Estamos acostumbrados a escuchar que vivimos en la era de la comunicación. También estamos acostumbrados a ser bombardeados constantemente con cada vez mas información, mas luces, alertas, noticias, datos…un no parar de requerir nuestra atención sobre los asuntos mas triviales y los mas cruciales.
Para algunos esta empezando a ser realmente preocupante es el exceso de información con la que nos permitimos ser bombardeados. Este exceso adormece nuestra capacidad de atención y modifica nuestra conducta y nuestro intelecto, ya sea consciente o inconscientemente. Y esto en muchos casos puede llegar a ser preocupante. Tanto a nivel social como colectivo modifica nuestro comportamiento.
Aparte de este asunto, dicha sobrecarga de información y la facilidad con la que llega a nosotros hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías, tiene otras consecuencias importantes:
Gracias a la inmensa capacidad que parece haber adquirido «la nube» hoy en día es, para muchos, normal el pensar: «bueno no necesito preocuparme por guardar o conocer sobre esto o aquello, esta en internet, cuando lo necesite voy y miro». Pero no, la información no tiene porque quedarse allí siempre, y si, puede llegar a desaparecer con mucha mas facilidad de lo que parece
Esto ya desde los primeros comienzos de la informática, cuando esta era un coto privado de muy pocos, ha sido planteado como un asunto a tener muy en cuenta. Hoy en día si quisiésemos recuperar una información almacenada en disquetes en los años 80-90 nos veríamos en serios problemas, si es que esta aun no se hubiese corrompido y perdido para siempre. Esto es debido, principalmente, a que los formatos de almacenamiento se basan en el electromagnetismo y tienen una vida muy reducida y a que la tecnología usada para interpretar dicha información, hace tiempo que quedo obsoleta, tanto programas como maquinas.
De esta manera y aunque hoy en día mediante las redes sociales y las nuevas maneras de trabajo online, entre otros, se generen diariamente cantidades ingentes de información, que solo van en aumento, se están perdiendo a su vez gran parte de las mismas.
Es fácil que muy poca parte de esa información fuese realmente útil desde el punto de vista practico. Aun así y a pesar de los esfuerzos que se están realizando para mantener aquella información que sea importante, es muy fácil que en unas décadas nos encontrásemos con que lo que hoy llamamos la era de la comunicación se recuerde no obstante como una edad oscura con grandes vacíos de información.
Esto puede parecer un detalle trivial dada la gran cantidad de información prescindible, simple charla o información instantánea que solo es útil en el momento. Pero se esta dando la tendencia de prescindir de otros formatos físicos, tanto en el campo de la cultura y lo social como en el comercio y el gobierno. Esta información que sino clave se podría clasificar como importante desde el punto de vista actual muchas veces solo es almacenada de forma electrónica. Hasta el punto que la perdida de alguna de esa información podría llegar a ser crucial.
Esta situación es remarcable porque esta perdida de datos no es debida o puede llegar a ocurrir por un gran cataclismo o ataque externo (los ya comunes ciberataques entre otros) sino sencillamente por nuestra dejadez e inconsciencia.
Dicho todo esto lo mas importante a remarcar del asunto no es prescindir de la tecnología. Ni mucho menos, sino hacer un uso consciente de ella, decidiendo hasta que punto deseamos que nuestros asuntos dependan de una tecnología determinada y siendo conscientes de lo volátil que puede llegar a ser la información almacenada electrónicamente.