Celebración del décimo aniversario de la Mezquita Yumu’a de Ciudad del Cabo

Cartel del décimo aniversario de la Mezquita Yumu'a de Ciudad del Cabo

Aniversario de la Mezquita
La mezquita Yumu’a de Ciudad del Cabo

En el mes de abril se han cumplido diez años de la inauguración de la Mezquita Yumu’a de Ciudad del Cabo, el viernes 14 de Abril del 2006. La mezquita fue fundada por Shaij Abdalqadir As Sufi, y el edificio, una joya arquitectónica de comienzos del siglo XX, diseñado por Sir Herbert Baker y situado en el corazón de la ciudad, junto a los Company Gardens, fue donado por la Al-Bukhary Foundation, de Malasia. Para el décimo aniversario, la comunidad musulmana organizó una celebración a la que asistieron varios cientos de personas. La mezquita estaba literalmente abarrotada de musulmanes de todo Sudáfrica, así como invitados de todo el mundo. Esta celebración tuvo lugar en miércoles 27 de abril, coincidiendo con la fiesta nacional de Sudáfrica que celebra el final del apartheid, denominada Freedom Day, el Día de la Libertad.

Las primeras palabras de Rhomeez Hendricks, portavoz de la comunidad en los actos del aniversario, fueron de agradecimiento a Allah por el regalo de la mezquita; al fundador, Sheij Abdalqadir As Sufi, por su inspiración y enseñanza; a los patronos que donaron el edificio y siguen sufragando muchos de sus gastos de mantenimiento, la Al-Bukhary Foundation, y a los cuatro imames que desde su fundación han dirigido las oraciones del viernes: Shaij Ali Laraki, Imam Bashir Castiñeira, Shaij Abdalhaqq Bewley y Shaij Habib Bewley. También mencionó el enorme número de personas, un promedio de una por semana, que han aceptado el Islam en la mezquita desde su apertura, el hecho de que las reuniones de dhikr estén firmemente establecidas semanalmente en la zawiya anexa a la mezquita y la comida multitudinaria que la mezquita ofrece a cientos de personas todos los viernes, sin excepción, después del salat al Yumu’a.

En el discurso de apertura, Sheij Ebrahim Gabriels, vicepresidente del MJC, Muslim Judicial Council, recordó a todos los presentes que este noble edificio y esta zona principal de la ciudad, donde están los principales edificios e instituciones del Gobierno en Ciudad del Cabo, era una zona restringida exclusivamente a los blancos, y que el Día de la Libertad era una fecha adecuada para celebrar la apertura de esta magnífica mezquita y, también, la fortaleza y cohesión de la comunidad musulmana de Ciudad del Cabo, cuya población se estima cercana al millón de musulmanes.

Shaij Abdalhaqq Bewley, el siguiente invitado que dirigió la palabra a los asistentes, hizo mención precisamente al mérito y la perseverancia de la comunidad musulmana del Cabo, que ha desarrollado una cultura propia y una tradición musulmana autóctona que él describió como “quizá la comunidad musulmana más grande del mundo fuera de los territorios históricos del Islam”. Sheij Abdalhaqq contó los primeros pasos de Sheij Abdalqadir As Sufi, cuando tuvo su primer encuentro con su maestro, Shaij Muhámmad ibn Al Habib, en Meknés, en los años 60, quien le hizo entrega de dos regalos: una alfombra y unos quince ejemplares de su Diwán, y le ordenó: “Vete y llama a tu gente al Islam”. Siguió explicando Shaij Abdalhaqq:

Y eso es lo que ha estado haciendo desde hace cincuenta años. Sheij Abdalqadir ha revivido dos sunnas importantes en todas las comunidades que ha establecido, allí donde ha residido un periodo extenso de tiempo. La primera, fundar una mezquita (la Mezquita Ihsán, en Norwich; la Mezquita Mayor de Granada; la Mezquita Yumu’a, en Ciudad del Cabo, y la nueva mezquita de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, México, establecida por su comunidad bajo la autoridad de Shaij Muhámmad Nafia Pérez). La segunda, poner en práctica, de la manera más extraordinaria, el hermanamiento de los emigrantes y los ansar, repitiendo un hecho que fue trascendental en los orígenes del Islam y que dio pie a una nueva realidad política no basada en el tribalismo, la raza o el grupo social, sino en la creencia. Esa hermandad hizo del Islam una realidad histórica expansiva, y ese ejemplo es visible y asombroso en la Mezquita Yumu’a de Ciudad del Cabo, donde la comunidad une a malayos descendientes de los primeros musulmanes del Cabo, traídos en cadenas del archipiélago indonesio como prisioneros de guerra y esclavos, congoleños francófonos, somalíes,  europeos y emigrantes del subcontinente indio, una hermandad que no separa por raza, estatus económico o cultural, lengua o nacionalidad.

