Cuando hablamos de economía, hablamos de recursos naturales
¿Cómo te convertiste en una defensora de la naturaleza y la ecología, qué fue lo que te inspiró?
Comencé este camino un poco por casualidad; no trabajaba realmente en este área de cuidado de la naturaleza, por así decirlo. Pero como resultado de mi trabajo como diseñadora urbana, me vi obligada a introducir la naturaleza que estaba alrededor en mi trabajo de diseñar ciudades. Y así fue como poco a poco me fui introduciendo cada vez más en este mundo de la ecología, y, paulatinamente, fui aprendiendo cada vez más hasta llegar al punto de estar totalmente apasionada.
¿Qué parte de este proceso está relacionado con el hecho de ser musulmana?
Siendo musulmanes somos los guardianes de la Tierra. Desde que era pequeña mi padre siempre decía: “Hay dos signos a los que tenemos mirar y tener en cuenta: los signos de los ayats del Corán y los signos de la naturaleza”. Claro está, en ese momento no entendía del todo cómo conectar las dos partes, pero ya había algo en mí que se manifestó cuando, siendo adulta, me vi obligada a utilizar esto en mi trabajo. Comencé a ver y entender dónde se unían los signos; los ayats del Corán y los ayats de la naturaleza.
¿Nos puedes dar una visión general de cómo tus estudios y tu experiencia profesional te han ayudado, o te han llevado, a donde estás actualmente?
Cursé estudios en diseño urbanístico y diseño industrial en los Estados Unidos. Cuando volví a Indonesia tenía ideas para crear ciudades verdes, pero no tenía la más mínima idea de cómo comenzar. Unos años más tarde, trabajando con un grupo de ecologistas, me di cuenta de que el problema en Indonesia era que está situada en una zona sísmica muy importante; es muy vulnerable a los terremotos, y en este intercambio me di cuenta de que tenía que aprender más acerca de ecología.
Unos años más tarde me contactaron desde el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) para ayudar después del tsunami y terremoto en Aceh, al norte de Sumatra. En esta situación me vi forzada a pensar cómo hacer una reconstrucción y rehabilitación sin dañar más aún el medio ambiente. Esto me exigió aprender más y me obligó a aprender de otros expertos.
¿Cuál es el mejor ejemplo de “ciudad verde” que conoces?
Hace poco estuve en Nantes, Francia, que va ser galardonada con el Premio Capital Verde Europea. Las ciudades verdes del mundo se clasifican por tamaño y nivel de desarrollo o por la capacidad de su economía. Por ejemplo, Nantes está en Europa, con lo cual todo es muy moderno; tienen un fantástico sistema de transportes y el ayuntamiento involucra a sus ciudadanos en la planificación de la ciudad para el futuro. Las ciudades más pequeñas, situadas en los llamados países en vías de desarrollo, hacen un planeamiento más simple, que no requiere de alta tecnología.
Has estado con Al Gore, ¿qué nos puedes contar de tu experiencia trabajando con él y de “The Climate Project Indonesia” (El Proyecto Clima en Indonesia)?’
Al Gore me preparó para ser la presentadora del proyecto “Crisis del clima”. A partir de 2009 comenzamos a estar más activos en Indonesia. Tuvimos una serie de treinta y seis conferencias por las universidades del país dando a conocer la situación mundial de la crisis climática. Ahora estamos, sobre todo, apoyando desde los niveles de base. La gente en general no sabe muy bien lo que está pasando. Quizás también por una falta de educación. Así que nosotros trabajamos con los agricultores, con los pescadores, en las aldeas; les hablamos en su lenguaje y les explicamos qué es lo que está pasando con la crisis climática mundial. También trabajamos con escuelas, desde primaria a institutos y universidades, donde nuestro trabajo principal es el de concienciar a los niños y jóvenes desde una edad temprana.
¿Estamos ante un problema que implica más a los individuos personalmente o es una cuestión de instituciones y Gobiernos?
Creo que todo el mundo tiene un papel dentro de lo que está sucediendo. Individualmente, podemos hacer lo que está al alcance de nuestra mano: qué usamos, qué no, ser siempre conscientes de la energía que consumimos, el agua, cómo nos deshacemos de la basura, qué comemos. Como comunidad, siempre tenemos que pensar en las formas de mejorar nuestro entorno. Podemos hacer huertos urbanos y que la gente se una para plantar cosas juntos. Claro está, los Gobiernos también tienen mucha responsabilidad. El Gobierno tiene que poner normas, mejor dicho, nosotros tenemos que demandar a nuestros Gobiernos que apoyen leyes para un desarrollo y mantenimiento sostenible, y no apoyar las leyes y practicas económicas que destruyen la Tierra.
