El amor a los awliya de Allah

El amor a los awliya de Allah

Sheij Muhammad Al-Kassbih, Imam de la Mezquita Mayor de Granada

Alhamdulillah: alabanzas a Allah que ha hecho que sus awliya sean una prueba, un argumento que le indica a Él y que hace que se acerquen a ellos, a los awliya, quienes Él desea que se acerquen a Él. Que la paz y las bendiciones desciendan sobre nuestro amado profeta y mensajero, el Elegido, en quien se han incluido todos los profetas anteriores y todos los awliya, y las bendiciones sean para su familia y sus compañeros.

Los responsables de esta mezquita decidieron dedicar este año la reunión que celebramos cada año en estas fechas, a rememorar, honrar y agradecer el trabajo y la enseñanza de Sheij AbalQadir as Sufi.

Si una manera de manifestar la gratitud es hablar de los dones recibidos, y siendo como es una expresión de lealtad el atribuirle el mérito a quien lo tiene, no es de extrañar que sus murids hayan decidido dedicarle una ocasión como esta a reconocer y agradecer el beneficio que han recibido de él, y el conocimiento y el beneficio que han recibido de él todos los musulmanes.

Dijo el Imám Shafi’ (que Allah este complacido con él): “Un signo de la hombría del hombre libre es que preserva y salvaguarda el amor, aunque haya sido de un solo momento”. En otras palabras, un signo de hombría y una señal del hombre auténticamente libre es que es capaz de preservar y de saber reconocer el beneficio que ha recibido de otro, aunque haya sido un solo instante.

Encontramos en la sabiduría que se nos ha transmitido el siguiente dicho: “Quien me haya enseñado una sola letra es como mi padre”. Nuestros padres y nuestras madres han sido el medio por el cual hemos aparecido en la existencia. Y nuestros maestros han sido la causa por la que hemos salido de la ignorancia al conocimiento.

El sheij es el instrumento por el cual el hombre abandona el ámbito de la duda, de la vacilación y de la ignorancia para adentrarse en el mundo de la certeza, del imán y del conocimiento. Por consiguiente es obligatorio que el hombre sea leal y fiel, que profese la lealtad debida a quien le ha hecho el bien. ¿Qué mayor bien puede haber que quien te ha hecho abandonar la confusión y el desconcierto y te ha hecho entrar en la luz del entendimiento?

Si este agradecimiento y lealtad le son debidos a quien te ha enseñado una letra o te ha proporcionado un beneficio, te ha hecho un bien, aunque hayas sido sólo un instante, cuanto más no deberá ser el agradecimiento debido a quien te ha traído al Islam, a quien ha sido el instrumento por el cual has sido guiado al Islam, quien te ha enseñado la shari’a y quien te ha ayudado y ha intentado que no caigas en los precipicios en los que caen tanta gente.

Por esta razón pedimos a Allah que dé larga vida a Sheij AbdalQadir, pues él ha realizado todas estas cosas. Esto es evidente y claro como la luz del sol. Los rostros iluminados que nos rodean en esta reunión son una prueba de ello y son el fruto de ese trabajo, así como otros muchísimos que no están presentes y que se encuentran en todas las regiones del planeta.

Quien sea capaz de ver la confluencia de una comunidad de gente que se reúne entorno a alguien y esa reunión es para aprender y para recibir luz, ha de saber que eso no es por casualidad ni es por azar. Cuando la gente se reúne en las mezquitas, que son las casas de Allah, para estudiar la sunna y la shari’a, sólamente por ello, es motivo de que descienda sobre ellos la misericordia de Allah.

“Cuando se junta una asamblea de hombres en una de las casas de Allah para recitar el libro de Allah y estudiarlo entre ellos siempre desciende sobre ellos la tranquilidad y les cubre la misericordia y les protegen los ángeles y Allah les recuerda junto a los que están en su presencia”. Y esto es el dicho de nuestro profeta, que Allah le bendiga y le de paz.

El solo recuerdo, la sola mención de los salihin hace que descienda sobre quienes lo hacen la misericordia.

