La Universidad inglesa de Birmingham ha hallado unos fragmentos del Corán que podrían ser los más antiguos del mundo, de más de 1.300 años de antigüedad. Las piezas llevaban al menos cien años archivadas en una colección de libros y documentos de Oriente Medio en la biblioteca de la universidad, sin que nadie advirtiese de su importancia.
Los fragmentos fueron descubiertos por un catedrático que hacía una investigación, por lo que solicitó estudios de radiocarbono, que han confirmado la antigüedad del material. La directora de colecciones especiales de la universidad, Susan Worrall, dijo a la BBC que los expertos que evaluaron el texto no imaginaron «ni en sueños» que fuese tan antiguo. «Descubrir que teníamos los fragmentos más antiguos del Corán en todo el mundo ha sido emocionante», afirmó Worrall.
Los análisis fueron realizados por la Unidad de Acelerador de Radicocarbono de la Universidad inglesa de Oxford, que establecieron que los fragmentos fueron escritos en piel de oveja o cabra y que podrían ser de los más antiguos del Corán aún existentes.
Las pruebas aportaron una variedad de datos, pero establecieron con una probabilidad del 95 por ciento que el material fue escrito entre los años 568 y 645, por lo que lo sitúa en el periodo en que se inició el islam con el profeta Muhammad en La Meca.
«Las fechas nos llevan a los años de la fundación del islam. Según la tradición musulmana, el profeta Muhammad recibió las revelaciones que conforman el Corán, las escrituras del islam, entre los años 610 y 632, el año de su muerte», dijo David Thomas, profesor de cristianismo e islam de la Universidad de Birmingham.
«La persona que los escribió bien pudo haber conocido al profeta Muhammad. Probablemente lo habría visto, lo habría escuchado. Lo habría conocido personalmente», según el catedrático. Los fragmentos que contienen aleyas (lineas o versiculos) de las suras (capitulos) 18 a 20 están escritos en hijazi, una forma antigua de árabe.
Debido a que los análisis de radiocarbono no identificaron un año concreto, sino una amplia franja de fechas -de casi 80 años-, es difícil establecer con seguridad que se trata de los fragmentos más antiguos del mundo, pues hay otros textos del Corán, en colecciones públicas y privadas, que tienen una antigüedad similar.
El experto en manuscritos de la Biblioteca Británica, en Londres, Muhammad Isa Waley, resaltó que se trata de un «descubrimiento emocionante», que «alegrará» al mundo musulmán. Waley ha explicado que los folios hallados en Birmingham son «preciosos» y escritos a mano en un «hijazi legible» y probablemente elaborados en las fechas de los primeros califas.
Según la universidad, los folios forman parte de la colección Mingana, formada por más de 3.000 documentos de Oriente Medio reunidos en los años veinte del siglo pasado por Alfonso Mingana, nacido cerca de Mosul, en el norte de Irak. En su día, Mingana tenía la misión de hacer viajes a Oriente Medio para adquirir documentos, bajo el patrocinio de Edward Cadbury, de la dinastía de la famosa fábrica de chocolates.
El hallazgo ha sido recibido con gran entusiasmo por la comunidad musulmana en Birmingham, por lo que la universidad ya ha adelantado que los fragmentos serán expuestos en algún momento al público. «Cuando vi estos folios me emocioné mucho. Tenía lágrimas de alegría. Y estoy seguro de que gente de todo el Reino Unido vendrá a Birmingham a verlos», dijo el presidente de la Mezquita Central de esa ciudad del centro de Inglaterra, Muhammad Afzal.
Fuente: El Pais