Musulmanes en Singapur

La mezquita del Sultán, Singapur.
La mezquita del Sultán, Singapur.

Singapur ha sido, y aún continua siendo, la ciudad portuaria más importante del sureste asiático. La población de Singapur es aproximadamente de tan solo de 5.200.000 habitantes, pero el total de la masa monetaria circulante es de cinco trillones de dólares de Singapur a día de hoy, enero de 2013. El país está compuesto, principalmente, de una clase media que envejece, y, debido a un índice de natalidad pobre, el Gobierno teme que la población decaiga, arrastrando, en consecuencia, un declive del crecimiento del producto interior bruto. Por esta razón, el Gobierno ha comenzado a traer desesperadamente extranjeros cualificados para que adoren la economía, esperando compensar el índice de natalidad, o se podría incluso decir, para castigar a sus propios ciudadanos, ya que aquellos están ocupando los que podrían ser sus puestos de trabajo, apartamentos y otras oportunidades. Existe una tensión social silenciosa a este respecto.

De una oscura isla entre otras dos mil islas ricas que hay en Indonesia, Singapur ha crecido hoy ambiciosamente –desde el colonialismo inglés– a ser un centro financiero e inversor en todo el sureste asiático, gracias al capitalismo de Estado. Atrae turistas de todo el mundo especialmente por su medio ambiente, limpio y verde. Algunos incluso dicen que es una ciudad que está “bien”, bien en apariencia y funcionamiento sistemático tecnológico, además de “bien” regulada en cuanto a las leyes que imponen multas sobre todo aquello que el Gobierno no quiere que la gente haga, ya sean nativos o extranjeros.

En este país de estilo de vida londinense en el que todo es una carrera, la única religión que queda, en práctica mayoritaria, es la religión del capitalismo. Hay cristianos, hindús, budistas, taoístas, ateístas y pensadores liberales, pero solo por un día o dos a la semana, o los fines de semana, cuando se sienten “píos”. El resto de la semana la gente se adhiere a la religión del capitalismo, la que la gente considera la única religión práctica para satisfacer sus necesidades de supervivencia de clase media. La vida en Singapur es trabajo. Es como si el Gobierno estuviese diciendo: “Trabajad u os quedaréis fuera, a lo mejor sin comer. Si pedís, a lo mejor os multamos”.

En esta ciudad cosmopolita, dinámica y activa la gente está siempre ocupada y usando su vida, casa y propiedades para hacer dinero y pagar deudas, facturas e impuestos, y más dinero para algún tipo de seguro o ahorro que asegure una vida cómoda en el futuro una vez retirados del trabajo.  La mayoría de las veces nunca llegan a utilizar el dinero que han ahorrado, excepto una pequeña parte, antes de su último aliento. Es en esta situación en la que los musulmanes del país –el 15% de la población– se encuentran. En resumen, los musulmanes de este país se encuentran en una forma de vida forzada sobre ellos por los preceptos de la riba, –usura–, y el capitalismo.

Singapur era originalmente una isla de musulmanes que formaba parte del Sultanato de Johor antes de que Sir Stamford atracase el Indiana –su barco de la East India Company– en sus orillas y comprase la isla por su importancia estratégica para controlar las rutas comerciales por mar que conectan China, Indonesia y el resto del mundo. Cuando la isla de Singapur se dio a conocer al mundo por su importancia estratégica y su potencial lucrativo, tuvo que ser desconectada del Sultanato de Johor y forzada a servir como una plataforma para el poder mercantil y marítimo británico. Cuando se deshizo el sultanato también se abolieron los awqaf, el Zakat, los mercados y la moneda. Lo que se dejó continuar fueron los rituales de ‘ibadah, ‘adoración’. Después de esto, Singapur pasó a ser parte del control británico sobre el archipiélago malayo y, sucesivamente, consiguió la independencia del colonialismo y del sultanato, que no pudieron sobrevivir después de la Segunda Guerra Mundial. Acto seguido dio comienzo la fase del capitalismo, que ha visto hasta hoy a un solo partido-padre en el control del Gobierno y de las finanzas. Un periodista lo definió como “la cara feliz del fascismo”; otro filósofo como “capitalismo autoritario”.

