Cervantes, Hindi y la batalla de Lepanto

El político, historiador y teólogo İbrahim Kalın, portavoz de la Presidencia de Turquía, afirmaba en su columna publicada en el Daily Sabah que la Batalla de Lepanto es uno de los sucesos más conocidos en la historia de las relaciones euro-otomanas, y cuenta las historias de dos de los más importantes escritores españoles y otomanos. «Siendo más que una batalla naval, entrelazó los destinos de distintas personas de forma inesperada. Las historias de Miguel de Cervantes, el más famoso autor medieval español -de cuya muerte se cumplen 400 años- y de Hindi Mahmud, el poeta, gobernante y hombre de Estado, son testigo de la interconexión de conceptos como esclavitud, separación y regreso al hogar.

La victoria de la armada europea, liderada por Don Juan de Austria, sobre la flota otomana, supuso una gran noticia. Los europeos estaban más sorprendidos que los otomanos, ya que los “invencibles” turcos habían sido derrotados y el Mediterráneo dejaba de ser un “mar turco”».

Las celebraciones se extendieron por toda Europa, y el entusiasmo era predominante en el continente. “La caída de los turcos” era inminente, ya que Dios, que había abandonado a los buenos cristianos por su infidelidad y pecados, había vuelto para ayudarles».

El entusiasmo, sin embargo, no duró demasiado; los otomanos conquistaron Chipre y reconstruyeron su armada con más fuerza. Sokollo Mehmed Pachá, primer ministro del sultán Selim II, le dijo al embajador de Venecia, Marcantonio Barbaro: “Habéis venido para ver cómo hacemos frente a la desgracia. Pero permitidme que os haga ver la diferencia entre vuestra pérdida y la nuestra. Nosotros os hemos arrancado un brazo con Chipre, vosotros la barba con Lepanto. Mientras que un brazo arrancado no vuelve a salir, la barba crece con más fuerza”».

La Batalla de Lepanto dejó huellas, configurando la política y los comportamientos durante siglos. Las historias de sacrificio, heroísmo, cautiverio y liberación son abundantes. Entre ellas encontramos la de Miguel de Cervantes, quien, lleno de entusiasmo patriótico, se unió a los ejércitos europeos frente a los otomanos. A pesar de las continuas advertencias por su estado físico, se lanzó a la batalla y fue herido en su mano izquierda. Este hecho fue para él una bendición, le permitió concentrarse en su arma más poderosa, su mano de escritor. Cervantes recordaba esos días con orgullo, afirmando que él “estuvo allí”. Años después, fue apresado por piratas musulmanes y llevado prisionero a Argelia, donde estuvo cautivo cinco años. Narra esos días de cautiverio en varias de sus obras, como El trato de Argel, Los baños de Argel y, por supuesto, en la más famosa de todas, El Quijote».

Estos años de cautiverio fueron un asunto polémico. ¿Qué hizo en esos cinco años? ¿Traicionó a su patria? ¿Se convirtió al Islam? ¿Cómo explicaba sus buenas relaciones con el emir de Argelia bajo control otomano? Por cuatro veces intentó huir, pero no fue castigado, sino que fue bien tratado.

Nunca dejó de ansiar el regreso a su patria. Observando a los presos musulmanes, judíos y cristianos acumuló gran cantidad de información sobre el Islam, el arte y la cultura islámicos y la geografía norteafricana, enriqueciendo su obra literaria. Cervantes veía el Islam y a los musulmanes desde el prisma de las falsas historias, leyendas y prejuicios del cristianismo. Su regreso a casa fue un acontecimiento cultural y literario, ya que su contacto tanto con gente de a pie como con los gobernantes de Argelia le dieron una oportunidad única que muy pocos contemporáneos suyos tuvieron en el S. XVI».

El otro hombre cuyo destino cambió en la Batalla de Lepanto fue Hindi Mahmud. Su historia es también de cautiverio y regreso a casa, resultando de ello su creación El diario de Hindi Mahmud, su más notable obra poética. Nacido en Afyonkarahisar, en una familia humilde, se fue elevando a rangos importantes dentro del Estado otomano como oficial, tesorero y embajador. Su seudónimo, Hindi, le fue dado por el entonces príncipe heredero Selim, que más tarde se convertiría en sultán».

Hindi Mahmud participó en la Batalla de Lepanto, donde, tras perder la guerra, fue hecho prisionero por Don Juan y llevado, en un doloroso viaje, a Roma. Allí fue encarcelado en Castel Sant’Angelo, donde se encontró con Cem Sultan, hermano del sultán otomano Bayecid, quien, tras perder la corona, pasó los últimos trece años de vida cautivo hasta su prematura muerte en 1495».

Durante sus años de cautiverio, Hindi no perdió la esperanza de volver a casa, recordando entre lágrimas a su esposa e hijos. Pidió a Allah y animó a sus compañeros a mantenerse firmes. Rezaron juntos, se acercaron unos a otros y agradecieron a sus captores que les permitieran hacer el yumu’a y celebrar el Mawlid. Castel Sant’Angelo se convirtió en un santuario para los presos otomanos».

En su diario, escrito en forma de poema y del cual solo han sobrevivido unos pocos fragmentos, Hindi Mahmud utiliza su talento literario para sobrevivir en sus días de cautiverio. Agradece a Don Juan su amabilidad y noble actitud hacia ellos. Criticó las políticas papales del Vaticano y siguió los disturbios de 1572 en Roma, la muerte de Pío V y la sucesión de Gregorio XIII. Soñaba con conquistar Roma, a la que los turcos llamaban la Manzana Roja».

Fue liberado en 1575 como parte de un intercambio de prisioneros a los 64 años y pasó el resto de sus días en Estambul, donde escribió su famoso libro Qisas al-Anbiya (Historias de los Profetas)».

El regreso a casa tras su cautiverio, tanto para Cervantes como para Mahmud, fue un renacimiento y motivo de inmensa alegría. A pesar de ser muy diferentes y vivir experiencias distintas, lo que les mantuvo en sus años de cautiverio fue lo mismo: fe, esperanza y firmeza. Además, se distinguieron por su talento, imaginación e intelectualidad, lo que les ha hecho conservar su importancia hasta nuestros días».

Las historias de estos hombres, sigue Kalın, «nos recuerdan a la de otro importante hombre del S. XVI, Hassan Al-Wazzan, conocido en Europa como León el Africano, quien fue apresado y puesto al servicio del Papa León X, y escribió la obra Descripción de África.

Estas historias nos hablan sobre la capacidad de resistencia del ser humano frente a pruebas y tribulaciones. Muestran los puntos comunes entre cautiverio y vuelta a casa. También destacan la complicada interactuación entre la sociedad islámica y la occidental a diferentes niveles. Los matices que introducen en la actual narrativa Islam-Occidente son demasiado importantes como para dejarlas pasar».

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