Del Imám An-Nawawi, se cita el siguiente dicho: “Recordad mucho y rememorad mucho las vidas y los dichos de la gente recta pues por su mención y su recuerdo descienden las misericordias”. ¿Qué quiere decir que al mencionar o recordar a los salihin descienden las misericordias?. El recuerdo de los salihin, de sus conductas, de sus palabras y de sus vidas, invita a quienes les recuerdan y escuchan la mención de sus historias a imitarles y a seguirles. Y ello conduce a la misericordia de Allah y al jardín de Allah. Esto es lo que quiere decir el Imam con su dicho. Lo contrario también es cierto: recordar a la gente degenerada es motivo de que descienda sobre quien lo hace la maldición de Allah. Y que Allah nos guarde y nos proteja de ella.

Sufian ibn A’ina, uno de los salihin decía: “Cuando se menciona y se habla de los salihin, desciende la misericordia”. Decía también: “No he visto nada que tenga más beneficio y reporte mas ganancia que hablar de los salihin”.

Por eso digo a los hermanos -y lo he dicho otras veces- que todo el que tenga una historia, una anécdota, un incidente con su sheij es de beneficio y utilidad que lo recuerde y hable de ello en las reuniones. Porque el que no tuvo la oportunidad de estar presente en ese incidente o en esa ocasión es importante que pueda escucharlo. Y a aquel que sí estuvo presente, se le refrescará la memoria. Y el recuerdo es de beneficio para los creyentes.

El que recuerda y menciona mucho a los rectos, a los salihin, por esa causa crecerá en él el amor hacia ellos.

El amor a los salihin es una obligación en nuestro din. No es una faceta secundaria, complementaria o de ornamento del din, sino que se trata de una de las cosas esenciales de nuestro din. Dijo el mensajero de Allah, paz y bendiciones de Allah sean con él: “Quien ama por Allah y odia por Allah y da por Allah y se abstiene de dar por Allah, es el que ha completado su imán”.

Por tanto, este es uno de los elementos esenciales, está en el núcleo y en la esencia misma del imán, el amar por Allah. El amor a los salihin es igual que el amor a Allah, porque amarlos a ellos conduce al amor a Allah .

En un hadiz Qudsi dice Allah: “Mi amor es obligado para aquellos que se aman entre ellos por Mí y los que se visitan unos a otros por Mi causa y los que se intercambian donaciones por Mi causa, (ya sea de carácter material, consejo, buena palabra o buena acción) los que se dan sadaqa unos a otros por Mí, los que dicen la verdad unos a otros (as-saddiqin) por Mí”.
Y por el contrario, estar enemistado con los salihin es un signo de declararle la guerra a Allah.

Dijo el profeta, que Allah le bendiga y de paz, citando las palabras de su Señor, en el famoso hadiz Qudsi: “Quien se enemista contra un wali, un amigo Mío, le anuncio que estoy en guerra contra él. No se aproxima a Mí mi siervo con nada que yo ame más que con lo que Yo le he hecho obligatorio…” hasta el final del hadiz.

Por consiguiente, la enemistad con los awliya es lo mismo que declararle la guerra a Allah. ¿Que significan estas palabras?. Es que esta persona se está exponiendo a su propia destrucción. ¿Hay alguien que sea capaz de enfrentarse y embarcarse en una guerra contra Allah?.

La amistad íntima con Allah no tiene discusión. Se trata de una verdad expuesta con toda claridad, sin ninguna ambigüedad, tanto en el Libro de Allah como en la sunna del mensajero, paz y bendiciones de Allah sobre él. La wilaya (el amor y la amistad de Allah) tiene dos facetas: una especifica, especial, propia de sólo unos pocos elegidos.

Pero hay otra wilaya general: todo creyente, todo el que dice la ilaha illa Allah Muhammadun rasulullah, tiene una parte de esta amistad con Allah
.
A todo aquel que dice la Shahada, es obligatorio amarle y es haram causarle daño o hacerle mal de ningún tipo. La wilaya general se menciona en el Qur’an cuando dice: “Los creyentes y las creyentes son amigos unos de otros”.También hace referencia a esa wilaya general la aleya que dice: ”Allah es amigo de los que creen, los saca de la oscuridad a la luz”.

