Una llamada de atención a la Ummah musulmana

En base a la recomendación del Libro de Allah: “Haz recordar, pues verdaderamnete el recordatorio es beneficioso para los creyentes.” (Surat adh-Dhariyat, 51 ayah 55) comparto la siguiente reflexión acerca de la actual crisis mundial, y me lo recuerdo a mi mismo, antes de recordárselo a nadie más.

La pandemia repentina e inesperada que se ha extendido en casi todas las regiones del mundo puede ser identificada por todos como una calamidad y una aflicción que causa sufrimiento, enfermedad, muerte y perjuicios que aún no se han evaluado a la economía y al bienestar de un gran número de seres humanos en todo el planeta, sin distinción de razas, nacionalidades y estatus social.

Para nosotros, la comunidad musulmana, este evento global entraña significados. A los musulmanes se nos ha ordenado leer los significados de los acontecimientos en nosotros mismos y en el horizonte y se nos insta a reflexionar y ponderar sobre los signos de Allah y buscar orientación en ellos.

Allah, la gloria sea con él, dice en Su Noble Libro:

«Y guardaos de una tribulación que no afligirá exclusivamente a aquellos de entre vosotros que han sido injustos. Y sabed que Allah es severo en el castigo «. (Surat al-Anfal Ayat 25)

Esta es una advertencia viva, como toda la revelación, está viva y se trata de nosotros. El Corán nos habla a nosotros, y habla sobre nuestro tiempo y sobre nuestra situación, tanto en la entrega de buenas noticias como en sus advertencias. La advertencia aquí se refiere a las consecuencias de no enfrentarse a la injusticia, a la corrupción y a toda forma de maldad, a la desobediencia a Allah, y es una advertencia sobre las consecuencias de permitir que ocurra la transgresión de Sus límites mientras pasivamente lo consentimos. Esa fue la explicación dada por Ibn Abbas, que Allah esté complacido con él, cuando comentó esta aleya: «Allah ordena a los creyentes que no permitan al-munkar (es decir, lo que es rechazado como malo e incorrecto) cuando eso sucede abiertamente entre ellos, porque Allah traerá un castigo que los afectará a todos, indistintamente «.

En otro lugar, Allah, la gloria a Él, dice:

“No ocurre aflicción excepto con el permiso de Allah. Y quien crea en Allah, hará guiar su corazón. Y Allah lo sabe todo.” (Surat at-Taghabun, Ayat 11)

Ibn Abbas explicó esta aleya: «el permiso de Allah es Su mandato y Su voluntad». Quien tiene iman tiene plena consciencia de que todo lo que sucede en la existencia obedece el mandato de Allah y todo está bajo su decreto, subhanahu wa ta ‘ala.

Para nosotros, la comunidad musulmana, esta devastadora ola de enfermedad y esta parálisis imparable de las actividades productivas y comerciales normales de la vida, las restricciones de movimiento y reunión, que tienen una expresión tan dramática en el cierre de nuestras mezquitas, incluido el cierre de los dos Haramain, y la interrupción de nuestras oraciones del jumu’ah en congregación, es un signo muy poderoso. Verdaderamente un Ayat fuerte de nuestro Señor. Si este signo no nos hace despertar, no sé qué más lo hará.

Hay una serie de amanas que se nos han confiado: nuestro cuerpo y su salud, nuestras familias, nuestros hijos, nuestra riqueza y nuestro conocimiento, nuestra comunidad y el bienestar de los necesitados … Hay muchas amanas y tienen varios grados de preferencia e importancia. El mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con él, dijo: «No hay Iman en quien no guarda la amana. »

Pero la amana más grande de todas, la amana suprema, es nuestro Din. Es obedecer y adorar a nuestro Creador como merece ser obedecido y adorado. Y ser conscientes de Allah y asumir nuestra gran responsabilidad como musulmanes. «No han medido a Allah con Su verdadera medida.” (Surat az-Zumar, Ayat 67)

Los eventos de la vida diaria y nuestra preocupación por los asuntos de este mundo, nuestras familias, nuestra economía, nuestras actividades e intereses personales, son una causa constante de distracción y un velo que nos hace olvidar nuestra mayor amana, nuestro mayor y principal negocio en la vida, de hecho, el propósito de nuestra existencia: estar a salvo con nuestro Señor y Creador. Obedecerle con nuestras acciones y establecer Su Din en nuestro tiempo.

«Verdaderamente vuestra riqueza y vuestros hijos son una prueba para vosotros y Allah tiene con Él una inmensa recompensa. Por lo tanto, guardaos tanto como podais, escuchad, obedeced y gastad, eso es mejor para vosotros.» (Surat en Tagahabun, Ayat 16).

Nuevamente, en esta aleya del Libro de Allah hay un recordatorio -con la misma palabra: “guardaos a vosotros mismos” – de las consecuencias dañinas de olvidar y volveros complacientes y negligentes de vuestra más alta amana, distraídos con las pruebas de la vida diaria. Y luego: «escuchad, obedeced y gastad, eso es mejor para vosotros «.

