DANDO VIDA A LOS INOCENTES

¿No hemos tenido todos la experiencia de entablar una conversación con una persona joven y, lejos de recibir respuestas entusiastas y amenas, obtener una serie de gruñidos en forma de palabras?

−  ¿Y cómo estás?

O bien insistimos frustrados o simplemente abandonamos este intento de conversación. Todo lo que hemos recibido por respuesta han sido monosílabos. Pero hay algo más detrás de todo esto. Por nuestra propia salud como padres necesitamos entender qué ocurre para poder encarar bien esta situación.

¿Qué es lo que está mal?

Mientras los niños crecen, se van haciendo cada vez más independientes. Dejan el pecho de la madre, andan, aprenden a hablar, hacen amigos, deambulan y exploran. La comunicación es crucial en la vida de un niño y, a medida que van creciendo, el lenguaje se desarrolla y ellos se comunican expresando pensamientos y experiencias sutiles. Nuestros diálogos demuestran que esta facultad está siendo dañada.

  1. La educación moderna no permite al niño desarrollarse ni explorar su mundo sin restricciones y de manera autónoma. Esto perjudica el desarrollo instintivo natural de exploración independiente de su mundo, el terreno en que se forma una personalidad fuerte y estable, dándole al niño la oportunidad de conocer su propia mente. Nuestros intentos por tratar de dirigir el proceso educacional simplemente no pueden competir con el instinto del niño. Los niños dejados libremente saben qué hacer, lo llevan incorporado.
  2. Las comunidades necesitan historias que contengan una comprensión de su lugar en el mundo. Así es como una comunidad “canta la misma canción” y comparte la narrativa de su lugar en el mundo. Los medios de comunicación de masas han dañado la habilidad de las comunidades para expresar su “armónico y colectivo entendimiento y comportamiento” –nomos− reemplazando sus historias y entregándoles un consumo de masas y una cultura bancaria, a través del cine y los medios.

Habiendo destruido el nomos –el armónico y colectivo entendimiento y comportamiento−, la juventud es incapaz de situarse con seguridad dentro de una narrativa de comunidad. Esto tiene un grave efecto sobre el desarrollo de sus personalidades y sobre la continuidad narrativa de las comunidades.

  1. Habiendo reducido el lenguaje a algo funcional, la expresión poética y elocuente ya no es valorada. La gente joven es privada de su derecho de nacimiento de una expresión elocuente y sutil de sus experiencias y emociones.

Asesinando a los Inocentes

El siglo XIX vio el triunfo de un movimiento llamado la escuela positivista o científica. Afectó casi todas las doctrinas y filosofías. Para ellos, la realidad era solo aquello que se podía confirmar con los cinco sentidos o un experimento repetible en un laboratorio. Eran racionalistas en extremo. Charles Dickens examina (analiza) el racionalismo de este nuevo tipo de hombre en su novela Tiempos difíciles (Hard Times).

“Thomas Gradgrind, señor. Un hombre de realidades. Un hombre de hechos y de números. Un hombre que arranca del principio de que dos y dos son cuatro, y nada más que cuatro, y al que no se le puede hablar de que consienta que alguna vez sea algo más… Un señor con la regla, la balanza y la tabla de multiplicar siempre en el bolsillo, dispuesto a pesar y medir en todo momento cualquier partícula de la naturaleza humana para deciros con exactitud a cuánto equivale. Un hombre reducido a números, un caso de pura aritmética…”

(…) “Presentó ahora Thomas Gradgrind a Thomas Gradgrind a todos aquellos jarritos que iban a ser llenados hasta más no poder de realidades. (…) Daban al señor Gradgrind la impresión de una especie de cañón atiborrado hasta la boca de realidades y dispuesto a barrerlos de una descarga lejos de las regiones de la niñez. Daba la impresión también de un aparato galvanizador, cargado con un horrendo sustituto mecánico para las tiernas imaginaciones juveniles que iban a ser aniquiladas.”

Crearon un mundo de dogmas −un principio o serie de principios establecidos por una autoridad como verdad indiscutible− cuyos hechos cambian de forma regular, a medida que el proceso científico demuestra, desmiente y se renueva. El libro de texto de hace veinte años es rebatido y reemplazado por una nueva teoría que, como su predecesora, está basada en un hecho indiscutible.

