Preparación para el Hajj

Preparación para el Hajj

El Hajj es único. No hay nada que pase en nuestro planeta que sea de alguna manera comparable al mismo. Representa verdaderamente el único modelo global de comportamiento social humano. Si unas gentes en el espacio observaran la superficie entera de la tierra por un período de años, verían algunos patrones localizados de movimiento de seres humanos. Verían ciudades llenarse hasta el tope y quedarse vacías diariamente según las gentes van y vienen de sus lugares de trabajo. Probablemente notarían en el continente europeo un movimiento de temporadas de idas y retornos entre el Norte y el Sur según que las personas se dirigen al sol para sus vacaciones de verano. Pero básicamente, el movimiento de las personas en la superficie de la tierra parecería como completamente aleatorio a un observador externo, y parecería que no hay verdadera actividad humana cohesionada que envuelva a toda la raza humana. Sólo una cosa desmentiría esta conclusión.

En cierto momento, cada año, la gente empezaría, primero solos y luego en parejas y cada vez en mayor número, a moverse hacia y reunirse en un punto árido en particular de la superficie de la tierra. Si el observador tuviera equipo muy sofisticado, vería a la creciente agrupación dando vueltas en círculos alrededor de un punto central y luego dando idas y vueltas entre dos puntos adyacentes. Entonces, en un día claramente preestablecido, toda la masa de gente agrupada sería vista moviéndose a un valle cercano, y el día siguiente cruzando hacia el desierto y permaneciendo allí por varias horas. Entonces regresarían al valle desde el que emprendieron el viaje y luego de un par de días empezarían a dispersarse y regresar a todos los lugares, cercanos o lejanos, de los cuales habían inicialmente venido. Nuestro observador ciertamente concluiría que éste era el fenómeno discernible que unía a toda la raza humana y el único patrón global de actividad humana. Desde nuestra necesariamente limitada perspectiva humana es muy fácil perder de vista este aspecto universal de la gran institución del Hajj y olvidar cuán realmente magnífico es ser parte de él.

Otro aspecto que tendemos a perder de vista es la antigüedad del Hajj y el hecho de que participando en él continuamos con una tradición intacta que ha seguido ininterrumpidamente desde los albores de la historia humana. Hace por lo menos seis mil años que Sayyidina Ibrahim instituyó los ritos del Hajj centrados en la Casa que construyó en el Valle de Makka, y esto ha venido teniendo lugar allí año tras año desde ese tiempo. Y hay evidencia concluyente de otras partes del mundo que similares agrupamientos, realizando círculos y líneas rectas, tenían lugar en épocas aun más tempranas. Entonces cuando vamos al Hajj estamos tomando parte en una serie de rituales que han sido parte integral de la existencia humana desde antes del comienzo de la historia registrada. Podemos bien ser el único vínculo vivo conectándonos como seres humanos hasta nuestro primer antepasado, Adam, y el principio de la raza humana.

Aun cuando los modernos medios de transporte han hecho mucho más fácil el Hajj, no hay duda de que la verdadera falta de dificultad involucrada en la preparación del viaje en cierta manera ha hecho más difícil darle la misma intensidad de propósito que era un acompañamiento casi automático del Hajj para los musulmanes de las generaciones pasadas. Cuando ir al Hajj significaba dejar la casa por un mínimo de varios meses, y en algunos casos por un año o más, la gente tendía a pensar mucho más seriamente acerca de aquello en lo que se estaban embarcando que nosotros, ahora que sólo es cuestión de subir a un avión por un par de horas, algo que muchos de nosotros, de cualquier manera, hacemos rutinariamente en el curso normal de las cosas. En los días pasados, la partida de alguno para el Hajj y su eventual retorno del mismo eran la razón de significativas celebraciones no sólo para cada familia, sino para toda la comunidad en muchas partes del mundo. Hoy en día se ha vuelto tan común que la partida de las personas y su llegada pasa casi desapercibida en la mayoría de lugares.

