Lo Bueno del Coronavirus

toda la creación es dual, sólo Allah es Uno-sin-opuesto.

A día de hoy, poco importa si el origen de la pandemia de coronavirus que asola la humanidad en este siglo 21 de la era común (siglo 15 islámico) fue una conspiración mundial de laboratorio por geoestrategia, o un accidente de laboratorio de bioseguridad militar nivel 4 («casualmente», en WUHAN en China, hay uno… a 270 metros lineales del mercado de abastos de animales vivos considerado presunto origen de la transmisión a humanos), o ha tenido un origen natural, por mordedura a algún humano de un animal infectado que sea reservorio en la naturaleza de ese virus y así saltase a la especie humana la infección, como pasa de vez en cuando con el ébola, la legionella, la rabia o la peste negra de hace siglos. El resumen es que es «difícil» ver la acción de Allah cuando cae la hoja de un árbol, o un pelo de tu cabeza, pero es fácil ver la acción de Dios cuando mueren más de un millón de personas (van por dos millones setecientas mil víctimas y contando), en un solo Acto, del mismo modo que fue fácil verla en el tsunami de 2004 del sudeste asiático, con un balance de víctimas inferior, pero aún así de proporciones bíblicas…
Sin ánimo de ofender a las víctimas, ni a sus familiares y cercanos, el primer hecho que indicó la acción de Dios en todo esto, es que, no había víctimas entre los niños y menores. Habría sido, sin duda, todo, mucho más dramático si muriesen los infantes, como en las plagas de Egipto. Incluso en esta pandemia hay misericordia.

Al principio (marzo de 2020) en la capital de España, se vivió como si de una invasión alienígena de película de ciencia ficción se tratase, todas las tiendas cerradas y las grandes avenidas: vacías. Sin coches, ni gente. Bueno, sin gente no. Los homeless sin hogar y los mendigos siguieron igual, como si no fuera con ellos. Otro signo peculiar. Todo bastante surealista. Con el hábito establecido de aplaudir a los sanitarios diariamente a las 8, con aplausos. Un wird, sin duda. {{{Su adoración son silbidos y palmadas}}} dice el Corán (por haqqiqa, todo en la creación adora al Creador). El confinamiento hizo su efecto, y, al segundo mes, era curioso ver, en mi barrio, gente hablando de balcón a balcón, como en los pueblos, cuando, probablemente, antes, ni se conocían ni se saludaban en el rellano de la escalera. El «pecado» de las impersonales grandes ciudades modernas, es el individualismo egoísta, cada uno va a lo suyo, a su supervivencia económica y laboral y satisfacción de los propios apetitos, sin preocuparse de, siquiera, saber el nombre de sus vecinos en el mismo portal. Todo ello manchado con la usura de la época. En la sociedad del «espectáculo». Llamó mucho la atención la publicación de los datos de delincuencia del periodo de tiempo de la pandemia, con respecto al año normal anterior. Había caído la delincuencia un 73 % comparativamente. ¡Los delincuentes también estaban confinados en sus casas!

Luego, se hizo obvio, que en China, el presunto origen de la pandemia, el aire ultracontaminado por la actividad industrial frenética desde la segunda mitad del siglo XX, se había limpiado, según evidenciaban los satélites.
El petróleo desplomó su precio en los mercados de referencia por falta de consumo (mientras el oro -como siempre que hay crisis- batía records históricos de cotización como valor refugio ante la incertidumbre) del mismo modo que caía la emisión de CO2 al ambiente y se descongestionaba al Planeta… Esto se notó en cómo los animales recuperaban terreno «abandonado» por los confinados humanos. El Planeta, como tu propio cuerpo, si guarda reposo, recupera su salud y el equilibrio natural. Al Planeta, simplemente, hay que dejar de destruirlo intensivamente. La culpa no es de los murciélagos, no, ni de los pangolines. El Corán te lo indica.
{{{La contaminación se ha extendido por las tierras y los mares, para que los hombres prueben parte de lo que hicieron y para que puedan echarse atrás}}} (Corán, Romanos, 40)
Si la sociedad moderna va, muy aceleradamente, a ningún sitio. Este parón obligado, mueve a cualquiera con corazón, a la reflexión, a la introspección (tan obsesivamente denostada en la modernidad, con su bombardeo constante de estímulos sensoriales), y a valorar lo verdaderamente importante: la interioridad del hogar, la familia y los seres queridos… (en un tiempo de predominio de las rupturas familiares y de la caída lenta, pero constante, de la natalidad, la natalidad española ha caído un 20% más en el periodo del confinamiento…).
Allah siempre nos da lo que necesitamos, lo entendamos o no.

También es de señalar, que la humanidad, en menos de un año, ha conseguido producir más de diez vacunas diferentes, de distintos países, organismos y multinacionales, efectivas contra el virus en cuestión, sars-cov-2, gracias al conocimiento que Allah ha dado en esta época a los humanos. (En la época de la peste bubónica, una capacidad de respuesta médica así era impensable) Vivimos una época con una cirugía quirúrgica muy avanzada, con anestesia, gracias a Dios, y con medicamentos y vacunas que han salvado millones de vidas, condenadas antaño (por infecciones víricas) a una muerte horrible, caso del tétanos, o a vidas mermadas, caso de la polio(mielitis). Si has tenido varios hijos y ninguno se ha muerto en el parto o en la infancia, (algo muy común en otras épocas o en el actual «tercer mundo») o por difteria, tosferina, sarampión, viruela, rubeola, tétanos, polio. etcétera, enfermedades que igual ni te suenan pero que se cobraban miles, millones, de vidas en otros siglos, agradécele a Allah por haber creado las vacunas, entre otros avances científicos médicos. 

Que Allah tenga misericordia. Toda la creación es dual, y de forma esencialmente ontológica tiene una parte mala y una buena… (te recomiendo fijarte en la buena!).

Allah es Uno sin opuesto, todo lo creado tiene opuesto.

P.D. – En Islam, las cuestiones relativas a la Revelación, de ibada (credo), de iman (creencia) no son debatibles. Pero en los asuntos mundanos, entre la ummah del Islam, hay variabilidad de opiniones, sensibilidades y teorías. El disenso en los asuntos de dunia, es normal e incluso positivo.

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