No puedes confiar en tus experiencias, todo tiene que ser probado para luego ser disparado sobre las mentes de “los pequeños jarritos” descarga tras descarga. No puedes confiar en tus experiencias hasta que no han sido medidas por un sacerdote científico. Los niños exploran su realidad y proponen a partir de su imaginación. Proceden lentamente por observación, suposición, prueba y conclusión. La educación dogmática enseña que no se puede confiar en este proceso personal, ya que sólo la ciencia posee el monopolio sobre lo que es cierto y lo que no. El efecto sobre el niño es nefasto, interrumpe su relación exploratoria con el mundo, que es lo que le da al niño una conexión y una apertura transformativa a la hora de aprender sobre el mundo. A medida que el niño cambia su visión del mundo, su comportamiento debe cambiar para poder estar en consonancia con lo que observa.

Pero los conocimientos son ahora hechos disparados a tu interior. ¡Conócelos y no cambies nada! Ciertamente no necesitas ser transformado de adentro hacia afuera. Se produce una desconexión, una fragmentación mental entre la experiencia y lo que el niño ve como verdad indiscutible.

Dickens continúa su exploración:

“¡La niña número veinte es incapaz de definir un caballo! –exclamó el señor Gradgrind−,… ¡La niña número veinte está desprovista de hechos con referencia a uno de los animales más conocidos! Veamos la definición que nos da un muchacho de lo que es un caballo. Tú mismo, Bitzer.

Esto y mucho más −dijo Bitzer.

¡Hemos asesinado la apertura inocente del aprender y la educación del niño aporreándolo con “hechos”!

Dickens lo ilustra a través de una conversación entre el señor Gradgrind y su angustiada hija Luisa:

Ella se dejó caer en una silla delante de su padre y apoyó la mano helada en su brazo.

El señor Gradgrind la miró entre perplejo y asustado, repitiendo de un modo automático:

Luisa lamenta el vacío resultante, la desesperación profunda y la existencia sin significado.

Dando vida a los Inocentes

El problema no puede afrontarse de forma privada porque el nomos es colectivo, y ese “armónico y colectivo entendimiento y comportamiento” debe existir dentro de una comunidad. Las comunidades deben cantar su propia canción. Encarar esto es la más difícil de las tareas, pero es potencialmente la más gratificante. Necesitamos ver el relieve de nuestras historias; en una conversación colectiva llevada a las cuestiones que nos ocupan, somos capaces de presentar y explorar nuestros entendimientos y respuestas. Este es el papel de los cuentos, del teatro y del arte. Esta conversación colectiva debe vencer heroicamente los dilemas, las contradicciones, los desafíos y las circunstancias. Debe alabar la nobleza, la lealtad, un reconocimiento de lo divino y el papel de la responsabilidad individual. A través del teatro comunitario y de los medios de comunicación, nuestra gente joven podrá tomar parte en esta conversación de manera que les permita vislumbrar los posibles resultados de sus vidas.

Para abordar los problemas del lenguaje, debemos construir relaciones basadas en la confianza, atravesando gradualmente por las historias que la gente joven experimenta en su vida. Hablad con ellos para entender las dificultades comunicativas con las que se encuentran. Leed, ved películas, discutid y, sobre todo, escuchaos mutuamente. Haced cosas interesantes, gratificantes y llenas de significado. Responder apropiadamente a todas las cuestiones que se presentan requiere que escuchemos primero cuáles son esas cuestiones. Ganar su confianza sin juzgar. Puede que los padres no sean capaces de salvar esta brecha. Se necesita una comunidad para criar a un niño.

Debemos hablar de sentimientos y puntos de vista sutiles, de lo que significan y cómo afectan a nuestras acciones y experiencias del mundo. Las palabras tienen matices sutiles de significado, que si no se explican claramente acaban en malentendidos. Si este concepto no se entiende o no se conoce, no seremos capaces de expresarnos con claridad, dando lugar a que otros no sean capaces de saber que “estamos aquí”.

En cuanto a la religión insana de “los hechos”, los jóvenes necesitan zonas seguras donde poder explorar, reflexionar y aprender a conocer sus propias mentes.

Conclusiones

El asesinato de los inocentes es algo que tenemos que parar. Debemos prestar atención a la riqueza más allá de la prisión de nuestras privadas vidas familiares. Alcanzad y haceos con el nomos, ya que el antiguo está irreparablemente colapsado; tenemos que empezar otra vez. Con lo que ha quedado de nuestro actual nomos, ya no somos capaces por más tiempo de producir adultos bien formados. Tu futuro, el futuro de nuestros hijos y de nuestra civilización depende de ello.


(Traducido del inglés por Iman Gross)

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