En este punto, cuando todos los seres humanos están padeciendo de una manera o de otra esta calamidad, es el momento de recurrir a Allah con sinceridad y con conocimiento. Nuestra reflexión debe basarse en comprender lo que significa toda esta situación. Una de las consecuencias de este bloqueo general será un daño sin precedentes para la economía, y eso va a ser experimentado tanto por los individuos como por todos los negocios, pequeños, medianos y grandes, y va a causar un quebranto que aún no conocemos a las economías nacionales de muchos países. Algunas naciones ya han declarado que van tomar enormes préstamos de los bancos para inyectar dinero en sus economías. Este es el colmo de la locura porque el dinero prestado de los bancos en tiempos de extrema necesidad se presta con interés y son meros números sin valor intrínseco, creado de la nada que esclavizará a la gente y a los gobiernos, aún más, para las generaciones venideras.

Nosotros, la comunidad musulmana, debemos leer los eventos correctamente. Todo el sistema financiero y la naturaleza misma de ese dinero es haram. Las prácticas de especulación, devaluación e inflación asociadas a la moneda fiduciaria son ilícitas en nuestro Deen. Las formas y prácticas comunes que prevalecen en el actual ethos capitalista en el que estamos todos inmersos, tanto los musulmanes como los no musulmanes, los procedimientos al uso, contratos de inversión y muchas de las prácticas comerciales de nuestros mercados, son contrarios a la justicia, la equidad que Allah y Su Mensajero ordenan

Son antinaturales y van contra el mizan, el equilibrio, con el que Allah estableció el universo y que no debe ser transgredido, o de lo contrario nos exponemos a la guerra de Allah y Su Mensajero, como está anunciado en la Surah al Baqara.

Todas estas prácticas han crecido más allá de los límites de la naturaleza y de la razón, en un entorno en el que la usura ya no solo es admitida como la norma, sino que está respaldada por la ley y aplicada por los gobiernos, así como por las instituciones nacionales y supranacionales.

Nada más contradictorio que la administración de justicia que suscribe y protege la injusticia intrínseca, que es el sistema bancario y el modelo monetario actual.

Nosotros, la comunidad musulmana, tenemos la enorme responsabilidad de confrontar con conocimiento y con coraje este mal que se ha vuelto invisible para las élites pensantes de la humanidad, y mucho más para las masas, completamente adoctrinadas como están, ahora incluso desde la más tierna edad, porque los bancos imparten talleres en escuelas primarias para enseñar a los niños como funciona el sistema bancario. Este es el Yihad de nuestro tiempo. Este ha sido el mensaje de nuestro maestro, Shaykh Abdalqadir as-Sufi, desde que él abrazó el Islam hace 50 años y esto ha sido, junto con la restauración del zakat en su implementación correcta, es decir, recogido y distribuido por la autoridad musulmana, el llamado a la acción repetido y la enseñanza central de su vida.

Que Allah lo recompense a él y a todos los sinceros esclavos de Allah, que luchan con sus vidas, con su riqueza y con su conocimiento para establecer el Din.

Este poderoso signo de Allah, esta ola mundial de pánico, enfermedad y parálisis, inequívocamente manifiesta a toda la humanidad en estas últimas semanas, es una fuerte llamada de atención para nosotros, la comunidad musulmana, para transmitir a nuestros contemporáneos, siendo testigos, lo que sabemos, ordenando lo que es justo y correcto, y haciéndolo con sinceridad, no solo por medio de discursos, sino también con la acción, para erguirnos como barreras que impiden y detienen lo que está mal y es injusto.

En nuestra oración, nosotros suplicamos a Allah muchas veces todos los días, que nos guíe por el camino recto, el camino de aquellos que Él ha bendecido. Ese es el camino de los profetas, los veraces, los que murieron por la verdad y los justos

La misericordia de Allah con nosotros es inmensa y sus dones y bendiciones son continuas e innumerables, incluso en estos tiempos difíciles de crisis. La principal y más grande de todas las bendiciones de nuestro Creador es la guía de Su Din y el ejemplo luminoso de nuestro noble mensajero, que Allah lo bendiga y le conceda paz. Esta pandemia global es una respuesta a nuestra súplica, porque Allah nos recuerda el camino recto y nos está purificando. Este es un recordatorio para todos nosotros de que debemos hablar y llamar a la gente de nuestro tiempo a Allah. Nosotros, la comunidad musulmana, representamos como colectividades vivas que somos, con hermandad y lealtad, un cuerpo social sano, con la forma natural del hombre, la levadura de la fitra para fermentar a la humanidad de nuestro tiempo.

El mensajero de Allah, las bendiciones de Allah y la paz sean con él, dijo: «El que vea cometer un munkar debe detenerlo con la mano y, si no puede hacerlo, denunciarlo con la lengua y si no puede, rechazarlo con su corazón, y esa es la forma más débil de Iman «.

Si estas señales obvias de Allah, si vemos la Casa Antigua de Allah y la Mezquita de su Mensajero vacías, y las mezquitas de todo el mundo cerradas, no nos hacen despertar, ¿qué más será necesario para que despertemos?

En este momento, cuando casi toda la humanidad se ve obligada a aislarse a fuerza de intensos mensajes de miedo a otros-distintos-de- Allah, es vital que permanezcamos juntos como comunidad. En este punto es esencial para nosotros revivir el conocimiento de los límites y las normas de mu’amalat, la parte olvidada de nuestro Din, y encontrar formas creativas de implementarlas.

Le pedimos a Allah que fortalezca nuestro Iman y que nos dé el coraje de obedecerle como lo ha ordenado, y la sabiduría de llamar a toda la humanidad a Él con conocimiento y con basirah, y la firme intención de establecer a Su Din en su totalidad, incluidos ‘ibadat y mu’amalat. Amin.

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