Alabanzas a Allah por cuyo inmenso favor se alcanzan los grandes logros, y Su gracia y paz sean sobre el Profeta Muhammad, quien transmitió el mensaje, enseñó el Corán, mandó enseñarlo y exaltó a quien lo aprende. Tal es el caso del estudiante español Abdulqadir Harkassi, que finalizó su memorización completa el pasado mes de mayo. En su honor se celebró una fiesta el día 23 del mismo mes en Fez, la ciudad en la que ha culminado su memorización y en la que sigue estudiando con un grupo de españoles, incluido quien esto escribe. A la celebración acudieron miembros cercanos de su familia, algunas personalidades locales y numerosos invitados llegados de diferentes puntos de Marruecos, al igual que de Alemania, Sudáfrica, Inglaterra y España. Cabe destacar la presencia de un importante grupo proveniente de Granada que, en su camino al sur del Magreb, incluyó Fez en su ruta para asistir a esta celebrada ocasión.
En ese día luminoso, el festejo fue grande, el júbilo mayor y la alegría desbordante. La ceremonia comenzó tras la azalá del asr. Como acto primero, el festejado fue paseado por las calles de la ciudad sobre un caballo blanco ricamente enjaezado, seguido por la cohorte de todos los estudiantes de la madraza y demás invitados, siempre acompañado de cánticos. De esta forma se ensalza al homenajeado y se da a conocer la noticia a las gentes del barrio y de la ciudad, de manera que el regocijo sea general. Seguidamente el protagonista sacrificó un cordero. Tras la azalá del magrib, la fiesta se reanudó con recitaciones de Corán y más qasáid. Hubo asimismo varios breves discursos en los que se habló del enorme mérito de memorizar el Corán, del ímprobo esfuerzo que conlleva y del alto rango que Allah otorga a quien lo hace, elogiando así a Abdulqadir y a sus compañeros. Entre los oradores se encontraban el Director Regional del Ministerio de los Awqaf y conocidos maestros y ulemas de diferentes ciudades de Marruecos, así como el director de la Madrasa Hafsa −en la que estudiamos− y Shaij Muhammed Kassbi, imam de la Mezquita Mayor de Granada. En las palabras de estos últimos, se hizo patente la cooperación y la buena relación existentes entre los dos centros islámicos y el orgullo que sienten en la madraza por todo el grupo de estudiantes españoles. El Imam de Granada también dio importancia al hecho de que la comunidad a la que estos pertenecen proviene del esfuerzo de Shaij Abdulqader As-Sufi, quien abrazó el Islam en la misma ciudad de Fez de manos del Imam de la Qarawiyyín, Sidi Abdul Karim Daudi, en los años sesenta, y luego plantó la semilla en Europa. Ahora los frutos se manifiestan de nuevo en Fez. Al final de la velada el graduado recitó a su maestro el último fragmento de Corán memorizado; luego el instructor le entregó su tabla decorada, a modo de credencial, como distintivo de que le ha transmitido el Corán.
Hayy Malik Abdurrahman Ruiz se ha involucrado desde el comienzo a favor del grupo, haciendo un prolijo seguimiento de su avance, mostrando siempre su apoyo y poniendo a su cargo a Bashir Castiñeira (antiguo imam de la Jumuah Mosque de Ciudad del Cabo), quien a lo largo de estos tres años ha mostrado un compromiso muy serio y una entrega incondicional que le han hecho merecedor de nuestro respeto y apoyo. Se ha esmerado por complementar el programa diario de estudio intenso del Corán con clases de árabe y de taywid y con actividades adicionales, como excursiones, viajes por Marruecos y actividades deportivas. También son importantes las lecciones semanales recibidas en la antigua y célebre Mezquita Qarawiyyín (mezquita además de universidad). Estas sesiones tienen como materia principal el estudio de la lengua árabe, a la cual se añaden temas de otras ciencias islámicas, como la sira, el hadiz y el fiqh, y son impartidas por profesores de la Universidad.
Desde un punto de vista histórico, la transmisión de conocimiento de los ulamá de la que es la universidad más antigua del mundo, fundada en el año 859, y considerada como la cuna del conocimiento del Magreb, a estos españoles musulmanes, es muy relevante. Significa volver a tomar las ciencias que heredaron los norteafricanos de hombres como el Imam ad-Dani, Al Xatibi, Ibn Málik o al-Qurtubi. Significa revivir esa relación existente antaño entre los hombres de conocimiento del Norte de África y de Al-Ándalus, ese flujo de saber a través del Estrecho que tan provechoso resultó para ambas naciones y que resultó en la aparición de sabios de gran calibre. Retomamos asimismo la costumbre tan loable de buscar el saber en tierras lejanas, allá donde se encuentre.
La meta alcanzada por Abdulqadir (a la cual pronto llegaremos algunos de sus compañeros, si Allah quiere) debe considerarse como uno de los primeros frutos que ha dado esta generación de musulmanes nacidos en España en beneficio de la Ummah, y también como la aparición de una nueva generación de fuqahá y ulamá hispanos que, con el permiso de Allah, propiciarán el resurgir de la sociedad noble y arraigada en el conocimiento de la que la Península Ibérica fue testigo.
Pedimos a Allah que conceda éxito a todo aquel que tome la senda del conocimiento útil. Amin.