Iraq y Oriente Medio no son un conflicto sectario

Es común ver reducidos los conflictos de Oriente Medio en los medios de comunicación occidentales (tanto mainstream como alternativos) a una simplista explicación de ser un inmemorable enfrentamiento entre musulmanes (que ellos definen como sunníes) y shías. La realidad es que todo esto es algo mucho más complejo y que poco tiene que ver con esta visión, aunque en ciertos momentos muy particulares sí pueda ser cierto.

Tomemos por ejemplo Iraq, donde tropas contrarias al régimen establecido por los EE. UU. se han apoderado de una gran parte del territorio de este país. Cuando leemos estas noticias se nos dice que un grupo rebelde extremista sunní se ha rebelado contra el Gobierno apoyado por Irán (en consecuencia shía). Reducir esto a una simple cuestión ideológica no hace sino demostrar la ignorancia, o pretendida ignorancia, de estos medios.

En Iraq hay muchos factores en juego: supremacías tribales, control del territorio, animosidad contra todo lo que tenga que ver con los EE. UU., ganancias económicas, control sobre el petróleo y el carácter de una gente a la que, en gran medida, desconocemos. También hay una historia de estabilidad en este territorio previa a que Occidente lo tomase y lo dividiese en naciones-Estado.

Conociendo todo esto, y otros intereses geopolíticos en la región, reducir en los medios de comunicación el conflicto a un enfrentamiento sectario, como se tiende a hacer (y a pesar de que en ciertos momentos esto sí pueda ser una factor de peso), es poco menos que una falta de respeto para con las gentes que sufren estos conflictos y con los lectores de estos medios.

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