 Shaij Habib Bewley, imam jatib de la mezquita, pronunció un elocuente discurso sobre lo que representan las mezquitas: el espacio de tranquilidad en medio del caos de unión y concordia en un mundo dividido, de serenidad en tiempos convulsos… Y pasó a clarificar a los presentes, en su gran mayoría miembros de la comunidad musulmana local, cuya tradición es shafi’i, ciertas diferencias especificas del madhab malikí. “El camino recto, As-Sirat al-Mustaqim, el camino que lleva al Señor y Creador -dijo Sheij Habib- no es estrecho ni opresivo, sino amplio y desahogado, como una autovía de muchos carriles. El Corán fue revelado en siete recitaciones, y las diferencias no son motivo de discrepancia, sino de orgullo y satisfacción, pues mantener vivas cuantas más sean posibles de las prácticas de la Sunna es una obligación para los individuos y para las comunidades”. Tras este preámbulo, Shaij Habib señaló que la Mezquita Yumu’a es la primera mezquita establecida en el Cabo en la que se sigue el fiqh malikí, o dicho con mayor precisión, la práctica de la comunidad de Medina. Cuando –en los primeros cien años después de la Hégira- en las grandes ciudades del Islam podían llegar a contarse, en algunos casos, unos cientos de los Compañeros del Profeta, que Allah le bendiga y le conceda paz, en Medina quedaron hasta su muerte unos diez mil, y tras ellos la siguiente generación, los Tabi’in.  Es por ello el dicho de Imam Malik: “De diez mil a diez mil tiene más peso que de un hombre a otro”. La escuela de Medina tiene, además, profundas raíces en África y ha sido inspiración y guía de movimientos liberadores y expansivos muy característicos del continente, como Sanousi, en el norte; Uzman dan Fodio, en Nigeria; Mahdi, en Sudán, e Ibn Tashufin, en el Magreb.

Hizo Shaij Habib una exposición muy didáctica sobre la forma correcta de observar la oración del Yumu’a, cuya restauración fue parte clave en la fundación de la mezquita cuyo aniversario se celebra, como queda de manifiesto en el nombre que se le dio. El día del Yumu’a tiene tres tiempos especiales, o su tiempo se divide en tres partes claras y bien definidas: el tiempo anterior a la oración, que es un periodo de preparación, reflexión, recitación e invocación de Allah, en el que está desaconsejado y es detestable cualquier distracción que desvíe la atención, como cualquier lección o discurso que le reste importancia a la alocución del jutba; a continuación, el tiempo de la oración, en el cual prestar completa atención a la amonestación, consejo y enseñanza del jutba está por encima de cualquier acto de adoración voluntario, como los dos raka’ats de saludo a la mezquita o como ordenar y prohibir, incluso pedir silencio a los demás, todas esas cosas están explícitamente prohibidas, para que las palabras de admonición del jutba lleguen sin interferencia al corazón; y, por último, el tiempo después de la oración al que hace referencia el Libro de Allah: “Cuando termine la oración esparcíos por la Tierra y buscad el favor de Allah”, y la práctica de Medina es, después del salat del Yumu’a, saludarse, invitarse, interesarse por los otros y fomentar la hermandad y las relaciones sociales.

La recitación de Corán de la Surat Al Kahf, por el conocido Imam Ihsan Talib, y los cantos del Diwán de Shaij Muhámmad ibn Al Habib constituyeron la parte extática y más radiante de la reunión.

La celebración fue transmitida íntegramente en directo por la emisora The Voice of the Cape, y entre los muchísimos asistentes había personalidades, imames, recitadores, shuyuj locales e ilustres invitados, entre ellos el respetado Shaij Muhámmad bin Yahya An Ninowi; el emir de la Comunidad Islámica en España, Hayy Malik Ruiz, y el presidente de la Unión Musulmana Europea, Hayy Abu Bakr Rieger. Que Allah recompense a cuantos han dado de su tiempo, su esfuerzo y su riqueza para sostener la mezquita y para organizar este aniversario.

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