Francia está a punto de dar un golpe de gracia a las controvertidas negociaciones sobre el tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos.»Las discusiones no podrán alcanzar un acuerdo de aquí a fin de año. Francia no lo podrá aprobar», ha dicho el presidente Hollande este martes ante sus embajadores en el Elíseo. Matthias Fekl, secretario de Estado francés de Comercio, ha anunciado esta mañana que Francia pedirá el mes que viene a la Comisión Europea la paralización “definitiva” de las conversaciones para el acuerdo transatlántico de comercio e inversiones (TTIP en sus siglas en inglés).
Hollande ha argumentado que hay «desequilibrios evidentes» en esa negociación. En su intervención durante la reunión anual de todos los embajadores franceses en el exterior, Hollande ha insistido en que Francia «rechaza la mundialización sin reglas» y que todo acuerdo comercial debe estar «basado en la reciprocidad», una condición que no se cumple en este caso en opinión de París, y sí en el acuerdo que se negocia con Canadá.
Fekl ha declarado a la emisora RMC que el fin de las negociaciones, que arrancaron hace tres años y ya han consumido 14 rondas, debe ser “puro, simple y definitivo”. “No hay más apoyo político de Francia a esas negociaciones”, que han generado “mucha desconfianza y miedo”. Francia ha sido el país europeo más crítico con ese tratado y en abril endureció al máximo sus posiciones y llegó a amenazar con boicotear las negociaciones. “Francia siempre puede decir no”, advirtió ese mes Hollande pocos días antes de ver al presidente Barack Obama en Hannover. Sus exigencias se concretan en la protección de sus intereses agrícolas y culturales o en la reciprocidad en el acceso a los mercados financieros y contratos públicos a ambos lados del Atlántico. Si desaparecen los aranceles y se armonizan los controles, Francia teme la masiva llegada a Europa de productos agrícolas y ganaderos más baratos y, además, tratados con hormonas o antibióticos. También ha condicionado la continuación de las negociaciones a que, en caso de conflicto entre una multinacional y un Estado, el litigio se resolviera con mayor transparencia. Washington prefiere que se haga a través de un tribunal de arbitraje con miembros elegidos por la empresa y el Gobierno de turno y en sesiones a puerta cerrada. La Comisión Europea acepta el arbitraje, pero también pide más transparencia. Fekl ha anunciado que explicará la posición de Francia en la reunión de ministros de Comercio de la UE prevista para finales de septiembre en Bratislava. Es la Comisión Europea la encargada de negociar con Estados Unidos, pero el secretario de Estado Fekl no culpa al ejecutivo comunitario -«no es la Comisión la que está en entredicho en este tema, sino Estados Unidos». «Los americanos no dan nada o, en todo caso, migajas. No se negocia así entre aliados». Las negociaciones «no están a la altura de las históricas relaciones entre Europa y Estados Unidos».
Los socios europeos se posicionan
Antes de que París anunciara el fin del tratado comercial y de inversiones, en Berlín ya habían puesto el último clavo en su tumba. Fue el vicecanciller y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, el que este fin de semana calificó el pacto europeo-estadounidense como “fracasado de facto”. “Aunque nadie se atreva a admitirlo”, añadió Gabriel, también ministro de Economía en el Gobierno de Angela Merkel. El líder socialdemócrata se esforzó por diferenciar entre el TTIP, que considera ya muerto, con el tratado con Canadá, al que defendió. Gabriel, antiguo defensor de los tratados de libre comercio, trata con este movimiento de ganarse a la parte más izquierdista de su partido y de paso aumentar sus perspectivas electorales con un tema que moviliza a grandes capas de la población. Más de 150.000 personas se manifestaron en Berlín el pasado mes de octubre contra el TTIP; y para el próximo 17 de septiembre están previstas marchas en varias ciudades alemanes contra los acuerdos comerciales con EE UU y Canadá. El giro de Gabriel frustra los planes de la canciller Merkel, que se comprometió a sacar adelante un tratado que considera indispensable para potenciar el crecimiento económico a ambos lados del Atlántico. Así lo repitió el pasado mes de abril, durante la que sería la última visita a Alemania de Barack Obama como presidente estadounidense. El partido de Merkel arremete ahora contra Gabriel por sus críticas al TTIP. “Habría que recordarle que como ministro de Economía debe su cargo al pueblo alemán, no al SPD o al sector izquierdista del partido”, le lanzó el secretario general de la CDU, Peter Tauber, informa Luis Doncel desde Berlín. El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, aseguró este martes que las dos partes estaban todavía «a mucha distancia» de los estándares necesarios para una correcta negociación. Steinmeier admitió que se está «muy lejos» del pacto consensuado con Canadá. En Italia, el ministro de Comercio e Industria, Carlo Calenda, afirmó que es «esencial para los exportadores italianos que las negociaciones lleguen a buen puerto». Calenda aseveró en una entrevista concedida al Corriere della Sera que «el TTIP se va a fimar. Es inevitable».
Estados Unidos insiste en el acuerdo
El representante del comercio estadounidense, Michael Froman, reaccionó a las declaraciones de Gabriel y aseguró al periódico alemán Der Spiegel que «las negociaciones siguen en progreso constante«, informa Reuters. El anuncio francés se concreta en pleno ambiente electoral, a ocho meses de las presidenciales. La dividida izquierda se ha mostrado siempre crítica con el tratado de libre comercio. El puñetazo francés en la mesa llega solo dos meses después del Brexit. Reino Unido, que ahora debe negociar su salida de la UE, ha sido el principal valedor del TTIP en Europa.
Fuente: El País