Alerta en el Sahel: aterriza el AFRICOM

Este artículo fue publicado por Islam Hoy en el número correspondiente a enero-febrero de 2011 (IH No. 12 año II. Puede ser consultado en nuestro archivo). En él podemos ver el comienzo de todo lo que ha sucedido y está sucediendo ahora en este territorio y nos puede ser muy útil para entender mejor la situación actual. 

 

Alerta en el Sahel: aterriza el AFRICOM

Jalid Nieto

Sevilla

“¿Es que no han ido por la tierra y han visto cómo acabaron los que les precedieron? Eran más fuertes que ellos en poderío… Pero Allah no fue injusto con ellos en nada sino que fueron ellos los injustos con ellos mismos”. (Sura de los romanos, 9)

Desde que Estados Unidos acuñó el término “guerra preventiva” con sus inmediatas implicaciones, comenzó el desmontaje de todas las bases de resolución política de los conflictos a lo largo del siglo XX. Quiere esto decir que de un plumazo el Pentágono, con su comandante en jefe a la cabeza, deshizo la urdimbre legal que se había construido para evitar la guerra.

Para que lo entendamos, si el lema latino era “si quieres la paz prepárate para la guerra”, dentro de ese mismo pensamiento militarista el asunto ahora es “haz la guerra para evitar la guerra”.

El conjunto de las naciones consideró que la ONU sería un instrumento para la paz, con respeto a la soberanía de los pueblos y teniendo el principio de guerra justa como referencia. Pero la realidad se está mostrando muy distinta.

La nueva estrategia militar de los EE. UU., bajo la única supervisión de los servicios secretos militares, que han sido dotados de la capacidad de definir los riesgos potenciales con los que se enfrenta la seguridad e intereses norteamericanos, ya no actúan sobre hechos consumados, sino en el terreno de las “suposiciones”. De esta manera pueden fabricar un enemigo inexistente y falsear las pruebas incriminatorias a su antojo.

Bajo esta absurda premisa, que legítima el uso de la violencia,  se han cometido atrocidades contra la población objeto de sus intervenciones militares. Pero lo peor es que no hay quien les exija responsabilidades a pesar de las filtraciones exhibidas en Internet.

Revisar las implicaciones de la “hegemonía absoluta de EE. UU.” en el terreno militar es un tema desbordante, pero hemos de bajar al nuevo escenario estratégico y comprobar que está pasando en el Sahel. Este vasto territorio es una franja de cuatro millones de kilómetros cuadrados situada al sur del desierto del Sáhara. Va desde el océano atlántico hasta el Índico con una longitud de 3862 kilómetros y atraviesa países como Senegal, Malí, Mauritania, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán y Eritrea. En ella se concentra el mayor número de seres humanos al borde continuo de la hambruna por falta de agua y alimentos. Pero su subsuelo es rico en minerales y petróleo, de forma abundante, convirtiendo estas tierras en un bocado apetecible para las aves de rapiña; los depredadores de los pueblos.

factores han marcado el aterrizaje de los soldados de EE. UU. en esta zona de África: El control de la riqueza del continente y un marcaje de cerca a China, que este año espera obtener un volumen comercial de 106.800 millones de dólares de sus relaciones con los países africanos.

Las multinacionales americanas, viendo que el continente se les está yendo de las manos, han presionado de tal modo al ejecutivo americano que este, para hacerse presente en la zona con un pretexto indiscutible, ha sobredimensionado el tema del terrorismo de tal modo que pensemos que es una seria amenaza para Occidente. Podrí amos pensar que se está levantando un ejército para una nueva conquista, cuando realmente, a día de hoy, lo que existe es un resto del Gia argelino, transformado en GSPC, que ha tenido la osadía de acercarse a la marca Al Qaeda. Todo esto desde el punto de vista de los “terroristólogos”, que en su mayoría no son ni siquiera agentes secretos sino aficionados a las operaciones sicológicas.