¿Crees que existe algún vínculo entre ecología y economía?
Por supuesto. Cuando hablamos de economía, hablamos de recursos naturales, y esto, en sí, es ecología. En la economía actual parece que no hay límite en el uso de las materias primas. Pero sabemos muy bien que la naturaleza es limitada. Por ejemplo, cortamos un árbol para usar la madera, pero se necesitan por lo menos diez años para que crezca otro árbol. No podemos coger todo y llevárnoslo sin ningún límite porque la naturaleza requiere de un ciclo para regenerarse. Necesitamos una economía que también tenga unos límites.
¿Entonces tendríamos que cambiar nuestra economía?
Por supuesto. La economía actual no tiene límites en términos del uso de los recursos naturales. Debemos cambiar la relación que tenemos con el empleo de los recursos naturales, y esto es muy difícil porque estamos muy acostumbrados a simplemente coger, coger y coger sin ningún límite. Pero ahora que tenemos el calentamiento global, la extinción de los recursos naturales y desastres naturales por todo el mundo, creo que es un buen momento para que despertemos y digamos: “Este es el momento para cambiar nuestro sistema económico”.
¿Cuál es la principal enseñanza del Islam para la economía y para la ecología?
Los seres humanos somos los jalifas, los guardianes de la Tierra. Debemos pensar siempre que no podemos coger lo que queramos sin límite alguno. También tenemos que recordar que somos parte de la creación de Allah, ya que muchas veces actuamos como si fuésemos los creadores. Necesitamos volver a nuestro Libro y darnos cuenta de que somos los julafá, los administradores, los guardianes de la Tierra y que tenemos que tomar la responsabilidad de lo que estamos haciendo con nuestro planeta.
¿Cuál es el asunto más urgente en ecología, el que todos deberíamos de tener en cuenta, y cómo podemos combatirlo?
Como musulmanes tenemos que volver a nuestro Libro, el Corán. Y después mirarnos a nosotros mismos como guardianes de la Tierra y redefinir cuál es nuestra tarea y nuestra responsabilidad. Sabemos que todo lo que hacemos en la Tierra está registrado y que será usado como prueba. Por ejemplo, cuando hacemos la oración de sunna nos desplazamos un poco para realizarla. Esto es porque sabemos que la propia Tierra será testigo y prueba para la siguiente vida de lo que hacemos en ella. Por esa regla de tres, ¿por qué no tenemos este mismo cuidado en otras áreas y actividades de nuestra vida?, ¿por qué no cuidamos de la Tierra? De alguna manera creo que está es la mayor urgencia, que la gente se dé cuenta de que todo en el ecosistema global está conectado.
¿Qué proyectos tienes ahora entre manos…, o cuál es el que más te apasiona personalmente?
Ahora mismo vivo en San Diego, California, con mi marido, y estoy involucrada en un huerto social urbano. Probablemente va a ser uno de los más grandes de California; tiene una extensión de 1,2 hectáreas, y está situado justo enfrente de una escuela de primaria, lo cual es fantástico, ya que podemos realizar actividades conjuntas con la escuela. También estoy involucrada en Educación Medioambiental en colegios islámicos de los Estados Unidos. Hace unas semanas estuve impartiendo un curso de enseñanza para profesores. Esperamos que en el futuro este tipo de enseñanza y esta preocupación sean algo que forme parte de las escuelas islámicas.
¿Qué consejo le darías a alguien que está preocupado por el medioambiente pero que no sabe mucho del tema?
El medioambiente no es algo que sea extraño para el ser humano. Pero si alguien se quiere involucrar, lo que puede hacer es comenzar por algo muy simple, algo relacionado con su vida cotidiana, con su familia. Hay muchas asociaciones medioambientales, ya sean locales o internacionales, en las que se puede involucrar. Esta preocupación y este involucrarse por parte de las diferentes comunidades es el primer paso. Nos preocupa nuestro entorno y por ello tomamos medidas. Y este tipo de gente que tiene la preocupación y el coraje para dar el primer paso siempre encontrará el camino.