Mali y los medios de comunicación

Redacción

Granada

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Los medios de comunicación no quieren que la cuestión de Mali tenga una dimensión islámica, alentados por la OTAN, han insistido en llamar a los rebeldes ‘ŷihadistas’, una manera de estigmatizar a todos los musulmanes con el nombre colectivo de lo que en realidad son las acciones de una rabadilla rebelde que se ha surgido desenfrenada en la desastrosa campaña de la OTAN contra Libia y la anarquía resultante.

En Mali hay oro. Esta es la consideración principal. El pasado de Francia en el Sahel es algo de sobra conocido, especialmente por la masacre de la aristocracia Tuareg con la que intentaba destruir su cultura. Esto no la condena en las acciones actuales que son, tanto cultural como humanamente, una operación de rescate. Los musulmanes apoyamos la operación francesa al tiempo que desaprobamos la apuesta de Nigeria por una entrada en el Sahel respaldada por un cristianismo inventado (las corporaciones del petróleo) que se enfrenta al maligno y cómico Boko Haram: su invento con el que enmascarar el hecho de que el norte musulmán de Nigeria es civilizado mientras que el sur pagano es un puro caos.

El segundo motivo es que Qatar es el anfitrión de la, deslumbrantemente exitosa, emisora de televisión ‘Al-Ŷazira’ que es capaz de presentar una visión desapasionada de las realidades geopolíticas de nuestros días. Su trabajo periodístico tiene profundidad y está basado en una erudición muy superior a la de CNN y SKY que se basan, con aciertos y desaciertos, en unos así llamados expertos en ‘Terrorismo’ (un título secundario otorgado por universidades de tercera clase) del Oriente Medio, de los rebeldes ‘maoístas’ en la India y cosas similares. Un ataque contra Qatar es el intento desesperado de desacreditar la voz de la libertad en un medio de comunicación de alto nivel.

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