El Viaje Nocturno – Isra wal Mi’raj

Sheij Muhammad Al Kassbi - Imam Jatib de la Mezquita Mayor de GranadaMusulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah

Estamos viviendo los últimos días de uno de los cuatro meses sagrados, que es el mes de rayab. La sabiduría de Allah quiso entregar a Su Mensajero en este mes el regalo de un viaje lleno de báraka que no fue entregado jamás a ningún otro siervo.

Es el viaje del Isra wal mi’ray. Este viaje es uno de los signos más evidentes, uno de los milagros más claros y el mejor de los viajes. Es un viaje que tuvo lugar entre los cielos y la Tierra, que fue una certificación de los Mensajes de los que eran portadores los Profetas y al mismo tiempo una certificación del Mensaje del Islam como última de las religiones, sello de las profecías y la única aceptada por Allah.

Hizo viajar Allah, subhanahu wa ta’ala, a Su Mensajero desde la Meca hasta Al bait al maqdis; dice Allah en Su Libro: “¡Gloria a Quien una noche hizo viajar a Su siervo desde la Mezquita Inviolable hasta la Mezquita más lejana, aquella cuyos alrededores hemos bendecido, para mostrarle parte de Nuestros signos! Verdaderamente Él es Quien oye y Quien ve” (Isra, 1).

En ese viaje Allah reunió a todos los Mensajeros y Muhammad fue el Imam de todos ellos para el Salat. Tras esto lo elevó por encima de los siete cielos, hasta el Loto del Límite ‘sidratul muntaha’,y le mostró algunos de sus más grandes signos.

Una de las cosas que vio el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, en este viaje fue una mujer hermosa en la máxima plenitud de su belleza que le llamaba: “Oh Muhammad, espérame, pues quiero pedirte algo”, pero el Mensajero no se giró hacia ella. Le preguntó entonces a Yibril, que dijo: “Eso es la dunia; si la hubieras escogido, tu Ummah preferiría la dunia al ájira”. Luego vio numerosas mesas sobre las que había carne cocinada muy buena pero que nadie se acercaba a ella, y otras mesas sobre las que había carne putrefacta con un olor despreciable y alrededor de ellas gente compitiendo por comer de ella dejando de lado la carne fresca y buena. Dijo Yibril: “Este es el estado de alguna gente de tu Ummah, que dejan lo halal y bueno y comen lo haram y malo”. Vio luego a una gente cuyos labios eran como los labios de los camellos; venían algunos, les abrían las bocas e introducían en ellas trozos de carne mala; pasaba por sus estómagos fuego, gritaban, pero nadie les contestaba. Dijo Yibril: “Estos son los que se apropian indebidamente de la riqueza del huérfano”. Vio un camino que conducía al Fuego por el que caminaba la familia de Fir’aun, y por el camino encontraban a gentes cuyos estómagos estaban hinchados como las casas que cada vez que intentaban levantarse se caían nuevamente, decían: “Oh Allah, retrasa el Día del Levantamiento. Oh Allah, que no llegue la Hora”; la gente de Fir’aun los pisoteaba con sus pies. Dijo Yibril: “Estos son los que cometen usura de entre tu Ummah”. Vio a gente a la que se les cortaba la carne de los costados y luego se le decía a cada uno: “Cómete esta carne como te comías la carne de tu hermano muerto”. Dijo Yibril: “Estos son los que engañan a la gente de tu Ummah”’. Vio a gente cuyas cabezas eran golpeadas por rocas; cada vez que se golpeaban, se destrozaban y luego volvían a su estado original para ser nuevamente golpeadas. Dijo Yibril: “Estos son a los que les pesaba la cabeza para hacer las oraciones obligatorias”.

El Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, se encontró en el primero de los cielos a Adam,alaihi salam, en el segundo a ‘Isa y a Yahya, en el tercero a Yusuf, en el cuarto a Idris, en el quinto  a Harún, en el sexto a Musa y en el séptimo a Ibrahim, y luego continuó ascendiendo hasta el Loto del Límite. Allí Allah le inspiró lo que le inspiró.

Le ordenó cincuenta oraciones a lo largo del día y de la noche, y en su camino de vuelta se encontró a Musa, que le dijo: “Tu Ummah no va a poder cumplir con eso, vuelve a tu señor y pídele una rebaja para tu Ummah”. Y así continuó el Mensajero yendo desde Musa a Su Señor hasta que las oraciones se quedaron en cinco, y le dijo Allah: “He establecido mi obligación, la he aligerado a mis siervos y he hecho que la buena acción valga por diez; son cinco y el beneficio por cada una de ellas es diez, eso completa las cincuenta oraciones”.

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Musulmanes, ciertamente la obligación del salat por encima de los siete cielos es una muestra de su importancia y de su lugar tan importante y respetable en el din. Es la diferencia que existe entre el Islam y kufr, no hay diferencia en cuanto a su obligación si la persona está presente o está de viaje, si es seguro o inseguro, si está sano o está enfermo.

‘Umar ibn al Jattab, que Allah esté complacido con él, escribió a sus trabajadores: “Ciertamente el asunto más importantes que tenéis para mi es el salat; quien lo proteja y lo guarde, estará protegiendo su din, y quien lo deje, será capaz de dejar todo”.

Es lo primero por lo que será preguntado el siervo el Día del Levantamiento de entre los derechos que Allah tiene sobre él. Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “Ciertamente lo primero por lo que será preguntado de sus acciones el siervo en el Día del Levantamiento es elsalat. Dirá Allah a sus ángeles: ‘Fijaos en la oración de mi siervo, la ha completado o la ha menguado’. Si la completó, se le escribirá como completa y, si hay en ella alguna mengua, dirá: ‘Mirad si en mi siervo hay alguna oración voluntaria’. Si tiene oración voluntaria, dirá: ‘Completad a mi siervo su oración obligatoria con su voluntaria’, y luego se aplicará esta misma norma en todo su recuento”.

Musulmanes, ciertamente la Mezquita de Al Aqsa ha desarrollado un papel muy importante a lo largo de la historia, ya que es el lugar en el que se guarda la Unicidad, es el lugar en el que habitan los ángeles, es el mihrab de los Anbiya y es el lugar de ascensión a los cielos.

Ciertamente, el estado de debilidad en el que se encuentran los musulmanes es así por lo que han sembrado de desapego hacia el din y de desviación de la enseñanza del Mejor de la creación. El estado de los musulmanes no volverá a su esplendor hasta que no vuelva a ellos la Mezquita del Aqsa y a ella se dirijan las plegarias como se dirigen a la Masyid al Haram.

Pedimos a Allah que devuelva la verdad a quien la merece, que entregue la Mezquita de Al Aqsa a los musulmanes y que les dé la victoria sobre los enemigos corruptos e injustos.

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