La Tafsira del Mancebo de Arévalo

Portada del libro La Tafsira
Portada del libro La Tafsira

Un libro aljamiado que se salvó de las hogueras de la inquisición.

Después de la Toma los musulmanes del Reino de Granada sólo pudieron vivir siete años de acuerdo con las Capitulaciones firmadas. Según estos pactos, en Granada se estableció el mismo régimen mudéjar que se había ido implantando en el resto de España. Los mudéjares sometidos al poder cristiano se agrupaban en barrios llamados “morerías”; en los que había Mezquitas desde cuyos alminares se llamaba al Salat a diario.

El año de la Toma fue una añada de acontecimientos asombrosos: el dos de enero se tomó Granada, a mediados de Julio se expulsó a los judíos, el once de agosto un valenciano fue elegido Papa, el doce de octubre Colón tropezó con unas islas salvajes en las que descubrió que había oro y el quince de marzo de 1493 el Almirante estaba de vuelta en Palos.

Este cúmulo de sorpresas produjo un estado de embriaguez en las altas esferas del poder. Cuando la primera remesa de oro del nuevo mundo llegó a Roma, el Papa valenciano fuera de sí por aquel sorprendente regalo, se apresuró a escribir a la Reina de Castilla para recordarle que en las Capitulaciones firmadas en Granada no se tomó en cuenta el “compromiso de cruzada” que, ella y su marido, habían firmado en el año 1479. Su obligación era pues, bautizar o expulsar a sus súbditos musulmanes y continuar reconquistando para Roma las diócesis africanas, hasta conseguir conquistar y cristianizar Meca y Medina.

Esta orden pontificia llegó a finales de 1493 pero prudentemente se esperó el momento oportuno para cumplirla, este llegó con la sublevación de la Alpujarras de 1499. La respuesta a esta intifada fue el bautizo forzado de los musulmanes, la quema de sus libros y la apropiación por parte de la Iglesia de sus Mezquitas y sus Fundaciones pías. Desde entonces la llamada al Salat dejó de oírse en Granada y poco a poco en el resto de España. Lo mudéjares pasaron a llamarse “moriscos” y tuvieron que practicar su Islam en secreto. Esta forma escondida de vida musulmana perduró a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII y todavía en el siglo XIX hay relatos de viajeros que hablan de encuentros casuales con musulmanes escondidos, y Allah es Conocedor de lo oculto y lo manifiesto. (LIX-22).

Sobre la vida secreta de los moriscos a principios del S. XVI tenemos noticias en un libro aljamiado que apareció al derribar una casa en Alcalá de Ebro a mediados del S. XIX. Se trata de  la Tafsira del Mancebo de Arévalo, que se conserva en el Instituto de Filología del C.S.I.C. El próximo año la Doctora María Teresa Narváez de la Universidad de Puerto Rico publicará una versión modernizada de la trascripción fonética que publicó la editorial Trotta en 2003.

Para los musulmanes españoles esta es una buena noticia ya que la Tafsira es un libro que ayuda a adivinar el enigma histórico de España. El Mancebo de Arévalo no debía tener más de dieciocho años cuando redactó su Tafsira, y en ella nos descubre muchas cosas. Entre otras que su padre fue un musulmán oculto y su madre una conversa. Él fue hafiz del Corán y es probable que estudiara en Salamanca. Manejaba el griego, el latín y el hebreo. Su forma de describir los acontecimientos es la de un reportero. En la Tafsira encontramos un brillante reportaje de la vida morisca en tiempos de Carlos V, un manual del Islam máliki, un libro de adab que recoge refranes e historietas, un emocionante testimonio personal de la vida escondida que llevaban los moriscos y un libro de viajes en el que, como en los grabados de aquella época, la figura humana se recorta en el horizonte abierto de los variados paisajes que el joven morisco va recorriendo en busca de la memoria del Islam de Al-Ándalus en peligro de desaparecer. ¡Que Allah tenga en Su Gloria al Mancebo y a los que le socorrieron en su viaje, y  recompense a todos, por el esfuerzo que hicieron en el Camino de Allah!

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