Pero la wilaya de la élite es aquella que se menciona en otras aleyas del Qur’an, cuando dice: “Verdaderamente que los awliya de Allah no experimentan miedo ni tristeza”. Allah les ha dado su garantía y seguridad contra el temor en esta vida y la próxima.

Y en el mismo hadiz Qudsi que he mencionado se citan algunas de sus cualidades y atributos:

“Se acercan a Allah por medio de los actos obligatorios y siguen acercándose a Allah con actos voluntarios, hasta que Allah los ama; cuando alcanzan este grado, entonces -dice el hadiz- y si Yo les amo, Soy su oído con el que ellos oyen, su vista con la que ellos ven, y su mano con la que ellos toman y sus pies con los que ellos caminan. Y si me piden, ciertamente les daré y si buscan en Mi protección y Mi refugio ciertamente les daré refugio”.

¿Cuántas veces habremos oído este noble hadiz?. Nos es conocido y familiar, y sin embargo, si ampliamos nuestra visión, nos daremos cuenta que cada frase de este hadiz demanda que nos detengamos por un momento ante ella, para que nos permita profundizar en la comprensión de su significado.
“Seré su oído con el que oye, su vista con la que él ve…”
¿Cómo puede resultarnos extraño de una persona que alcanza este grado, que sea capaz de ver lo que no ve la gente corriente?

Se cita del Imám Ali (que Allah ilumine su rostro) que dijo: “Si se me levantara el velo, no aumentaría mi certeza”. Es decir, su visión era por la luz de Allah y no había velo alguno que ocultara esa luz.

No debemos por tanto extrañarnos de que aquellos a quienes Allah ama y ha tomado por amigos sean capaces de ver lo que no ven otros hombres. Puede ser que vean a los ángeles, puede ser que sean capaces de percibir cosas que están en el mundo de lo oculto.

¿Hay alguien capaz de ponerle límites al favor de Allah, que abarca todas las cosas?

“Este es el favor de Allah que Él da a quien Él quiere y Allah es el poseedor del inmenso favor”. “El le concede la sabiduría a quien el quiere. A quien se le dio la sabiduría se le ha dado un inmenso bien”.

Si nos detenemos por un instante a reflexionar sobre el significado de: ”soy el oído con el que oye” no nos sorprenderá que esa persona sea capaz de oír los sonidos del mundo de los ángeles, con el permiso de Allah.

“No alcanzan a tener de Su conocimiento excepto lo que El quiere”, en ayat Al-Kursi.

Y a quien Allah quiera concederle como un privilegio, un favor especifico o especial que sólo le da a él, nadie en Su Reino puede ponerle restricciones a Allah.

“Allah es el soberano de todo el universo. Le das soberanía a quien Tú quieres, Le das poder a quien Tú quieres. Y humillas a quien Tú quieres. En Tu mano esta el bien. Y Tú tienes poder sobre todas las cosas”. Todo el que pretenda medir los asuntos de Allah en Su creación con la medida humana está intentando medir el poder de Allah con su limitado entendimiento, pretendiendo ponerle restricciones y limites a Allah en Su dominio.

Aquel a quien Allah le ha dado Su amistad, Su amor, no mira sino lo que Allah ama y entonces Allah le levanta los velos. Y no oye si no lo que a Allah le complace y por ello Allah le retira los velos de su oído. Y Allah le da su ayuda para tener éxito en sus actos, y no actúa sino con actos que Le son satisfactorios, que Le complacen a Allah… y no mueve sus pies si no es para ir a donde obtendrá beneficio y donde Allah estará complacido con él… y cuando le pide a Allah, Allah le da… y cuando busca en Allah refugio, Allah le proporciona refugio.

Dijo el Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él): “Verdaderamente entre los siervos de Allah hay quienes si juraran por Allah, Allah les otorgaría lo que pidiesen”.