Otra manera en que la experiencia del Hajj ha sido en cierta medida devaluada ha sido la proliferación, sin paralelo, de fotografías y cobertura televisiva de los lugares sagrados. La exposición de nuestros antecesores al Masjid al-Haram y de la Ka`ba sólo ocurría a través de las palabras de la gente que se encontraban que ya antes había ido allí, descripciones escritas que podían haber leído o escuchado, algunos diagramas e ilustraciones primitivas en los libros de fiqh y las representaciones casi simbólicas que eran vistas en las paredes de las mezquitas y las zawiyyas. Esto significaba que la realidad de la visión directa de los lugares sagrados estaba restringida, para ellos, a cuando llegaban allí y los veían con sus propios ojos. Cuán ardiente era su deseo y cuán profundamente conmovedor era para ellos la visión directa.

De cualquier manera, nosotros hemos sido bombardeados con imágenes fotográficas de estos maravillosos lugares –ninguna casa de un musulmán está completa sin una foto de Makka al-Mukarrama y otra de al-Madina al-Munawwara agraciando sus paredes en algún lugar – y casi todos nosotros hemos visto las masas circunvalando la Casa de Allah y yendo entre Safa y Marwa en la televisión, al punto que es casi posible sentir que hemos estado en Makka sin haber viajado allí en absoluto; es posible incluso atender a la oración del Jumu`a en la Masjid al-Haram y la Mezquita del Profeta, salla`Llahu `alayhi sallam, sin dejar tu sillón favorito, y algunas gentes lo hacen. Mientras que en verdad no es cierto decir de los musulmanes que en relación con estas cosas la familiaridad ha producido desdén, creo que puede ser dicho justamente que la familiaridad ha producido una cierta indiferencia hacia ellos, una suerte de sentimiento de sé-todo-acerca-de-esto, respecto al cual es muy difícil no estar afectado.

La razón por la que me he extendido un poco sobre esto es porque tiene una inmediata relación con lo que es probablemente el aspecto más importante de nuestra preparación para ir al Hajj, el ponernos listos para este viaje que es el más significativo que hacemos en nuestras vidas. Esta comodidad del viaje y la excesiva exposición de imágenes de los lugares sagrados definitivamente tiene un efecto, y un resultado desafortunado de ello es que el grado de previsión y preparación, tanto interna como externa, que la gente le da ahora al hecho de ir al Hajj tiende a ser significativamente menor que la que antes solía haber. Hay poca duda de que se ha vuelto mucho más difícil para la mayoría de la gente generar la misma intensidad de propósito que les venía tan naturalmente a nuestros antepasados. El Profeta, salla`Llahu `alayhi sallam, dijo:

“Las acciones sólo valen por sus intenciones. Cada uno consigue lo que se propone. Por tanto, todo aquel que emigra hacia Allah y su Mensajero, su emigración ciertamente es hacia Allah y su Mensajero. Pero aquel que emigra para ganar algo de este mundo o para casarse con una mujer, su emigración es hacia aquello a lo que ha emigrado.” (Bujari, An-Nawawi)

Este hadith, transmitido por el Amir al-Mu`minin, `Umar ibn al-Khattab, radiya`Llahu `anhu, es el primer hadith en la colección Sahih del Imam Bukhari y también fue escogido por algunos otros, incluyendo al Imam an-Nawawi en su Riyad as-Salihin, para encabezar sus colecciones de hadith. La razón por la cual estos grandes doctores dieron primacía de posición a este hadith en particular, es que contiene el precepto fundamental en el cual está basado todo lo que hacemos – sin una correcta y sincera intención nuestras acciones no tendrán ningún valor ante Allah; de hecho no tendrán ningún tipo de existencia. Allah tabaraka wa ta`ala dice respecto a las personas que realizan acciones sin una intención apropiada que:

“Las obras de los que niegan a su señor son como cenizas que se lleva el viento en un día huracanado” (Sura de Ibrahim, 14:18).

