Documental: ‘Searching for sugar man’

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‘Searching for sugar man’

(Buscando al “hombre del azúcar”)

 

Luqman Nieto

Granada

Seguro que a estas altura ya habréis oído hablar de Sixto Rodríguez, el rock star de los 70 que en realidad nunca lo fue, y del documental Searching for Sugar Man (Buscando al “hombre del azúcar”), pero yo quiero contaros mi pequeña búsqueda de Sugar Man y de Sixto y de esta historia tan inusual y emocionante.

Hace poco, en un viaje a Sudáfrica, mientras viajaba en el avión y navegaba en uno de esos modernos sistema de entretenimiento que van pegados al asiento –para que no te muevas mucho– y pensaba qué podía ver, encontré este documental, una joya.

Poco después ganaba el Oscar al mejor documental, y con razón. No solo es una producción muy buena técnicamente, sino que cuenta una historia de las que son difíciles de olvidar. Es una historia de un hombre y su destino, de las vueltas que da la vida, de lo inexplicable e impredecible que puede ser a veces y de cómo mantener la compostura frente a la adversidad.

Es la historia de Sixto Rodríguez, un músico estadounidense de padres mejicanos, que no triunfó en los setenta a pesar de la calidad de sus letras y de su música. Después de sacar su segundo álbum “Coming from reality”, en 1971, y a pesar de trabajar con algunos de los mejores productores de la Motown del momento, no tuvo ningún éxito y dejó la música. De todos los entrevistados en el documental ninguno se explica el porqué de este fracaso, cuando parecía que Sixto lo tenía todo: buena música, buenas letras y carisma artístico. Desde ese momento Sixto se dedicó a hacer todo tipo de trabajos y gran parte de su vida la pasó trabajando en la construcción.

Pero la música de Sixto triunfó en un lugar muy alejado de su América natal, en Sudáfrica. Alguien llevó un LP de Sixto a este país y allí se hizo famoso vendiendo casi medio millón de discos. Se convirtió en la voz de la resistencia. Entre los jóvenes era tan famoso como los Beatles, e incluso más que los Rolling Stones. Debido al clima político de Sudáfrica en ese momento, durante el apartheid, y a la poca comunicación de esa sociedad con el extranjero,  nada de ese éxito, ni de ese dinero, llegó a Sixto que continuó con su vida. El Gobierno del apartheid, que censuraba sus letras y no veía con buenos ojos su música, sí tenía relación con el resto del mundo, y supo del fracaso de este músico. Al poco se publicó en algunos periódicos que Sixto de había suicidado en un concierto, lo que no hizo sino aumentar su leyenda en este país.

Pero las circunstancias de esa muerte no estaban claras y al terminar el apartheid, y abrirse la sociedad a una comunicación más fácil con el exterior, un grupo de seguidores de su música inició una búsqueda para dar con ese artista que se habían dado cuenta que nadie conocía excepto en Sudáfrica. De ahí el nombre del documental Searching for Sugar Man. “Sugar Man” es el nombre de una de sus canciones. El director del documental, Malik Bendjelloul, se encontró con esta increíble historia en una pequeña tienda de disco de Cuidad del Cabo. El documental no solo cuenta la historia de Sixto, sino también  la búsqueda de este grupo de fans del músico de leyenda que no existió.

El documental relata esta búsqueda a la vez que nos cuenta cómo fue la vida de Sixto durante todos esos años, en los que a pesar de vivir de forma muy humilde con su familia, y de algo tan diferente como es la construcción de la música, nunca perdió su forma, carácter y carisma de artista. Termina con un concierto multitudinario en Sudáfrica delante de veinte mil persona, cuando Sixto nunca antes había tocado delante de más de una veintena, y ahí emerge su naturaleza, llena de grandeza, carisma, saber hacer y humildad.

El otro día, al encender la radio en mi casa, estaban poniendo una de las canciones de Sixto: “I think of you” y al escucharla me invadió una inexplicable alegría. A través de este documental y gracias a la exposición mediática que un Oscar conlleva, Sixto está teniendo el reconocimiento artístico que se merece, aunque eso no le haya hecho cambiar la forma en la que vive: sigue viviendo en la misma casa de los últimos cuarenta años, en Detroit.

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