“El derrocamiento del régimen puede ser llevado a cabo por los sirios”

 

Entrevista a Sheij Muhammad Al Yaqoubi

Sayyed Sheij Muhammad Al Yaqoubi Al Hassani desciende de una familia de ulamá cuyo linaje está conectado con el Profeta Muhammad, la paz sea con él, a través de su nieto Sayyiduna Hassan, siendo a su vez descendiente de Mulay Idris Al Anwar, fundador de la ciudad de Fez. Nacido en Damasco, ya gateaba siendo niño por la Gran Mezquita Omeya y la Mezquita Darwishiyya, teniendo el honor de sentarse al regazo de los sabios más grandes de su época y estudiando bajo su supervisión alrededor de 500 obras a lo largo de 20 años. Sheij Al Yaqoubi representa el Islam sunni tradicional con el que la mayoría de los sirios están familiarizados. Organiza campañas de socorro ante las necesidades actuales y refuta las posiciones extremas, llamando a la defensa de los derechos que el Islam garantiza a las minorías y posicionándose en la vanguardia al ser el primero en emitir una fatwa en contra del régimen.

¿Cómo llega Al-Asad al poder y por qué los ulamá de Damasco y Alepo permiten a Hafez Al-Asad asentarse en el poder cuando sabían de qué era capaz?

No podemos olvidar que el Partido Baath llegó al poder mediante un golpe de Estado, al igual que Hafez Al-Asad. Nada de esto fue por elección del pueblo o con el permiso y apoyo de nadie, excepto sus simpatizantes baazistas y algún partido nacionalista.

Oí a mi padre en numerosas ocasiones diciendo: “Son enemigos de la patria y del pueblo de Damasco. Pronto montarán la artillería en el Monte Qasioun para bombardear Damasco”. Hemos visto como esto ha sucedido. La gente de ciudad y los hijos de comerciantes pagaban para evitar el servicio militar. Es el ejército el que causó un desequilibrio en el gobierno del país, deshaciéndose de los musulmanes. El ejército fue la herramienta principal a través de la cual consiguieron fortalecerse y la que les otorgó el poder a Hafez Al-Asad y a la minoría que gobierna.

El Partido Baath ha estado programando al pueblo durante cincuenta años, desde sus comienzos, a una cultura secular nacionalista. Decir «alabado sea Allah» o «si Allah quiere» se hizo raro. La revolución sólo quiere dar marcha atrás en la historia y borrar los efectos dejados por los cincuenta años de gobierno del partido Baath y cuarenta años de la familia Al-Asad.

¿Cómo ve el trabajo de los líderes de la revolución y hasta cuándo durará?

La revolución no va a terminar hasta que el régimen caiga. La fuerza del pueblo es la fuerza de la verdad. Imam Ahmad narra el hadiz: “Allah responde el du’a de los oprimidos, incluso si se trata de un no creyente”. Nuestra gente es la gente de la verdad. Por lo tanto, jamás será vencida, y la historia da testimonio de ello.

En cuanto a los líderes de la revolución, algunos la iniciaron, y ellos son los rebeldes; otros están suministrando liderazgo militar en Siria; mientras que algunos otros están apostando por la revolución desde fuera. Esta ayuda es privada, para beneficio propio o para intereses extranjeros. La mayoría de los activistas, sin embargo, son sirios fieles que no negocian con la sangre de su gente. Pero dejemos el juicio final para la historia, que pronto revelará la verdad sobre las personas.

¿Cuál es su opinión sobre cómo puede ayudar una intervención internacional? ¿Qué tipo de intervención y cómo reorganizaría las zonas liberadas?

El objetivo de la intervención internacional debe consistir en ayudar al pueblo sirio en el establecimiento de la ley y el orden. El derrocamiento del régimen puede ser llevado a cabo por los sirios, si se proporciona la ayuda adecuada. Ahora mismo hay estadounidenses en Jordania entrenando rebeldes sirios, y hemos estado trabajando en esto. Estoy a favor de esto. Estoy en contacto con casi 70 grupos militares. Consultaron conmigo acerca de sus principios. Les di una serie de principios que deben utilizar si quieren maniobrar. Uno de los principales problemas era la necesidad de la entrega de sus armas al próximo Gobierno sirio. Debían jurar por Dios que aceptaban esto.