Hay mucha gente en esta época en que vivimos que pretenden en su mente ponerle a Allah restricciones sobre Su dominio y soberanía. ¿Cómo es posible –se preguntan- que le haya pasado a fulano esto o lo otro?.

Y sin embargo la prueba de que estas cosas extraordinarias son verdad y son posibles son las palabras del Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él): “Verdaderamente entre los siervos de Allah hay quienes si juraran por Allah, Allah les otorgaría lo que pidiesen”. Ellos tienen algo que les distingue y los hace especiales. Son todos siervos de Allah. Y sin embargo están aquellos a quienes Allah ha distinguido con Su amor y Su amistad. Y esto no se limita a los profetas. Estos asuntos también les han ocurrido a otros, después de los profetas.

La gente de la caverna (Surat al Ka’ahf) que permanecieron en la cueva 300 años mas nueve, sin morir, estaban durmiendo. Luego despertaron de su letargo, sin haber comido ni bebido durante todo ese tiempo. ¿Es esto un hecho ordinario, normal? Y, sin embargo, estos no eran profetas. ¿Y por qué el Qur’an nos relata esta historia, si no es para que observemos?.

El compañero de Sulaiman, que consiguió traer el trono de Bilkis, la reina de Saba, cuando le dijo un Ifrit de los yin: “Yo te lo traigo aquí antes de que te levantes de tu asiento y yo soy fuerte y capaz”. Y dijo el que tenia conocimiento de Allah, aquel a quien Allah le había guiado, dándole un conocimiento especial, “Yo te lo traeré antes de que vuelva a ti tu mirada”. Y trajo ante la presencia de Sulaiman, que estaba en Jerusalén, el trono de la reina de Saba, que estaba en el Yemen, en el tiempo que se tarda en parpadear. Y este hombre de conocimiento no era un profeta. Estos son prodigios excepcionales que rompen el orden normal de las cosas.

Mariam (la paz sea con ella) era una niña pequeña, estaba bajo la tutela de su tío (esposo de su tía) Zakaría. Éste iba a visitarla y se encontraba que tenía frutas de invierno en el verano y frutas de verano en el invierno. Y le dijo: “¿qué es esto Mariam?” Y ella dijo: “esto procede de Allah. Allah le concede Su provisión a quien El quiere sin límites”. Esto es rizq. ¿Acaso es la provisión simplemente comida y la bebida? No. Todos los dones y regalos son también provisión. Allah le da a quien El quiere lo que El quiere sin cuenta, sin límites.

Los tres que se vieron atrapados en una cueva, como nos relata en un hadiz el Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él), estaban de viaje y buscaron un refugio en una cueva para pasar la noche. Entonces empezó a caer la lluvia, con tanta intensidad que desplazó una gran roca hasta la entrada de la cueva, dejándolos atrapados, sin posible escapatoria. Se juntaron y decidieron suplicarle a Allah por medio de recordar cada uno de ellos cual había sido su acto mas puro. Y le pidieron a Allah que esos actos puros les hicieran valer para librarles de la angustiosa situación en la que se encontraban. Entonces Allah les sacó de ese trance y pudieron salir de la cueva.

Estos son sólo algunos ejemplos, hay muchas otras pruebas de lo que estoy diciendo en el Libro de Allah.

Sheij AbdalQadir as Sufi (que Allah le dé larga vida) es una persona a quien Allah le ha dado -y esto es evidente- un don especial. Suficiente prueba de ello es el número tan grande de gente que Allah ha guiado al Islam por su mano. A los que les ha enseñado la sharía. ¿Acaso cualquiera es capaz de esto?, ¿o solamente aquel que tiene, procedente de Allah, un don y un secreto?. El (que Allah le proteja) siempre ha puesto un gran celo en que sus murids y fuqara conozcan y cumplan con la sharía. No solo ha puesto su empeño en la ciencia del tasawuf, y, dicho sea de paso, el tasawuf no es otra cosa que el Ihsan. El Shayj dice: deseo ver el tasawuf del movimiento, el de la acción. Pues el sufismo, como es bien sabido, es uno de los grados y estaciones del Din, al que el Profeta (que Allah le de paz y bendiciones) le dio el nombre de Ihsan, cuando le enseñó a Yibril los tres grados del Din, concluyó diciendo: “Éste era Yibril que vino para enseñaros vuestro Din”. Por esta razón deben los fuqara y los murids aferrarse a la sharía. Y cuando hablamos de sufismo; sufismo es la cumbre, la culminación del Din. Esto significa que el sufi tiene que aferrarse con todo su empeño al Islam, Imán y al Ihsan.

