Introducción
La vida en las ciudades y las muchas ocupaciones han llevado a las comunidades de musulmanes a hacer uso de hojas y programas de horarios que marcan el momento de los salawat. En ellos se ha hecho coincidir, con mayor o menor fortuna, dos ámbitos que fueron familiares desde la antigüedad postclásica: el fiqh y la astronomía. Como es sabido, la creencia fomentó el conocimiento científico -particularmente las matemáticas y la astronomía- en una relación sana difícil de reconocer hoy.
El fiqh y su interpretación
En el fiqh -nos centramos aquí en el máliki– la entrada de los momentos del salat está bien precisada:
-) Fayar: momento en que comienza a ser perceptible en el ambiente el primer signo de luminosidad por la aurora, y termina poco antes del amanecer.
-) Duhur: momento inmediatamente posterior al que está señalado por tener los objetos verticalmente colocados su sombra mínima en el día.
-) Asar: momento en que la sombra de los objetos verticalmente colocados mide igual que la sombra mínima más la longitud del objeto.
-) Magrib: momento en el que se oculta por el horizonte la corona solar, aunque perduren los efectos luminosos de sus rayos en el entorno.
-) Isha: momento en el que desaparece todo vestigio de la luz solar del crespúsculo.
La interpretación matemática
El principal problema al interpretar matemáticamente el fiqh surge de concebir el concepto de crepúsculo, luz dispersa por refracción en la atmósfera antes de salir el sol (amanecer) y después de ponerse éste (anochecer). El crepúsculo se ha asociado a depresiones solares de 6 (civil), 12 (náutico) y 18 (astronómico) grados. El momento del fayar (respectivamente isha) se señala por alcanzarse el crepúsculo astronómico y decreciendo (respectivamente creciendo), aunque diferentes grupos solventes de musulmanes han adoptado otros criterios para el ángulo variando las elecciones entre 15 y 19.5 grados, incluso distinguiendo en el uso del ángulo según se trate de la isha o el fayar. En Granada, por ejemplo, se usa el ángulo de 18 grados para ambos momentos, al igual que en la Universidad de Ciencias Islámicas de Karachi. La ISNA (Islamic Society of North America, por sus siglas en inglés) lo fija en 15, indiferentemente.
El cálculo de la puesta de sol y el de su salida es muy delicado, pues influyen bastantes factores de difícil ponderación: forma del horizonte, naturaleza de las coordenadas que se consideran (topocéntricas versus geocéntricas), influencia de la refracción de la luz (depende de la densidad de la atmósfera), altura del lugar, extensión del área de validez de los cálculos, orografía de la zona, etc. En la mayoría de los casos se toman para el cálculo coordenadas topocéntricas, se incluye la refracción de la luz para una puesta de sol aparente y se toma en consideración la altura del lugar más alto en el área de validez.
El cálculo de los momentos del duhur y asar no tiene dificultad alguna y está exento de polémica, al margen de la directriz de la escuela seguida.
El uso de la tabla de tiempos
Cuando se cuenta con una tabla de tiempos con las características que se han explicitado más arriba, como es el caso de la ciudad de Granada (España), se ha de usar cuidadosamente. Las principales directrices explicadas por momentos del salat son las siguientes:
-) Fayar. Se ha observado que calculado con el crepúsculo astronómico se obtiene mucha fidelidad. Sin ir más lejos, instantes después nace el bullicio de los pájaros al comenzar su actividad diaria. A partir de ese momento se puede hacer la oración y se puede dejar de comer algún tiempo antes del mismo en Ramadán. Creemos idóneo ese ángulo. No se debe postergar la oración del fayar al momento calculado de la salida del sol, pues éste habrá salido aunque la visibilidad de la corona dependerá de las irregularidades del horizonte.
-) Duhur. La mayoría de los teóricos y las recetas de cálculo cifran la entrada de este tiempo a los cinco minutos del medio día astronómico del lugar. Es un tiempo de oración largo.
-) Asar. Se puede hacer la oración en el momento fijado por el cálculo.
-) Magrib. En los supuestos antes referidos para el cálculo del magrib, puede ofrecerse la oración del magrib justo en el momento calculado y también romper el ayuno. De todas formas, en el asunto de la puesta del sol nunca creemos ser lo suficientemente pesimistas, dada la enorme complejidad de cálculo antes referida.
-) Isha. Nos inclinamos por considerar que el momento de la isha y el fayar son simétricos y que deben ser calculados mediante el mismo ángulo de 18 grados. Sin embargo, por la experiencia, no consideramos descabellada la asimetría en el cálculo: considerar para el fayar el ángulo de 18 grados y para la isha el de 17. Esto significa que la isha se adelantaría algo. En cualquier caso, la oración de este momento puede hacerse inmediatamente llegado el momento fijado por el cálculo.
Consideraciones generales
Cualquier tabla de horarios para la oración es un mero consejo, que estaría supeditado a la observación del adorador. Sin embargo, una tabla bien hecha no debe ser menospreciada dado su valor unificador.
El que usa una tabla debería hacer averiguaciones previas sobre distintos aspectos de su elaboración. Se debería descartar una tabla que no tuviese en cuenta la refracción de la luz como factor de cálculo para el magrib, máxime si no tiene en cuenta la altura del lugar. Este último rasgo sería suficiente para descartarla. No tiene sentido usar una hoja válida en un área de pocos metros cuadrados; ¿habría de tener cada vecino la suya? El uso de la hoja debe estar desapegado de la actitud compulsa, especialmente en Ramadan. Sobre todo en este mes no debería servir nunca de polémica lo que se acepta sin ella a lo largo del año.