Qué rastro encuentras de ello cuando eso ocurre –nada en absoluto. No, es sólo la intención aquello que conecta lo que hacemos con Allah, la que hace nuestras acciones reales de tal manera que ellas sobrevivirán a nuestra partida de este mundo y serán cosas que encontraremos que cuentan para nosotros en el balance del Día de las Cuentas. Sin una intención clara y definida será como si en efecto no hubiéramos hecho nada en absoluto. Por esta razón, los estudiosos siempre han puesto en claro que todos los actos de adoración deben ser presididos por una clara intención. En el caso de la oración, si tú olvidas tu intención siempre tienes una oración unas horas luego para componer ello. Con el ayuno siempre hay un siguiente día de manera que no se habrá hecho un daño irreparable. Pero con el Hajj, usualmente algo de una oportunidad en toda la vida, el fallo en poner la intención adecuada puede bien ser irremediable. El hecho de que estén hoy aquí es una clara indicación que ustedes son gente que capta la importancia de lo que están emprendiendo.

Como he dicho, la abrupta dificultad y las características desconocidas de aquello a donde iban hacía de una fuerte intención, un factor casi automático para los musulmanes de las generaciones pasadas, pero, paradójicamente, nosotros, como musulmanes de esta era de información, en la que la evidencia visual directa de lo que está frente a nosotros está tan fácilmente disponible, tenemos muy bien que hacer un esfuerzo de lejos más consciente para generar dentro de nosotros mismos la misma fuerza de intención que les venía tan naturalmente a aquellos anteriores a nosotros.

La primera cosa a tener en mente es que la intención no es sólo un asunto de expresión verbal. Bien pueden haber fórmulas que articulen claramente la intención que queremos poner, pero es vital recordar que esto debe ser la expresión externa de un claro propósito interno contenido en nuestros corazones. La intención es un poco como el iceberg: las palabras que la expresan son como la décima porción del mismo, que aparece sobre la superficie, y que sólo está allí por los nueve décimos restantes que hay debajo. Dentro de nuestros corazones debemos tener una clara figura de qué es lo que estamos queriendo hacer.

Primero debemos tener en claro el tipo de Hajj que vamos a realizar. Hay tres tipos de Hajj – hajj al-ifrad, hajj al-qiran y hajj at-tamattu`. El primero es el hajj en sí mismo; el segundo, Hajj y `umra combinados, y el tercero, `umra seguida de Hajj. No iré a los detalles de cada uno de estos aquí; tal vez mi estimado colega podrá hacerlo más tarde; es suficiente decir en este punto que tal vez la diferencia más importante en lo que concierne a la intención es que en el hajj at-tamattu` sales del ihram luego de completar tu `umra y luego vuelves al mismo de nuevo para el hajj, y entonces es obviamente importante que estés claro al respecto cuando pongas tu intención original.

Acabo de mencionar el ihram y éste es, por supuesto, el primero de los cuatro pilares del Hajj y una condición absoluta para su realización. Algunas personas confunden ihram con las dos vestimentas sin costuras que los hombres deben usar para el hajj, pero las vestimentas son sólo los signos del ihram que es en realidad un estado particular de ser de la persona. Entras en ihram o te pones en ihram cuando cruzas un punto específico conocido como el miqat en el camino que haces en el Hajj. La palabra ihram es de la misma raíz que la palabra haram y se usa porque cuando estás en ello ciertas cosas que normalmente son permitidas se vuelven prohibidas. La palabra también es usada en la oración para el takbirat al-ihram y hay una clara similitud. Una vez que has dicho el takbirat al-ihram te separas de la vida normal: no puedes hablar, o comer o volverte y estás ligado a ciertos movimientos claramente definidos hasta que la oración se finaliza.

Y el mismo principio se aplica cuando entras en ihram para el Hajj. Una vez que has hecho eso ciertas cosas normalmente permitidas se vuelven prohibidas para ti. Los hombres deben llevar vestidos sin coser y no pueden cubrir sus cabezas. Las mujeres no pueden cubrir sus rostros. Está prohibido peinarte o rascarte el cabello o hacer cualquier cosa que signifique remover el cabello del cuerpo. Está prohibido recortarse tus uñas, o removerlas de alguna otra manera. Está prohibido usar perfume. Está prohibido cazar o matar animales de caza. Y está prohibido tener sexo o casarse. Es sunna tomar un ghusl antes de entrar en ihram y rezar dos rak`ats al hacerlo y ése es el momento en el que tu Hajj empieza y cuando tu intención formal de realizar el Hajj debe hacerse. Pero, por supuesto, ésta es una empresa seria, y es necesaria mucha previsión y preparación interna y externa para estar listos para ella.