Hábleme acerca de su salida de Siria, ¿por qué se fue y por qué en ese momento?

Yo era conocido por ser un desafío para el régimen sirio. En cierta ocasión perdí mi puesto en la mezquita por criticar a Hassoun (Grand Mufti). Me ofrecieron varios cargos en el Gobierno cuando volví a Siria en 2006, y estaba bastante claro que querían que fuese Mufti de Damasco. Negociaron, y me comunicaron: “Éste es el puesto para ti”. Pero me mantuve al margen y no acepté la posición de Mufti de Damasco. Entonces me eligieron como miembro de un consejo. Hassoun era el líder de este consejo, y después de un desacuerdo sobre la supervisión de unas compañías de seguros, dimití del cargo tan solo un mes después, a raíz de esta falta de acuerdo con Hassoun. Esto sucedió en 2008. Trataban de ganarme para su bando, así funciona el régimen, ofreciendo posiciones, dinero e indemnizaciones. Así que abandoné el país, publicando mi fatwa en contra del régimen.

Después de más de dos años de conflicto, todos los diálogos y negociaciones parecen fallar. Hay países extranjeros que participan en la revolución, pero defendiendo sus propios intereses ¿Cómo solucionar un desastre al mismo tiempo que evitamos otros?

Sin lugar a dudas el cambio político de un país tendrá repercusiones políticas y económicas en los países vecinos. Siria está situada en una zona geoestratégica importante entre Europa, Asia y África. Siria también tiene un papel estratégico importante en la liberación de Palestina. Hafez Al-Asad se alió con Irán después de la revolución de Jomeini, y su hijo, Bashar Al-Asad, ha llegado a un nivel de esclavitud en esta alianza, hasta tal punto, que Siria se convirtió en una provincia más de Irán, mientras los intereses sirios se pasaban por alto.

Muchos países se benefician apoyando la revolución, mientras que otros se ven perjudicados con la caída del régimen. Éste es el resultado del complejo sistema de relaciones e intereses internacionales que vinculan a otros países con Siria.

¿Qué planes hay para Siria y su gente? ¿Cree que será capaz de una reconstrucción social y política coherente y constructiva?

Contamos con un amplio plan de acción para construir el país, unir al pueblo y reconciliar las diferencias. Sin embargo, no estaría escondiendo un secreto si digo que los ulemas sunní/sufíes, en particular, no reciben apoyo. De hecho, estamos sometidos a una política de exclusión, totalmente excluidos de las reuniones nacionales y diálogos con el fin de limitar nuestra representación a unos pocos elegidos y sus seguidores. Es decir, a pesar de que allanamos el camino para la revolución a través de nuestros jutab y enseñanza, nos unimos a la gente en las calles en manifestaciones y, posteriormente, las exhortamos a hacer el Yihad. De hecho, fui el primero en emitir una fatwa documentada haciendo un llamamiento a la obligatoriedad del levantamiento contra el régimen y la deposición del Presidente. Del mismo modo fui el primero en declarar la alarma general y he participado en numerosas conferencias políticas defendiendo a la oposición.

Organizamos campañas de socorro y hemos emitido varias sentencias que defendían la revolución y sus principios, mientras que refutábamos las objeciones de los eruditos del régimen. Y vamos a seguir haciéndolo. Creo que los ulamá tendrán un papel vital después de la caída del régimen guiando las decisiones políticas con justicia y eliminando las dudas y las preocupaciones de la población.

No voy a ocultar que estamos tratando de salvar a Siria de la devastación en la medida en que nos sea posible. Sin embargo, tememos algo mayor que la pérdida de miles de personas durante la liberación de Damasco. Tendríamos que tener en cuenta los esfuerzos del régimen por establecer un Estado sectario en la costa y que este statu quo lleve de forma natural a la división de Siria. Cualquier corrupción y calamidad es poca en comparación con la sola presencia del régimen.


Esperamos que Allah nos traiga la victoria y Su bendición sobre Siria.

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