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Debido a todo esto, el Islam ha quedado como un icono turístico en Singapur. El Islam permanece como nombre en las tempranas organizaciones musulmanes que fueron establecidas por eruditos musulmanes para enseñar el Din y proteger los intereses de los musulmanes en el país. El Islam permanece como una imagen y un recuerdo del pasado en las mezquitas históricas y otros edificios construidos por los musulmanes. El Islam permanece como un eco distante que viene de las tumbas de los muchos awliya que están enterrados por toda la isla, especialmente el gran wali de Allah, Sheij Habib Nuh Al-Habshy, que Allah los purifique a todos. El Islam permanece en los rituales de la oración y en las celebraciones festivas.

Mientras que esta es la situación general concerniente a los musulmanes en esta tierra, ha surgido, por la voluntad de Allah, un nuevo espíritu, energía o como cada uno lo quiera llamar entre la generación de musulmanes jóvenes que han perdido la esperanza en la forma de vida capitalista –que ha durado poco– y que les ha sido impuesta. Se están volviendo a un conocimiento genuino del Islam e intentando redescubrir las prácticas genuinas de la dinámica comunidad del antiguo sultanato, que estaba a su vez basada en una tradición de mil cuatrocientos años.

A este respecto, la noticia que más vale la pena mencionar para invitar a viajeros musulmanes y no musulmanes a visitar Singapur es la cada vez más importante presencia de un creciente grupo de comerciantes, usuarios y activistas del dinar de oro y el dírham de plata que ponen en práctica las mu’amalat. El dinar de oro y el dírham de plata son, conjuntamente, la moneda original de los musulmanes, halal y que cumple con los preceptos de la Sharia. El Zakat de la riqueza monetaria ha sido siempre pagado con dinares y dírhams, mejor dicho, el Zakat ha sido siempre recogido y distribuido de una manera organizada bajo liderazgo político en estas monedas. Con el orden capitalista basado en la riba fallando, un grupo de jóvenes musulmanes está trabajando para restaurar el pilar caído del Zakat y restablecer la práctica perdida de las mu’amalat (comercio, mercados sin alquiler en terrenos waqf, caravanas, gremios, contratos, etc.) en Singapur. Trabajan de forma cercana con gente del mismo movimiento en Malasia, Indonesia y otras partes de Nusantara (nombre original malayo para el sureste asiático musulmán).  A través de este movimiento Singapur ha visto miles de estas monedas de oro y plata en circulación y una red de comercio llamada JAWARA Tumasik (Tumasik era el nombre de Singapur bajo el sultanato) compuesta por 85 comerciantes musulmanes.

Tres eruditos musulmanes en Singapur han emitido recientemente un juico sobre el dinero fíat titulado Al-Hujjat al Bahirah Li-I’aadati Amwaalina at-Tahirah y que significa: ‘La prueba irrefutable del regreso de nuestro dinero puro’.

Los visitantes de Singapur pueden realizar transacciones en dinar y dírham, a través de las cuales estamos viendo cómo toda Nusantara se está unificando basándose en las mua’amalat y una solo moneda con valor intrínseco, superando la muchas barreras fiduciarias impuestas a los trescientos millones de personas de Nusantara. Un cambio radical en la plataforma de comercio está ahora en proceso; esto es decir, un cambio total alejándose de las barreras comerciales del capitalismo; esto es: una nueva moneda con valor real, gremios y control de calidad, mercados libres que usan está moneda y venden aquellos productos que no vienen de corporaciones multinacionales y donde todos pueden comerciar sin pagar alquileres, financiación de negocios y contratos de sociedad –todos basados en una práctica con mil cuatrocientos años de historia y que está probada con éxito−. Eso significa que no hay bancos, monopolio, dinero fíat, capitalismo inmobiliario, deudas, impuestos, inflación, parados… y la lista continúa.

Esta es la respuesta a la crisis económica europea que nunca termina. Este podría ser, sin duda, un sitio interesante para ser visitado por europeos para aprender la posibilidad de establecer un modelo económico alternativo que está libre de usura. Este es ciertamente un lugar que merece la pena visitar: la ciudad de la usura sobre la que un movimiento Dinar y Dírham se cierne y refleja el poder de Allah.

¹El juicio se puede leer en la siguiente dirección web: http://www.dinarwakala.com/downloads/Judgment_on_Fiat_Currency.pdf

 

Hasbullah Shafi’iy nació en Singapur. Ha estudiado Política, Literatura e Historia en el Dallas College. Ahora está de vuelta en Singapur, donde es fundador de la compañía Wazir Media Pte LtdI, publica la revista Vizier y es el promotor del Movimiento Dinar y Dírham en Singapur.

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