Así como con el takbirat al-ihram te excluyes del mundo en la oración y dedicas toda tu atención a Allah durante el lapso de la oración, de la misma manera con el ihram del Hajj te separas de las preocupaciones normales de tu vida y te dedicas enteramente al servicio de Allah de la manera que Él ha prescrito hasta que tu Hajj está finalizado. Es como si durante todo el tiempo que estás en ihram tu cuerpo no existiera más y es sólo tu conexión con tu Señor lo que importa. Tienes que comer y hacer wudú, pero aparte de ello te olvidas de tu cuerpo y también de su apariencia. Es el único momento en el que es obligatorio dejarte ir y en donde la atención normal contigo mismo está más bien prohibida.

Entonces éste es el estado de ihram pero efectos de la intención es indispensable tener una clara idea de lo que vas a hacer mientras estés en él. Obviamente tú ni sabes ni puedes saber exactamente qué es lo que va a pasar y la realidad es siempre muy diferente de cualquier idea que tengamos de ella, de cualquier modo es vital tener en mente una clara idea de los varios ritos y prácticas que te estás proponiendo realizar para que tu intención sea completa y, por tanto, para que tu Hajj sea adecuadamente cumplido. La figura básica es muy simple y no es difícil de captar. Una vez que la captas siempre serás capaz de enfocarte en la tarea que has emprendido y es más difícil que te distraigas de ello por el caótico alboroto que casi con seguridad te envolverá cuando llegues a tu destino.

La secuencia básica de los eventos del hajj es como sigue: ihram – talbiya – tawaf de llegada – sa`y – ir a mina el día 8 de Dhu`l-Hijja – estar en `Arafa el día 9 – pasar la noche en Muzdalifa – regresar a Mina en la mañana del 10 – el apedreamiento del Jamra al-Aqaba – el sacrificio – rasurar o cortarse el cabello – Tawaf al-Ifada – dejar el ihram – apedrear los tres jamarat por dos o tres días – tawaf de despedida. Ésta es, desde luego, una versión extremadamente telegráfica de lo que pasa y ahora desbrozaré un poco más la figura de manera que se vuelva más comprensible y fácil de asimilar. No examinaré los detalles. Como ya he dicho, lo que me interesa aquí es que todos nosotros tengamos de antemano una clara idea de lo que está al frente nuestro a medida que se acerca el Hajj, de manera que estemos preparados para él y seamos capaces de enfocarnos adecuadamente en él. Aquellos que han estado en el Hajj ya antes estarán obviamente familiarizados con esto, pero aun para ellos creo que será bueno regresar sobre ello.

Ya he hablado de entrar en ihram. Con ello, el hajj propiamente dicho empieza y los que están en el hajj recitan la talbiya. La talbiya es la fórmula que empieza “Labbayk Allahuma labbayk”, “A tu servicio, oh Allah, a tu servicio”, y debes repetir periódicamente esto hasta que hayas salido del ihram pero no deberías recitarlo cuando estás haciendo tawaf and sa`y. Cuando alcanzas Makka vas tan rápido como sea posible al Masjid al-Haram a hacer tu tawaf de llegada. El Tawaf consiste de siete vueltas alrededor de la Ka`ba, empezando y terminando en la esquina que contiene la Piedra Negra, seguido de dos rak`ats en el Maqam Ibrahim, dando la cara al lado de la Ka`ba donde su puerta se ubica. Luego de tomar algo de agua del pozo de Zamzam vas directamente a Safa para el sa`y. El Sa`y comprende idas y vueltas entre dos rocas de Safa y Marwa siete veces, finalizando en Marwa. Esto concluye los ritos preliminares en Makka, donde debes estar hasta que el hajj propiamente dicho empieza.

