La RAE define el significado de ‘deshonor’ como: “Pérdida de honor” y “Afrenta, deshonra”. Otro diccionario añade: “Pérdida de honor, la estimación o el respeto”. De esto deducimos que cuando un individuo o grupo incurre en una acción vergonzosa pierde su honor, o, al menos, este se ve en entredicho, y dicho individuo o grupo tiene que hacer algo por reestablecerlo.
Pero bien, ¿qué es el honor? Para esto empecemos por recurrir a la RAE una vez más. Esta dice: “Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo”. Es decir, que para tener honor uno debe de respetar a los demás, y, más importante, a sí mismo. Sheij Abdalqadir As-Sufi dice sobre esto en el libro El príncipe musulmán: “El honor es una sensación que experimenta aquel a quien le ha sido concedido”. Es una sensación, un impulso que ha de seguir.
En el Surat Al-Furqan encontramos la siguiente aleya: “Los que no dan testimonio de la mentira y cuando pasan junto a la frivolidad lo hacen con nobleza” (25:72). Es decir, con karima –honor–.
La mentira, el engaño, la frivolidad, el robo, todo esto va en contra del honor.
Nuestros políticos, como hemos podido comprobar en los últimos meses, mienten, roban y engañan y encima tienen la frivolidad de no darse por aludidos cuando son increpados al respecto. No hay más que ver el caso Bárcenas o el de los ERE falsos.
En el libro El príncipe musulmán el autor continua: “El hombre de honor debe reconocer a los de su propia clase. La compañía del hombre de honor tiene que ser una compañía honorable. Esta es la función del deporte de la esgrima y, en principio, de los deportes en grupo, a excepción del fútbol que es deshonroso.
Concluye diciendo: “El hombre de honor protege su honor y los acontecimientos también los hacen. Es una luz de las luces de la Luz”.
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