Dr. Jürgen Todenhöfer es un ex político, ex gerente de una empresa de comunicaciones y activista por la paz que nació en Alemania en 1940. Fue juez en 1972, y de 1970 a 1990 fue miembro de la Cámara baja del Parlamento alemán. En 1975 viajó a Chile para entrevistarse con Pinochet y negoció con éxito la liberación de 4.500 presos políticos. En 1980 se aventuró a viajar desde Paquistán al Afganistán ocupado por los soviéticos con un reportero gráfico y algunos independentistas afganos. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 publicó varios best sellers. Ha viajado durante décadas por los diferentes países islámicos escribiendo sobre ellos. Como punto central encontramos en sus libros una apuesta por la paz a través de negociaciones. Los honorarios de su trabajo son donados a los niños de Afganistán, Irak, Jerusalén, Siria y Congo. Tanto en los conflictos de Irak, Siria e Irán, Todenhöfer abogó a favor de las negociaciones por parte del Gobierno estadounidense. En 2011 fue uno de los pocos periodistas occidentales a quien el presidente Assad recibió. En diciembre de 2014 estuvo dos semanas junto a su hijo en Mosul, en el área de gobierno del así llamado Estado Islámico. Esto le convierte en el primer periodista de Occidente que tuvo acceso a las zonas ocupadas por el EI y pudo regresar de ellas sin peligro.
¡Por favor, ayudad a que estas diez injusticias se griten cada día en el mundo!
- El mundo occidental llora por las dos víctimas del terrorismo de Copenhague. Yo también. Pero, ¿quién llora por los tres jóvenes musulmanes asesinados en Chapel Hill? ¿O por los cinco bebés que murieron congelados bajo los escombros de Gaza? ¿O por las víctimas civiles de los drones que mueren casi a diario? ¿Es la sangre musulmana tan barata?
- Si Pegida no se manifestase por la “liberación” de Europa del Islam, sino del judaísmo, este movimiento racista estaría ya desde hace tiempo prohibido. ¡Y con razón! ¡Cualquier tipo de racismo es lamentable!, el que está en contra de los judíos, pero también el que está contra de los musulmanes. En este momento el racismo contra los musulmanes es predominante.
- Desde el año 1990 han sido asesinados en Alemania veintinueve musulmanes a manos de extremistas radicales: la célula neonazi NSU, organización terrorista, asesinó a extranjeros entre 2000 y 2006; en Mölln, una pequeña ciudad, en 1992 murieron tres mujeres turcas, dos de ellas niñas, tras un incendio en dos viviendas provocado por alemanes neonazis; en Solingen, ciudad donde en 1993 murieron, de nuevo por un incendio provocado, cinco mujeres turcas; etc. Ningún alemán ha sido nunca asesinado en Alemania por terroristas musulmanes. ¡Ninguno! Debemos acabar con esta histeria del terror y doble moral.
- Nuestras guerras sin sentido en Afganistán, Irak y Libia con cientos de miles de civiles muertos han alimentado el terrorismo. Es la (falsa) respuesta a nuestra agresividad. El terrorismo es la guerra de los pobres, y la guerra contra el terrorismo es la de los ricos. La guerra lleva al terrorismo, el terrorismo a la guerra. Y en ese círculo asesino están los que ganan fortunas: las empresas de armamento americanas, pero también las alemanas.
- Lanzar bombas es extremadamente estúpido. Es igual que intentar acabar con una plaga de avispas dando golpes con un palo en su nido. Las ideologías no se pueden destruir o disparar, tienen que ser rebatidas. Hay que extraerlas de su caldo de cultivo A los fans de bombardear continuamente, les digo: no hay bomba ni cohete que caiga sólo sobre los culpables.
- El Estado Islámico y Boko Haram perjudican al Islam mucho más que todos los enemigos del Islam juntos. El terrorismo tiene tan poco que ver con el Islam como la violación con el amor. O Pol Pot con Karl Marx. Lo mismo pasa con el supuesto terrorista cristiano Joseph Kony, quien pretendía establecer en África un Estado de Dios basado en los diez mandamientos con niños soldado y asesinos en serie. ¿Asesinar en nombre del amor al prójimo cristiano? ¡Absurdo! También Kony utiliza la religión como máscara, como todos los terroristas.
- Todos los políticos que votan a favor de las guerras deberían pasar cuatro semanas en el frente. Y los hombres que están detrás del terror y que secretamente financian el terrorismo deberían luchar ellos mismos. Pero ellos siempre dejan que sean otros los que se inmolen con bombas. No habría ni más guerras ni más terrorismo. La guerra y el terrorismo son solamente “cool” para los que no tienen que padecerlas.
- Ambas partes, no obstante, creen ser los héroes. Sin embargo, la muerte de inocentes es un crimen cobarde. Y da igual que sea Bin Laden, Bagdadi, Bush u Obama el que esté detrás de esas muertes. Sólo cuando los políticos y los terroristas se avergüencen un día de sus guerras y atentados, en vez de considerarse héroes y mártires, habremos alcanzado nuestro propósito: un mundo sin guerra y sin terror.
- Para mí no existe ninguna diferencia entre los que luchan en guerras ofensivas, que van en contra del derecho internacional, y los terroristas. ¡Preguntad a las madres de las víctimas inocentes! ¡En Copenhague, en París! ¡Pero también, por favor, en Afganistán, Paquistán, Irak, Somalia, Yemen y Gaza!
- Gaza muestra que la mayoría de políticos no han aprendido nada. Primero encierran a 1,8 millones de personas en una prisión al aire libre, luego los bombardean por completo y después dejan que estas personas desamparadas y encerradas se rompan corporal y mentalmente. Esto no es sólo la vergüenza de Netanyahu, sino también la nuestra, porque miramos sin hacer nada. El Derecho penal lo llama “homicidio por omisión”. ¡Cobardes!
Queridos amigos, estas diez injusticias no se me quitan de la cabeza. La doble moral de Occidente me deja sin palabras, porque hace posible el círculo asesino de guerra y terrorismo. Mientras yo tenga voto, les gritaré a los que fomentan la guerra y el terrorismo: “¡Paz, por Dios, paz!”. Por favor, ¡gritad conmigo! No podemos rendirnos ante la muerte y la estupidez.
Vuestro, Jürgen Todenhöfer.