Mc y musulmán

Tengo treinta años; desde el pasado 4 de enero soy musulmán, y es el mayor regalo que Allah me ha otorgado en mi corta vida, alhamdulillah. Soy artista de rap, Mc, desde hace poco más de diez años; mi nombre artístico es Rabasco, mi segundo apellido, y lo elegí en honor a mi abuelo. Yo quería usar la palabra para algo importante y quería que la gente me recordase así porque intuía que haría algo grande en las conciencias humanas; es por ello que me puse mi apellido como nombre artístico, mi abuelo fue como mi segundo padre.

He dedicado mi carrera musical no sólo a denunciar el sistema corrupto que se ha extendido en la Tierra, también para ayudar a las personas a comprender lo que está sucediendo: la conspiración del 11-S o la del 11-M, organizadas por la familia Bush y el sionismo, hablar sobre sociedades secretas, como Illuminatis, Masonería, Skull & Bones, Bohemian Groove y un largo etcétera. Ese camino hizo que no parase de informarme diariamente y que buscara llenar un vacío interno que, erróneamente, no exploré en la religión, aunque internamente creyese en Dios desde pequeño. Indagué en la espiritualidad atea y en la meditación; eso me llevó al tema extraterrestre, mayas, Sumeria y teorías como la de que seres de otro planeta nos crearon. También pasé por el movimiento New Age, basado en el concepto principal de que cada ser humano es un dios creador. Obviamente, ese camino me alejaba cada vez más de Allah, de mi auténtica naturaleza y espiritualidad, además de ser una falta gravísima (que Allah me perdone, inshallah). Empecé a usar símbolos ocultistas en mi logotipo, como “el ojo que todo lo ve” (ojo de Horus/Illuminati), queriendo llevar a cabo una simbología inversa, pero me absorbió y, aunque mi mensaje no cambiaba, poco a poco iba tomando una forma acorde con esas ideologías falsas, todo lo contrario a la primera intención que tenía cuando empecé. Esto me sucedió de forma incauta, ya que siempre había luchado con mi música por la verdad. Los actos de mi vida cotidiana no estaban en consonancia con los valores que yo rapeaba, tenía claro que habría ido al Fuego directamente si hubiera muerto.

Después de eso hubo personas relacionadas con el ateísmo, la New Age, el ocultismo y el esoterismo que se interesaron por mí y me rodearon por muchos frentes −siempre sentí que había un especial interés en mí y mi don de transmitir−; querían que cambiase mi forma de expresarme y la temática de mis letras. Una mujer apareció en mi vida y mantuvimos una relación. Ella y un grupo de personas que, en común, tenían conocimientos de ocultismo, hipnosis y New Age estuvieron analizándome psicológicamente a través de las redes sociales, en las que contaban mi vida y mis emociones sin mesura.

El pasado 25 de diciembre mi tío cayó enfermo por un ictus cerebral, falleciendo pocos días después (que Allah le perdone sus faltas, inshallah); mi sobrino también enfermó, y esa mujer dejó justo en ese momento nuestra relación.

Dentro de esa vorágine, empecé a darme cuenta de todo, y una amiga me recomendó abrazar el Islam, así que días después fui a que un hermano musulmán me escribiese en árabe una frase de protección; cuando lo hizo, me recomendó ir a la mezquita del Mirador de San Nicolás (Granada). El viernes 4 de Enero de 2013 me acerqué allí e hice la Shahada. Recuerdo que hacía un tiempo magnífico y, además, ¡era día de Yuma!, subhanallah. Desde entonces mi vida ha cambiado mucho y mi carácter también, mi madre y yo tenemos una relación mucho mejor que antes y soy más feliz, alhamdulillah. Además, todo esto me ha hecho darme cuenta de que no se puede combatir el Nuevo Orden Mundial desde el punto de vista ateo, es como querer apagar el fuego con gasolina.

Allah me ha salvado y me esfuerzo todo lo posible para no decepcionarle a Él ni a mí mismo, aunque soy consciente de que podría esforzarme mucho más. Gracias al equipo de Islam Hoy por interesarse por mi historia. Pueden contactar conmigo en Facebook: Rabasco.oficial o en Twitter: @rabasco_info.

Salir de la versión móvil