“A los políticos, les da miedo hablar de Allah”

Entrevista a Gribran Hasnaoui

Nos encontramos en el barrio granadino del Albaicín, y desde el momento que nos encontramos Gibran rebosaba de energía e inquietudes. Gribran Hasnaoui nació en Francia, Paris, su padre es musulmán de origen argelino, su madre es francesa y ha abrazado el islam. Estudió ingeniería eléctrica y se fue a Dubái siguiendo su afán de descubrir. Allí conoció a musulmanes de todos los lugares del mundo y desde ese momento no ha dejado de viajar y aprender las diferencias y similitudes de los musulmanes allí donde va, en busca del islam puro que le gustaría encontrar. Hace cuestión de semanas concluyó la primera edición de los Mokhtar Awards, un concurso de cortometrajes para musulmanes, que Gibran lanzó y convirtió en todo un éxito a nivel nacional en Francia. Su sed de actividad y trabajo no acaba aquí, dice, todavía queda mucho trabajo por hacer.

Has venido a conocer Granada y has estado aquí cerca de una semana. ¿Qué te trae al corazón lo vivido?

¡Alhamdulillah! Granada es una ciudad maravillosa. No solo por la historia sino por la gente que vive aquí, está llena de amor por Allah. Es mi segunda vez aquí, la primera vez vine para hacer turismo, pero está vez he venido para descubrir a los musulmanes.

Cuéntame un poco acerca de los musulmanes en Francia.

El Islam en Francia…, somos seis o siete millones de musulmanes de muchos orígenes diferentes; también hay muchos conversos, jóvenes conversos, y ahora tenemos una nueva generación que está en búsqueda, en búsqueda de conocimiento. Por norma general estamos bien educados, primero en los colegios y luego en las universidades; pero ahora lo que nos falta, y por eso estamos en búsqueda, es un camino hacia Allah.

Es verdad que tenemos muchos líderes y opiniones diversas y que la comunidad musulmana en Francia es muy activa económicamente: hay muchas empresas, todos los jóvenes profesionales quieren comenzar su propio negocio y creo que es un momento de renovación con la nueva generación que está por venir.

¿Cómo son los jóvenes musulmanes franceses? ¿Qué quieren? ¿Qué hacen?

Los jóvenes musulmanes en Francia están en búsqueda de un camino que pueda acercarlos a Allah. También están en búsqueda de libertad y de nuevas ideas que les permitan ser más libres; más libres del sistema educativo, del sistema del Estado, del sistema del Gobierno… Somos una generación que no confía en el sistema político y económico actual. Hay mucha gente que quiere salir de este sistema; algunos lo hacen emprendiendo negocios, abriéndose al mundo online. Somos jóvenes que viajamos mucho; nuestra generación no es como la de nuestros padres, que solo viajan a su país de origen y en verano; no, ahora los jóvenes viajan a destinos diferentes, aprenden idiomas y conocen a nuevos musulmanes allí donde van, con lo cual aprenden o comparten las mismas cosas desde diferentes puntos de vista. Es una época excitante para los musulmanes en Francia.

¿Cuál es la opinión general de la sociedad francesa acerca de los musulmanes?

Francia y el Islam… Francia y los musulmanes… es una situación un poco complicada. El Gobierno, los políticos, los medios de comunicación, no es que no les guste el Islam, lo que no les gusta es Allah, no les gusta hablar de Dios. Puedes ser musulmán de una forma personal en casa, es decir, en la calle no eres musulmán. No puedes molestar a nadie ni a ninguna estructura con tu práctica del Islam. En tu casa puedes ser musulmán, pero si llevas el Islam a la calle o a la sociedad, la economía o la educación… entonces es problemático. Porque propone un rival, una alternativa y competencia al Estado y al secularismo que prevalece, que es la religión del Estado francés. Es una religión basada en una iglesia sin Dios. Es complicado en nuestro país hablar de Dios. Pero alhamdulillah, en nuestro país, la gente está sedienta de Allah, sedienta de Dios. Crecimos con una educación secular, sin Dios; pero cuando los jóvenes llegan a los veinte, veinticinco años, ya sean musulmanes o no, están sedientos de Dios, quieren aprender más y entonces el Islam se presenta de una forma perfecta para toda está gente. Los franceses están preparados para que se les hable de Allah, pero a los medios de comunicación y a los políticos no les gusta el tawhid, les da miedo hablar de Allah. Aun así creo que la genta está preparada.