En la mañana del día 8 de Dhu`l-Hijja vas a Mina donde estás hasta luego de fayr del día siguiente, el noveno, que es cuando vas a `Arafa. Te quedas en `Arafa todo el día, rezando Dhuhr y `Asr juntos de la manera abreviada y pasas el tiempo recordando a Allah y haciéndole du`a`. Apenas algo luego del atardecer, dejas `Arafa sin rezar Maghrib y vas a Muzdalifa donde rezas Mahgrib e `Isha juntos y abreviados. Pasas la noche en Muzdalifa, recordando tomar pequeños guijarros para apedrear el jamarat en Mina en los días siguientes. Luego de la oración de Subh en la mañana del 10 de Dhu`l-Hijja vas a Mash`ar al-Haram y haces du`a allí.

Desde allí regresas a Mina donde primeramente apedreas el Jamra al-Aqaba con siete de los guijarros que recogiste en Muzdalifa. Luego de completar el apedreamiento realizas tu sacrificio si tienes un animal y entonces los hombres deben rasurarse las cabezas o al menos cortarse algo del cabello, y las mujeres deberían acortarse el cabello un poco. Tu siguiente obligación y el último de los pilares del hajj es el Tawaf al-Ifada para el cual, por cierto, debes regresar al Masjid al-Haram en Makka. El mejor día para hacer esto es el día del `Id luego de que te has rasurado la cabeza o cortado el cabello pero puede ser hecho en cualquiera de los días del Tashriq que son el 11, 12 y 13 de Dhu`l-Hijja. Cuando has completado tu Tawaf al-Ifada, y no antes, sales del ihram y todas aquellas cosas que estaban prohibidas para ti durante el mismo se vuelven permitidas. Deberías pasar dos o tres días y noches en Mina, apedreando todos los tres jamarat con siete guijarros por cada día, de manera preferible en la tarde antes de que caiga la noche. Luego de los días del Tashriq deberías regresar a Makka e inmediatamente antes de que partas deberías realizar tu tawaf de despedida.

Ésta, entonces, es la reseña de los ritos del Hajj y cada uno de los que va al Hajj debería estudiar la secuencia básica de eventos antes de que partan y tenerlos internalizados de manera que una vez allí ellos tendrán internamente un programa de acción al cual referirse cuando quiera que lo necesiten. Es un poco como estudiar un mapa cuidadosa y detenidamente antes de embarcarse en un viaje. Hacer esto no necesariamente te asegura llegar a salvo a tu destino y los lugares, cuando llegas a ellos, no estaban tan directos como parecían en el mapa pero conocer de antemano a dónde vas y la ruta a tomar ciertamente hace que alcances lo que quieres mucho más fácilmente. El otro día tuve que ir a un lugar en Londres donde nunca antes había estado. Encontré dónde estaba en el mapa y busqué la manera de llegar allí. Una vez que estuve en el área, era muy diferente de lo que había parecido en el mapa y había muchos factores que confundían, pero como había previamente ya había examinado algo de ello seguí caminando, y aunque tuve que hacer preguntas un par de veces para cerciorarme de que estaba en lo correcto, no anduve equivocado y fui directo al lugar que estaba buscando. Sé que si no hubiera estudiado el mapa muy cuidadosamente y de esa manera conseguido una figura cuidadosa de a dónde estaba yendo, definitivamente me habría perdido por completo.

Entonces hemos estado viendo cómo generar una fuerte, correcta y efectiva intención para el Hajj y me he dedicado todo este tiempo a hablar de ellos porque sin ello no hay ningún caso en ir al Hajj. Es la condición absolutamente indispensable que hace posible que nuestro viaje sea exitoso. Entonces, desde ese punto de vista, es la más importante preparación que podemos hacer. Hay, por supuesto, otros aspectos esenciales de la preparación, en particular los aspectos de las medidas de precaución médica y los convenios de viajes y otros aspectos pragmáticos y cosas útiles como todo ello pero no trataré de ellos toda vez que no tengo experiencia en ese campo. Hay, sin embargo, otro aspecto de la preparación que me gustaría examinar y se trata del arreglo de nuestros asuntos antes de partir.

