Amnistía Internacional denuncia limpieza étnica de musulmanes en la República Centroafricana

musulmanes en la República Centroafricana

Amnistía Internacional critica la tibia respuesta de la comunidad internacional ante la crisis y asegura que las tropas internacionales (alrededor de 5.500 soldados de la Unión Africana y 1.600 militares franceses desplegados) han sido reacias a desafiar a las milicias antibalaka (milicias cristianas) y lentas a la hora de proteger a la minoría musulmana amenazada.

Donatella Rovera, investigadora de AI afirma que, en algunos casos, estas fuerzas de paz han consentido la violencia al permitir que las milicias antibalaka llenaran el vacío de poder dejado por la marcha de los sèlèka, (milicias compuestas mayoritariamente por musulmanes). En las últimas semanas Amnistía Internacional ha recogido más de un centenar de testimonios de primera mano de los ataques a gran escala de los antibalaka contra civiles musulmanes en ciudades del noroeste de la República Centroafricana como Bouali, Boyali, Bossembelle, Bossemptele y Baoro. Las tropas internacionales no habían logrado desplegarse en estas ciudades dejando a las comunidades civiles sin protección.

El ataque más letal documentado por AI tuvo lugar el 18 de enero en Bossemptele, donde al menos 100 musulmanes fueron asesinados. Entre los muertos había mujeres y ancianos, incluido un imán de más de 70 años. Para escapar de los ataques mortales de los antibalaka, poblaciones musulmanas al completo han huido de numerosas ciudades y pueblos mientras que en otras poblaciones, los pocos que quedan se han refugiado en los alrededores de iglesias y mezquitas. Joanne Marinner, asesora de Amnistía Internacional, habla de un » éxodo musulmán de proporciones históricas » en la RCA.

La actual violencia, el odio, la inestabilidad son consecuencia directa de la crisis que se inició en diciembre de 2012, cuando las fuerzas de los sèléka, mayoritariamente musulmanas, lanzaron una ofensiva armada que culminó con la toma del poder en marzo de 2013.

Cuando los Séléka se retiraron, las fuerzas internacionales permitieron que los antibalaka tomaran el control de una ciudad tras otra. La violencia resultante y la expulsión forzada de las comunidades musulmanas eran predecibles, añade el informe. Y la espiral de violencia no cesa porque, Incluso después de su salida del poder, miembros armados de las comunidades musulmanas, que actúan de forma independiente o junto a fuerzas sèlèka, también han llevado a cabo ataques sectarios brutales y a gran escala contra civiles cristianos. Por ello Amnistía Internacional reclama una respuesta inmediata: «Es hora de que la operación de mantenimiento de paz en la RCA proteja a la población, se despliegue en las zonas amenazadas y detenga el éxodo forzado», señala Joanne Mariner.


Autor: Cristina López Benedicto – Fuente: cadenaser.com

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