¿Se conoce el dinar y el dírham en Francia?

Hay algunos movimientos en Francia que están intentando hablar del dinar y el dírham, pero la mayoría de la gente piensa que la alternativa es islamizar el capitalismo y usar bancos islámicos. Hay mucha gente que no entiende cuando se les habla de dinar y dírham, pero esto es porque hay mucha propaganda sobre los bancos islámicos y la gente piensa que son una alternativa real islámica. Pero no lo es. El dinar y el dírham se están introduciendo poco a poco, la gente está comenzando a hablar acerca de esto y, a raíz de la crisis, hasta los no musulmanes saben que la solución a esta crisis es una moneda de oro y de plata. Esto nos presenta una oportunidad para hablar del Islam y para hacer dawa y decirle a los no musulmanes: “La solución está en nuestro libro”.

¿Qué líderes hay en la sociedad musulmana francesa? ¿Se organizan a través de emires?

En Francia no existe esta noción de líderes. No estamos educados en cómo se debe establecer el gobierno de una forma islámica. La mayoría de la gente está intentando islamizar la democracia, hablan de economía islámica, democracia islámica…, y creo que no es el camino. He encontrado mucha gente durante mis viajes que me convencieron de que no hay necesidad de islamizar las cosas. Lo que ocurre es que no estamos educados en la forma de gobierno de los musulmanes, del Dar al Islam, y ésta es la formación que debemos adquirir.

Nuestros padres construyeron las mezquitas en Francia durante los años 70 y 80, las primeras generaciones. Nuestra generación está estableciendo escuelas. Hoy en día el desafío para los musulmanes franceses es la educación, comenzando por aprender qué es el Islam y cuáles son nuestras formas de gobierno y de economía.

¿Cuáles son los retos y desafíos actuales más importantes a los que los musulmanes franceses se enfrentan?

Nuestro desafío como comunidad de musulmanes en Francia es la conexión con Allah. Tenemos muchos musulmanes profesionales en diferentes sectores de la sociedad; sin embargo, nuestros corazones están vacíos. Y en las mezquitas…, aunque están llenas los viernes para la oración del yumuah, no sale nada de ellas, la gente está durmiendo durante el jutba en nuestras mezquitas. Nuestro desafío es llenar los corazones y llenar las mezquitas. También construir escuelas donde podamos enseñar literatura, economía, arte, etc., que vaya en consonancia con las enseñanzas del Islam. Todos hemos recibido una educación en universidades laicas, tenemos una educación sin Dios y el objetivo es este: educar a la gente, educar los corazones, y esto es lo que debe hacer nuestra generación. Queremos hacer esto y más, insha Allah.

¿Qué pasos se deberían tomar para superar estos desafíos?

En Francia tenemos un problema y es que la gente es muy individualista. Y los musulmanes al venir de diferentes orígenes y tendencias, hace que cada grupo tienda a pensar que tiene la verdad; su grupo de amigos, su comunidad, su mezquita… Esto también está impregnado de la visión francesa post-revolucionaria de que cada uno puede pensar como le parezca, decir lo que le parezca y hacer lo que le parezca, y que todos somos iguales… Y esto no es Islam, esto no forma parte del Islam. Es como si cada uno quisiese tirar de la cuerda por su lado, no se avanza. Todo está muy influenciado por la individualidad de la sociedad y suele dominar el “tanto tienes, tanto vales” y el pensamiento de que todo se puede comprar, incluso a las personas, y sus corazones… Esto no es Islam. No hay gente que escuche y aprenda de los que saben, de un sheij; nos hace falta esto, somos muy individualistas. Necesitamos aprender a callarnos y aprender a escuchar para poder aprender.

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