En el pasado, las personas realmente no sabían si regresarían a su casa de su viaje al Hajj. El viaje en sí mismo era mucho más peligroso y la enfermedad costaba muchas más vidas que ahora. Mucha gente nunca regresaba a casa. Por esa razón, dejar sus propios asuntos en orden siempre ha sido considerado una parte integral de la preparación para el Hajj. Es una de las condiciones del Hajj que tú no solamente deberías tener suficiente para los gastos del viaje y cubrir todos los costos de alojamiento y comida de tu estadía en el Hijaz, sino también que al partir dejes suficiente para cubrir las necesidades de tus dependientes durante tu ausencia. Pero por encima de todo deberías asegurarte, tanto como sea posible, que no dejas ningún asunto suelto que causaría dificultad a tu familia en caso de que no regresaras. Por ejemplo, si tú tienes deudas y no puedes pagarlas completamente antes de su partida, al menos deberías asegurarte de hacer alguna previsión para su pago. Y hay muchas otras cosas que serán diferentes en cada situación particular y que necesitarán ser arregladas antes de que puedas emprender el viaje con todo en orden. Esto es muy importante para quienes dejas detrás tuyo pero también es esencial para tu propia tranquilidad interna. Lo último que quieres es las preocupaciones de asuntos no concluidos se introduzcan en tu conciencia y ocupen tu corazón cuando estés cara a cara con tu Señor en la llanura de `Arafa.

Me gustaría acabar esta sesión referida a la preparación del hajj contándoles lo que le ocurrió a un gran amigo mío, un americano llamado Aziz Schaller, cuando él fue al Hajj en 1993. Él fue con un grupo de Inglaterra y España y todos se encontraron como punto de preconcentración en el aeropuerto de Jeddah. Luego de la usual pesadilla burocrática tuvieron sus papeles en regla y se encaminaron directo a Makka. Tuvieron suerte de permanecer muy cerca del Masjid al-Haram y cumplieron su tawaf y sa`y sin dificultad. En el día correspondiente, se fueron a Mina y de allí a `Arafa. Permanecieron allí adecuadamente hasta después del atardecer pero como algunas personas habían partido temprano, cuando llegaron a Muzdalifa les fue difícil encontrar un lugar en donde pasar la noche. Luego encontraron un lugar pero había un largo camino hasta una fuente de agua y Aziz pasó mucho de la noche en idas y venidas con botellas de agua para asegurarse de que cada uno en el grupo tuviera suficiente para el wudu y para beber en la mañana. Completaron el hajj exitosamente, regresaron a Makka y luego de un par de días se fueron a Madina.

A causa de la congestión de tráfico el viaje a Madina tomó 24 horas y finalmente llegaron un martes justo antes de Maghrib. Encontraron un lugar en donde estar cuya vista daba al cementerio de Madina, Al-Baqi`, donde muchos de los Compañeros y grandes musulmanes del pasado están enterrados. El miércoles Aziz se quejó de sentirse un poco débil. El jueves la enfermedad se agravó y un par del grupo le acompañaron al hospital local para su tratamiento. El resto del grupo fue invitado a un lugar por la tarde. Cuando regresaron y preguntaron por Aziz se les informó que él había acabado de morir. Lavaron y prepararon su cuerpo para el entierro y se le hizo la oración fúnebre en la Mezquita del Profeta, salla`Llahu `alayhi sallam, luego del Jumu`a. La procesión fúnebre fue directamente de la mezquita a al-Baqi` y Aziz fue enterrado entre Sayyidina Uthman ibn` Affan, radiya`Llahu `anhu, y el Imam Malik, rahimahu`Llahu ta`ala.

Recuerden que esto pasó hace sólo 7 años atrás y que hasta donde él mismo o cualquier otro sabían, Aziz estaba en perfecto estado de salud. Aun así el tiempo que pasó desde que se sintió por primera vez mal hasta su muerte fue escasamente de 24 horas. Ahora bien, no estoy sugiriendo que esto suele ocurrir, aun cuando debemos recordar que millones de musulmanes piden diariamente a Allah en sus du`as tener ese fin, pero eso les lleva tan vigorosamente a casa que tal cosa es realmente una muy remota posibilidad para cualquiera de nosotros. Lo realmente importante que hay que comprender es que lo que sea que ocurra, y Allah quiera que todos ustedes regresen a salvo, la verdad es que cada uno de los que va al Hajj, el más importante viaje que cualquier ser humano puede hacer, va a encontrarse con su Señor. No podría haber mejor preparación para el Hajj que reconocer plenamente esto.

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