Protestas, bajadas de precios y sanciones en el sector lácteo

Protestas, bajadas de precios y sanciones en el sector lácteo

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha activado los mecanismos de vigilancia ante la situación del sector lácteo. Tras el expediente y multa de 88,2 millones de euros al cártel de las industrias lácteas por repartirse éstas el mercado de la leche cruda y pactar precios de recogida a los ganaderos, el sector sigue asomado a su particular abismo, agravado además por el fin del sistema de cuotas previsto en el nuevo periodo de la Política Agraria Común (PAC).

De este modo, fuentes próximas al caso refieren que la subdirección de Vigilancia del organismo regulador ha venido recabando en los últimos meses abundante información sobre el sector, desde los contratos, comunicaciones y suministros recogidos en organismos oficiales como la Interprofesional del Sector Lácteo (Inlac) y el Fondo de Garantía Agraria (Fega), así como en la base de datos Infolac, un sistema unificado de información creado por el Ministerio de Agricultura en abril de 2015.

Antes que esta información oficial, Vigilancia había recibido también un dossier de más de 200 páginas con artículos periodísticos y enlaces sobre la situación. Y previsiblemente se dirigirá a las industrias en las próximas semanas, posiblemente a partir del 1 de septiembre dado que agosto no es mes hábil, en especial a las que participaron en el cártel, para requerir esta misma información e, incluso, identificar datos de productores, cooperativas y duración de contratos.

En realidad se trata de un procedimiento previsto en el artículo 41 de la propia Ley de Defensa de la Competencia, tal y como explican desde la CNMC. Además, en la propia resolución ya se mencionaba que Vigilancia estaría atenta al cumplimiento de las sanciones y que monitorizaría la situación, para impedir que las conductas sancionadas se reprodujeran o repercutieran negativamente en los afectados.

Riesgo de desaparición

Los precios de la leche cruda abandonaron hace ya tiempo el umbral de la viabilidad, situado en 38 céntimos por litro aproximadamente, para instalarse en niveles que abocan a medio plazo a la desaparición de miles de explotaciones ganaderas -menos de 30 céntimos por litro y en no pocos casos de nuevos contratos por debajo de 25 y hasta de 20 céntimos-.

La realidad no da respiro. A finales de mayo, Logística Alimentaria, comprador autorizado que adquirió la planta de Leche Pascual en Outeiro de Rei (Lugo), plantó a ganaderos gallegos que le acusaron de chantaje cuando les ofreció 17 céntimos por litro de leche. Leche Río recogió a estos ganaderos, pero a finales de junio dejaba a su vez 22 explotaciones de Lugo y A Coruña alegando que no cumplían los estándares de calidad. Esa leche fue a parar finalmente a Reny Picot, que sí aceptó recoger la leche pagándola a 18 céntimos de euro.

Pocos días después, el 8 de julio, Río dejaba también de recoger leche a otras 24 explotaciones de Rodeiro (Pontevedra) alegando «problemas con las cisternas». De nada valieron las acusaciones de «terrorismo económico» contra Río lanzadas incluso por políticos locales: la leche se la quedó al final una fábrica de quesos gallegos.

Aunque la situación más sangrante se localiza en Galicia, en otras comunidades ya se empiezan a escuchar las quejas. En Cantabria, por ejemplo, un total de 39 ganaderos que también entregaban leche a Logística Alimentaria se vieron sin comprador de la noche a la mañana pese a tener algunos contrato en vigor. Casualidad o no, a última hora apareció Sual, la oficina de compras de Iparlat, otra industria interproveedora de lácteos para las cadenas de distribución, y se quedó con esa leche.

La impotencia de la ministra Tejerina…

Pero ni siquiera esta determinación parece disuadir a quienes tienen fijan el precio de la leche para los ganaderos, para impotencia de la propia Isabel García Tejerina. En los últimos meses, la ministra ha sentado a las partes en multitud de ocasiones y ha pedido reiteradamente a las industrias que no dejen leche sin recoger en el campo, el escenario más temido por su carga simbólica. Y éstas parecen hacerle caso a su manera, con sus condiciones… y al precio que digan.

Tampoco ha servido hasta ahora la frenética actividad legislativa con el Paquete Lácteo y sus últimos desarrollos. El pasado 7 de julio, Tejerina afirmó que la situación se explica «en parte por la supresión del régimen de cuotas lácteas y en parte por la coyuntura del mercado mundial» y subrayó la cantidad de medidas que ha puesto en marcha el Gobierno, desde los «47.000 millones de euros de la PAC» a los «1.800 millones previstos para los lácteos», a los que se les «ha incrementado un 56% la ayuda asociada para hacer frente al nuevo escenario sin cuotas».

Días después, tras el último Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE, anunció desde Bruselas la prórroga de las medidas de almacenamiento privado y de intervención, así como una línea de crédito de 1,6 millones para avales de solicitudes de créditos para ganaderos de vacuno de leche, por un importe de hasta 35 millones de euros.

… Y la paradoja de la integración cooperativa

La titular de Agricultura ha defendido desde siempre la necesidad de mayor integración entre los ganaderos y que las organizaciones de productores de leche ganen más peso, para tener más fuerza en las negociaciones con la industria. Ya lo dispuso así incluso una ley de fomento de la integración cooperativa que nació al mismo tiempo que la de la Cadena Alimentaria, el proyecto estrella de su antecesor Miguel Arias Cañete. Ahí llega la paradoja.

Y es que la realidad es terca, según refieren muchos ganaderos, que señalan que cuando las industrias quieren tensar las negociaciones para llevar el precio a la baja se saltan la interlocución con la propia cooperativa.

«A la hora de renovar los contratos, además de las importantes bajadas de precios que ya damos por descontado que ofrecerán, nuestros compradores nos proponen incluso negociar contratos directamente con los ganaderos, uno a uno. No quieren que la cooperativa negocie un único contrato porque así nos laminan mejor.El famoso ‘divide y vencerás’ siempre da resultado. Y más en este caso», cuentan.


Fuente: elmundo.es

Salir de la versión móvil