Morir por la audiencia, matar por el «share»

MORIR POR LA AUDIENCIA, MATAR POR EL “SHARE”

La película “Network” ya lo adelantaba cuando se estrenó en 1976: llegará un momento en el que se matará para subir el “share”. O se dejarán matar o no les importará que lo hagan. 39 años después, la televisión pública australiana quiso hacer realidad esta premisa cuando difundió el pasado martes 28 de julio un impactante reality show, “Go Back To Where You Came From” (“Regresa a tu lugar de origen”), en el cual los participantes fueron llevados a Siria y se encontraron bajo el fuego cruzado de los radicales del Daesh y combatientes kurdos.

Oficialmente el objetivo consistía en hacer vivir a los australianos la vida cotidiana en la guerra, que lleva a que miles de personas huyan de sus países para refugiarse, en lugares como Australia.

Pero bajo esta excusa oficial, empática y supuestamente solidaria, lo que se pretendía era alimentar el morbo y si hubiera habido un fallecimiento, aún mejor porque la audiencia hubiera subido como la espuma. Ya sucedió hace dos años cuando una de las participantes en un reality británico murió antes de que se emitiera: los índices se dispararon…

Y en esto, como en los toros o la Fórmula 1: ¿Cuantos de los supuestos aficionados tienen los conocimientos suficientes como para reconocer un determinado lance taurino y cuantos acuden para ver si el astado embiste al torero?, Y ¿Cuantos presumirían después si hubieran podido asistir en directo al choque, mejor con muertos, de dos monoplazas?

La función de los medios de comunicación, y la televisión lo es y en alto grado, debería ser la que marcan las escuelas y facultades de periodismo de todo el mundo: formar, informar y entretener…

Y eso me hace recordar que el otro día alguien me comentó que si existen ciertos programas es porque la sociedad los demanda. Y no es cierto. Al espectador se le acostumbra y si hace algunos años, no le importaba dormitar mientras se emitían los animalitos en la segunda cadena estatal, hoy parece que no pueda haber sobremesa que no ahonde en los bochornosos espectáculos que a esas mismas horas desgrana más de un canal. Y es que, aunque pueda parecer lo contrario, en el hogar, el mando no lo tienen los usuarios sino las cuentas de resultados de las cadenas y en su honor se perpetrará cualquier crimen. Y si no, al tiempo.


Fuente: cordobainternacional.com

 

Salir de la versión móvil