, el mismo día, se compra uno idéntico. Y después de una semana, al enseñarse sus navajitas, parece que no hay entre ambas más que un parecido remoto, tan distinta ha sido la muerte de las dos cuchillas en manos diferentes.

−“Sí” − dice la madre de uno−, “siempre estropeas todo…”.

−Y más aún: ¿Es posible que se crea tener un Dios sin usarlo?

−Sí, es posible.

Rilke escribió en sus cartas durante su estancia en España:

 

(…) La religión es algo infinitamente simple, ingenuo. No es un conocimiento ni el contenido de los sentimientos, (…) no es ni un deber ni una renuncia, no es una limitación: sino que en la extensión perfecta del universo es una dirección del corazón. (…) Que el árabe a unas horas determinadas se vuelva hacia el este y se postre, eso es religión. Rara vez es “fe”. No tiene contrario. Es un estar en movimiento natural dentro de la existencia, a través de la cual pasa el aire de Dios tres veces al día por el mero hecho de eso: ser flexibles (…) (Carta de Rilke; 1921)

(…) Aquí leo el Corán y me asombro, me asombro , y tengo de nuevo ganas de aprender árabe. (…) (Carta a Lou Andreas-Salomé, Ronda, 19.12.1912)

(…) Lo mismo que no necesito un cura entre Dios y yo, no necesito un médico aquí; me relaciono corporalmente con mi naturaleza, como espiritualmente con Dios de forma infinitamente directa. Sólo que así es más difícil, pero exactamente, pero exactamente, a vida o muerte. (Carta a la princesa Marie von Thurn und Taxis, Ronda, 14.1.1913)

(…) Islam (…), (ese cristianismo redondo como una fruta y cerrado) (…) (Carta a Sidonie Nádherný von Borutin, París, 30.3.1913)

Cuando se comete el error de querer acomodar términos católicos sobre la muerte, el más allá y la eternidad a elegías o sonetos, uno se aleja completamente de su punto de partida y se prepara un malentendido cada vez más profundo. El “ángel” de las elegías no tiene nada que ver con el ángel del cielo cristiano (más bien con la figura del ángel en el Islam)… (Carta de Rilke, 13.11.1925)

(…) Dios mío, recordé con súbita vehemencia, ¿eres, pues, así? Hay pruebas de tu existencia. Las he olvidado todas, no he pedido nunca ninguna, pues ¡qué formidable obligación estaría contenida en esta certidumbre! Y sin embargo, me la han demostrado ahora. He aquí tu gusto, he aquí tu placer. Aprender a soportar todo y a no juzgar. ¿Qué cosas son las que condenas, cuáles las que te agradan? Tú sólo lo sabes… (Los cuadernos de Malte Laurids Brigge)

La estancia de Rilke en Andalucía, su encuentro con la historia del Islam en Europa, le ayudó a superar su crisis creativa. Los musulmanes europeos ven en él, y en otros grandes europeos tales como Goethe, Nietzsche y Carlyle, ejemplos de cómo Europa entera podría encontrar una salida a la crisis actual a través del Islam, contemplado como filtro que mejora cada cultura.

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