Lo fundamental del acto médico es que el paciente
descubra realmente quién es el que cura.
Nos damos cita en Sevilla. Abdennur Segura encontró el Islam hace más de veintidós años; sevillano, médico y homeópata da respuesta para ISLAM HOY a nuestras preguntas.
Assalamu-aleikum
¿El hacerte musulmán contribuyó a que encontraras la vocación de médico?
Wa aleikum salam. Sí, pero por la sencilla razón de que encontré, en un momento dado, una claridad en mi ser. Cuando me llegó el Islam me llenó de sensatez. Empecé a entender cosas que ocurrían antes, como la predisposición ante el daño ajeno, a acercarme y cuidar o intentar paliar aunque fuese con una sonrisa o palabra. Cuando me convertí al Islam encuentro la vocación y descubro que realmente todo aquello que estaba sucediendo en aquella época se correspondía con una vocación médica que estaba ahí latente.
¿Cómo ejerce un médico musulmán la medicina?
Para mí ejercer la medicina como musulmán significa lo siguiente: que ejerzo una medicina no encubridora. En la medicina convencional hay muchas prácticas que encubren situaciones vitales, aspectos sicológicos y mentales, o el modo de vida nefasto que está llevando el paciente y que le conduce a la enfermedad.
¿Entonces, ser médico significa en cierta forma no encubrir la verdad?
El encubrimiento es uno de los grandes problemas en todas las disciplinas hoy en día. En medicina estás obligado, si quieres hacer una verdadera medicina, a no encubrir. Porque nuestro cuerpo, o mejor dicho, por extensión, nuestro ser, es un grito a voces. Cuando ocultas algo, cuando taponas o encubres un síntoma, ya pueda ser mental, emocional o físico, tarde o temprano se va a manifestar con una carga aún más violenta. Al final llega incluso a ser más perjudicial. Si lo miramos en términos económicos, hasta muchísimo más caro. Hoy en día, con la crisis, parte de la medicina no se sostiene por este tipo de cosas. Porque enfermedades que eran agudas pudieron curarse en su momento de una forma suave y siguiendo la vía natural de la curación y, sin embargo, se han ido encubriendo y finalmente se crean enfermos crónicos. Que no solo afecta al individuo sino a la sociedad como comunidad humana.
Acabas de mencionar la vía natural de la curación ¿Qué significa esta vía natural de la medicina?
Creo que medicina solo existe una, que es la que cura y la que se practica sin encubrimiento. Es decir, puede haber una medicina alopática −la convencional−, que bien llevada a cabo, fuera de la imposición que está ofreciendo lo que hoy se llama la medicina basada en la evidencia, cualquier médico puede hacer una buena medicina. Después existe también otro tipo de medicinas que han sido llamadas alternativas. Tienen un factor común todas ellas, y es que por la forma en cómo nacieron tienen un entendimiento del ser humano, con lo cual se permite que la vía natural de la curación pueda ejercitarse y pueda el ser humano empezar a notar esos procesos curativos desde sí mismo.
¿Te sientes abierto a usar y recomendar otros tratamientos en conjunción a la medicina alopática?
Hay muchas herramientas para curar. Hay muchísimas enfermedades diferentes y estas se van a manifestar de una forma muy singular en cada paciente. Por tanto, no podemos cerrarnos y pensar que vamos a tratar con un solo modelo. Hay algunas enfermedades que llegan hasta tal grado que necesitan cirugía para ser tratadas. Otras, por el entendimiento del paciente, por cómo se encuentra su vitalidad, cómo todas las enfermedades se han ido manifestando a lo largo de su vida, pues necesita de fármacos químicos. Y hay otras enfermedades, y son la mayoría, que requieren un tratamiento suave, algunas veces de una leve intervención, que será suficiente para que se estimulen los procesos curativos.
¿Tiene alguna relación el proceso curativo de una persona con su estado emocional?
El grupo mayor de enfermedades que se está produciendo hoy en día son las llamadas enfermedades funcionales. Así es como se llama desde la alopatía a la enfermedad en la que el paciente presenta una sintomatología muy inespecífica. Por ejemplo, una persona que está francamente inquieta por el estado de sus finanzas, empieza a dormir mal; no se relaja la musculatura torácica, el diafragma −sobre todo− no se relaja en absoluto, cuando se levanta por la mañana tiene algunos dolores musculares porque no ha habido una buena oxigenación, entonces los músculos están cargadísimos de calcio. Es una cosa muy sutil, que no se percibe. Lo que sabemos es que de fondo hay un pensamiento y eso no se percibe para nada. Bien, ahora va a su médico y dice: “Me duele muchísimo aquí, a nivel de las cervicales”. Y su médico no va a ahondar mucho más que en darle analgesia; cuando, en realidad, lo que está sucediendo es que ese pensamiento está produciendo una alteración en todo su modelo de vida.
¿Crees que hoy en día hace falta que la medicina haga un estudio más profundo, que el médico se acerque más enfermo, que conozca de su vida?
Desde luego. El signo de este tiempo en la medicina, como ocurre en otras disciplinas, es que está desapareciendo lo genuino y ancestral y el médico como figura ancestral está desapareciendo. Es decir, el médico, hoy en día, está apretando un eslabón en la cadena de producción de salud-enfermedad. El paciente, tal como se desarrolla la medicina actualmente, con la medicina basada en la evidencia, está sugestionado en tanto en cuanto obedece más a los datos clínicos. Está atrapado por tantos temores que necesita una evidencia total de donde se encuentra el tejido que está lesionado. El paciente ha perdido la oportunidad previa que podía haber existido antes de encontrarse con un médico que le iba a escuchar atentamente. Ese médico arquetípico está desapareciendo.
¿A qué te refieres cuando hablas de la medicina basada en la evidencia?
Lo mismo que en el ámbito de la política la gran diosa es la democracia, un tótem creado y que a todas luces no solo es que tenga defectos sino que es una cosa inviable, en medicina existe la medicina basada en la evidencia. Eso consiste en un corpus que se hace en todo el orbe, ayudado por los medios de comunicación actuales, que hace que todo conocimiento esté muy bien sujeto a una serie de parámetros científicos con unos ensayos clínicos que están muy bien determinados. A su vez, la medicina basada en la evidencia tiene un entramado financiero fundamentado en la industria farmacéutica.
¿Se ha convertido la medicina en un asunto político y financiero?
Es ineludible. Debería existir una separación entre lo financiero y el conocimiento. Considero que es necesario que la sociedad tenga un equilibrio vital. La figura del médico es sustituida por la figura de algo a donde tú no puedes hacer llamadas de reclamación, que es la medicina basada en la evidencia.
Entonces, para salir de este entramado político-financiero-médico, reivindicas la figura del médico arquetípico. ¿Cómo desarrolla un médico en este momento esa figura médica?
Esto lo enfoco obviamente de una forma muy personal. Considero que en esta situación lo que es fundamental es que el médico tenga taqwa de Allah. La taqwa le va a hacer que esté comprometido con sus pacientes y que su primordial misión sea la de curar. No es cuestión de que les dé un discurso de taqwa de Allah a sus pacientes, sino que sepa transmitírselo a sus pacientes. Porque lo fundamental del acto médico, y concretamente como musulmán, es que el paciente descubra realmente quién es el que cura. Y que el médico no es más que un acontecimiento más en ese proceso curativo.