No cabe duda que el terrorismo en África será la excusa para una nueva colonización. La marca que se ha registrado para esta empresa es AQMI (Al Qaeda del Magreb islámico). La Casa Blanca, para que este nuevo escenario adquiera realidad por sí mismo, anuncio en febrero del 2007 la formación del Comando Africano de EE. UU.: AFRICOM. Un nuevo centro unificado de poder militar que debía establecerse en la zona antes de octubre de 2008.

Pero la diplomacia China, que ya había reunido en 2006 a treinta y cinco presidentes de gobierno africanos en Pekín, ha logrado reunir en Egipto, en el 2009, a 49 Jefes de estado del continente.

Una influencia que es difícil de combatir dada la estrategia de ayudas económicas que China ha planteado en el continente y que no conlleva la dureza de los planes estructurales del FMI o El Banco Mundial. Es evidente que todo apunta a una nueva “guerra fría”, aunque China, que sigue teniendo el rasgo paciente de su cultura milenaria, no se inquietará y seguirá tenazmente conquistando África, sin mostrar la cara verdadera del dragón de fuego que esconde el nuevo régimen capitalista-comunista, cuyo dios ya no es el pueblo, ni el marxismo sino el dinero. Desde la creación de AFRICOM el Sahel se ha infestado de fuerzas especiales francesas, estadounidenses, británicas, agentes españoles, alemanes e incluso israelíes.

Todos saben que las decenas de asaltantes de caravanas que se dedican al lucrativo negocio de los secuestros no suponen una amenaza para Occidente. Pero esto procuran que no pase ni sea difundido por los medios de comunicación. El estreno de la marca Al Qaeda en el Magreb tuvo que ver con la suspensión del Rally Paris Dakar en enero de 2008. ¿Había razones para ello o fue el primer efecto del aterrizaje de los servicios secretos militares de EE. UU. en la zona?

El impacto mediático estaba asegurado. Los siguientes actos terroristas han estado referidos a secuestros. Circunstancia que no tiene justificación, pero que sin duda pueden ser cometidos bajo la denominación de “bandera falsa”.

El secuestro es inquietante, mantiene la tensión en la opinión pública, el dolor en la gente, el sufrimiento por conocer el desenlace, siempre en vilo, siempre en el límite de la vida y la muerte. Bien difundido tiene un efecto tan profundo que hace intervenir a los Gobiernos, la diplomacia y los militares para defender la vida de sus ciudadanos.

Pero si los secuestros hacen aparecer la zona como un nido absoluto de terroristas, lo que es más preocupante es que en estos tres últimos años, del contrabando de tabaco, coches y objetos de consumo, se haya pasado al Narcotráfico.

Ya he visto esto otra vez en mi propia vida. He visto como la droga se introdujo en espacios urbanos donde la conciencia política era una característica de la juventud, tanto en el sur como en el norte de España.

Que el narcotráfico llegue al Sahel no es una cuestión “yihadista” como lo define la prensa. Es la garantía para la intervención internacional y el modo de acabar con el gran pueblo Tuareg. Un pueblo que mantiene una rebelión activa por su forma de vida y territorios históricos. Implicarlos como traficantes es la mejor forma de combatirlos. La droga en manos de la gente hará el resto.

Terrorismo y narcotráfico, ¿quién se va a negar a que se ponga fin a estas dos lacras? Bajo estas circunstancias la injerencia en estados soberanos está justificada. Y a quien se oponga le colgaran el sambenito de Alqaeda, como hizo la Inquisición en estas tierras cuando el trinitarismo victorioso hizo único su pensamiento junto al estado. Pero no olvidemos que el asunto es mantener el monopolio de las riquezas del mundo: minas, tierras de cultivos, bosques y esclavos que las trabajen por menos de un dólar al día.

Esto por encima de todo. Caiga quien caiga.

 “Ellos maquinaron y Allah también maquinó, pero Allah es el mejor de los que maquinan”.

(Corán 8,30)

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