Inaugurado el nuevo Centro Cultural Islámico de Errentería

Sala de oración, una de las salas donde se dieron cita los asistentes
Sala de oración, una de las salas donde se dieron cita los asistentes

El sábado 21 de junio se inauguró el nuevo Centro Cultural Islámico de Errentería situado en la calle Juan de Olazabal nº 3 con una jornada de puertas abiertas a la que asistieron representantes municipales,  numerosos vecinos y musulmanes de distintas localidades.

Con una capacidad aproximada de unas 400 personas, el nuevo Centro Cultural Islámico de Errentería lucía sus mejores galas el día de su inauguración. Musulmanes de la villa o de las cercanías, vecinos, alcalde y representantes municipales, periodistas e incluso Don Francisco -uno de los párrocos de la localidad- asistieron al evento en el que los responsables del centro explicaron la vocación de servicio a la comunidad y de vertebración de la convivencia que el nuevo centro de culto desplegará en esta localidad industrial guipuzcoana de 40.000 habitantes, vecina de Pasajes, Lezo, Hernani,  y Oyarzun.

Aunque los socios de la entidad son unos 60 fieles comprometidos con su financiación y mantenimiento, los usuarios pueden llegar a ser más de 500 personas si tenemos en cuanta las múltiples actividades que se pretenden desarrollar en estas instalaciones de 233 m2, cuya reforma y adecuación ha costado 15.000 euros de los que 5.000 han sido para licencias y permisos.

Actividades abiertas

Cursos de euskera y castellano para inmigrantes, cursos de árabes para todo el mundo, visitas formativas para ikastolas e institutos, reuniones vecinales, seminarios, charlas y demás actividad cultural son algunas de las actividades que el nuevo centro pretende llevar a cabo. Inscrito en la Federación Islámica del País Vasco (FIVASCO) que forma parte de la Comisión Islámica de España (CIE), el Centro Cultural Islámico de Errentería toma el relevo de la Mezquita de Al Mohsenin situada en la calle Oyarzun de la misma localidad, con dos décadas de actividad, y que actualmente se encuentra cerrada en espera de una decisión sobre su futuro. Al parecer algunos miembros de la comunidad pretenden mantenerla abierta porque la afluencia durante los viernes a la oración del Juma’ de musulmanes de todo el área circundante sobrepasaría la capacidad de un único centro. “Hay gente para mantener ambas mezquitas” comentaba un pensionista marroquí que lleva más de 40 años viviendo en la localidad.

Los gastos de un centro de estas características van desde el pago de la renta e impuestos municipales hasta el salario del imam y sus seguros sociales, pasando por los gastos corrientes de servicios –electricidad, agua, teléfono-. El 80% de la financiación se obtiene mediante las aportaciones fijas de los socios junto con las donaciones particulares de los usuarios. El 20% restante proviene de colectas realizadas en otras mezquitas del entorno.

Entrada principal del Centro Cultural Islámico de Errentería

Normalización de la convivencia

En palabras los asistentes, la apertura del Centro Cultural Islámico en una céntrica plaza de la localidad y con esta jornada de puertas abiertas es un “signo de normalización de la diversidad cultural en el País Vasco, en general, y en Errentería en particular”. El párroco Don Francisco se confesaba “fascinado por el magnífico aspecto del Centro Cultural Islámico. Hace 30 años era inimaginable que aquí pudiera haber una mezquita”. También mostró curiosidad por saber el significado de las caligrafía árabes que adornaban sus paredes, algo que el presentador del evento aclaró con posterioridad. En su intervención, Don Francisco hizo alusión a Abrahán, padre de las tres grandes religiones y del monoteísmo, del que dijo “supo viajar y abrirse a la diferencia”. Los vecinos también estaban sorprendidos por la belleza y sencillez del local. Los responsables del centro insistían en que no han tenido ningún problema ni con la vecindad ni con el ayuntamiento a la hora de plantear la ubicación del centro y conseguir los oportunos permisos.

Al finalizar del acto se sirvió un té con pastas tradicionales marroquíes en el espacio destinado a las mujeres, las cuales se reúnen dos días a la semana para realizar sus propias actividades.

Representante del Gobierno Municipal dedicando unas palabras de reconocimiento.

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