Dice Allah (glorificado y ensalzado): “Vosotros los que creéis, tened temor de Allah y permaneced en la compañía de los verídicos” (sadiqin). La taqua que se cita aquí se cita igualmente en muchas otras ayats.

La taqua del Islam pertenece al cuerpo físico. La taqua del Imán pertenece al corazón. Y en el grado del Ihsan, la taqua pertenece al Ruh. Es espiritual.

Cuando hablamos de taqua y cuando oímos hablar de taqua, de la conciencia de la presencia de Allah y de guardarse del castigo de Allah, debemos saber que la taqua de Allah implica y abarca tanto los actos físicos del cuerpo como lo que hay en el corazón, la creencia, el Iman del corazón y también alcanza al Ruh. Estas dimensiones son los grados del Din y nadie puede prescindir de uno en favor de otros grados o tomar uno en detrimento de los otros.

Con ello hace el musulmán que el corazón este vivo. “¿Acaso es igual aquel que estaba muerto e hicimos revivir su corazón, aquel que estaba muerto y le devolvimos a la vida y le dimos una luz con la cual camina entre los hombres, es igual a quien se mueve en la oscuridad de las tinieblas y no es capaz de salir de ella?”

Hay hombres a quien Allah les ha favorecido dándoles luz. Allah ilumina sus corazones y les da Su ayuda para tener éxito en acciones rectas y les hace ser un modelo y un ejemplo para otros, de tal modo que por medio de ellos otros son guiados.

“Si se guía por ti, por tu mediación, un solo hombre, eso es mejor para ti que una camella roja” (una camella hembra y de color rojo era la posesión mas valiosa, el bien mas caro y preciado entre los árabes). Este es un hadiz que relató Imam Ali (que Allah ennoblezca su faz) y que transmitió el Imam Al Bujari.

En otras versiones diferentes, dijo el Profeta (paz y bendiciones sobre él): “Si por tu mano se guía un solo hombre, eso es mejor para tí que todo aquello que ilumina la luz del sol”. Es decir: este mundo y todo lo que contiene, valen menos que el valor, la recompensa y el mérito de haber sido tú el motivo de que una sola persona se haya librado del castigo de Allah. ¿Pero quien es el que guía?, Allah (ensalzado y glorificado). Suya es la guía. No obstante, hay hombres que Allah ama y a quienes Allah les ha ofrecido Su amistad y Su ayuda, y por ello se convierten en causa o motivo de la guía de otros. Este hombre que ha sido la causa de la guía de otro, si lo comparas con el poseedor de todo lo que hay en este mundo… él es mejor y mas rico.

La gente presume de ser propietaria de una tierra o de una hacienda, o de una región, y sin embargo si fueras el propietario de todo lo que hay en el mundo y lo pusieras en un plato de la balanza y pusieras en el otro el haber sido instrumento de que otra persona se haya guiado al Islam, lo segundo es mas valioso y mejor que lo primero.

Puede que alguien diga: “es cierto que debemos de amar a los salihun y es obligatorio amar a los awliya, pero ¿cómo vamos a saber quienes son?” Ellos tienen sus signos y sus señales de los cuales nos ha informado el Libro de Allah. Una persona por cuya mano la gente es guiada al Islam y no uno, ni dos, ni siquiera cien, ni tampoco mil, sino un número mayor, que solo conoce Allah. Como dice Allah: “…Como el grano del cual salen espigas y cada espiga contiene cien granos. Allah multiplica de este modo Su favor a quien El quiere”.

Y esto, sin ninguna duda, se le puede aplicar o hace referencia a alguien como Shaij AbdalQadir. Este asunto es un favor de Allah que da a quien El quiere. El musulmán no tiene envidia de aquellos que han recibido el favor de Allah, ni se disgustan por lo que tienen, sino que reconocen a quienes obtienen el favor de Allah y se esfuerzan en seguirles y en imitarles. “¿Acaso tienen envidia de aquellos hombres a quienes Allah ha concedido de Su favor? Allah le da Su favor a quien El quiere y le concede Su provisión sin cuenta a quien El quiere”.

Por estas razones debemos amarle y pedir a Allah por él.

Que mis hermanos los fuqara intenten por todos los medios poner en practica sus enseñanzas y consejos. Y esto no es suficiente con hacerlo un día. No es suficiente reunirse para escuchar buenas palabras y que al separarse no quede nada mas que las palabras.

Porque este favor que Allah otorga a quien El quiere de entre Sus amigos íntimos, obtienen su apoyo y se cimientan en los profetas, se apoyan en el Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él), sello de los enviados y mensajeros; quien no dejó como herencia ni un solo dinar, sino que nos dejó como herencia el conocimiento, dejó como herencia el Din, la guía. Su herencia es el bien para su Umma. Quien lo reconoce y lo toma, ha cogido lo mejor y lo mas valioso. Sin embargo, los que se oponen e intentan obstaculizar a aquellos cuya misión es llamar a la gente a Allah, o les declaran su hostilidad manifiesta, o hablan de ellos lo que no deben, se están exponiendo a la destrucción (y me refugio en Allah de ello).

Shayj AbdulQadir al-Yilani (que Allah este complacido con él) dijo: “Quien ofenda el nombre de un wali, Allah le ha de causar una desgracia que es la muerte del corazón, y esa es la desgracia mas grande”. Aquel cuyo corazón muere ya no acepta ni reconoce nada bueno que se le diga, ninguna amonestación, ningún buen consejo. No hay desgracia mayor que la muerte del corazón. Que Allah nos guarde y nos proteja de ello. Aquel cuyo corazón muere ya no siente nada. Llega un momento en que ya no siente nada. Haciendo el mal piensa que esta haciendo el bien.

Dice Allah (ensalzado sea) en Su libro: “Piensan que lo que hacen esta bien hecho. Allah les pone un sello en su corazón y no disciernen”.

Y esto no hace sino confirmar lo que dice el hadiz Qudsi: “A quien declara su enemistad a un amigo Mío, Yo le declaro a él la guerra”. Los ejércitos de Allah son diversos y muy numerosos. Y no conoce los ejércitos de Allah más que Él. Tanto los ejércitos que Allah envía para proteger a Sus auliya, como los ejércitos que envía para destruir y eliminar a Sus enemigos.

Pedimos a Allah que nos haga ser de aquellos que cuando escuchan siguen lo mejor de lo que han escuchado.

A Allah le pedimos que ponga en nuestro corazón amor por los Awliya de Allah y ponga en ellos amor por nosotros.

A Allah le pedimos que ponga en nuestro corazón amor por los creyentes y en ellos amor por nosotros.

Allah haznos amar el iman en nuestros corazones y hazlo bello y haznos detestar el kufur, hazlo aborrecible en nuestros corazones, y haznos detestar la degeneración y la desobediencia.

Y a Shaij AbdalQadir, que ha entregado estos servicios de tantísimo valor -y en esto no hay ni elogio indebido ni adulación, ni exageración, porque es claro como la luz del sol que este hombre ha entregado todo su esfuerzo en el camino de Allah y no le importa nada de este mundo mas que guiar a los hombres y Allah ha hecho real, ha realizado por su medio, mucho, la prueba es evidente y no necesita argumentarse- a Allah le pedimos que le proteja, le dé éxito en todo cuanto emprenda y le recompense grandemente por cuanto bien ha hecho al Islam y a los musulmanes. Amin.

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