Circovid. Tiempos extraños, tiempos kafkianos

Interregnum: período de tiempo en el que un mundo se hunde y otro no acaba de nacer.

Cuando uno baja de las montañas después de haber pasado allí unos días, asalta a la vista este espectáculo grotesco de gentes uniformadas con la mitad inferior del rostro cubierto por un trozo de tela, que los muestra en su mayoría como televidentes.

Cuando uno llega a la ciudad por la madrugada viniendo de zonas rurales alejadas de este espectáculo sórdido y gris, la gente camino a sus trabajos bajo un halo de impotencia y conformidad, sólo parece ganado al que trasquilan una y otra vez, reducido ello a su razón de existir, lo que muestra hoy más que nunca a las ciudades como campos de concentración.

El adjetivo kafkiano proviene del apellido del escritor checo de origen judío Franz Kafka, y se refiere a una situación trágica y absurda, y que a la vez costaría imaginar fuera de la concepción del mundo de una mente barroca, retorcida y recargada. No obstante, mucho de lo que estamos viviendo en este período reúne esas características.

En las novelas de Kafka aparecen potentes alegorías del tipo de mundo en el que se ha convertido ahora el nuestro. En La metamorfosis, Gregorio Samsa, su protagonista, ha despertado después de un sueño intranquilo convertido en un escarabajo y ya no puede plantearse la vida que había conocido antes de eso, por lo que asume un auto encierro.

Del mismo modo, nuestras sociedades globalizadas, metidas en la cartera de unos pocos especuladores que manejan los medios de desinformación y propaganda y que hace tiempo han permeado también al cartel farmacéutico, han sido convencidas de una grave amenaza por la cual deben guardar prisión domiciliaria grandes segmentos de población, a excepción de quienes son autorizados a salir porque se les presumen labores esenciales.

(Una visión acerca de un supuesto problema sanitario y las medidas que se implementan presuntamente para combatirlo, que eluden constantemente ser contrastadas, discutidas o debatidas, y un relato constantemente repetido, devienen en simple propaganda)

El resto, sujeto a este estado carcelario, descrito cínicamente como una situación de “emergencia” (que va camino a cumplir su segundo año), en contextos en los que los payasos sometidos al globalismo financiero gobiernan por decreto y utilizan a las fuerzas armadas como aparatos de control y vigilancia -el sueño húmedo de cualquier tirano-; tragan desinformación a raudales, y todavía muchos creen a pie y juntillas que todo pasará cuando se apliquen una terapia génica en fase experimental contra cuyos efectos adversos -posibles modificaciones genéticas permanentes y ocasionantes de graves desbalances en el sistema inmune- sus fabricantes se han blindado jurídicamente, y cuyas consecuencias a mediano y largo plazo son desconocidas incluso para ellos.

Por el contrario, lo prometido por las instancias presentadas como autorizadas en esta llamada situación de emergencia, la situación de excepcionalidad no se ha terminado con la panacea de las “vacunas”. Una vez comenzado el proceso de inoculación han aumentado “los casos”. Sólo que ahora en lugar de “enfermos asintomáticos” (pcr -falsos- positivos), después de diez meses volvió a subir el número de personas en las ucis, y para que nadie lo relacionara, empezó a hablarse de “nuevas cepas”. Los bozales y el distanciamiento social se han mantenido y la cínicamente acuñada expresión el pasado año de “nueva normalidad” -un oxímoron-, ha encontrado una ampliado en las voces oficiales que comienzan a repetir que la nueva subnormalidad (por debajo de la normalidad), “ha llegado para quedarse”.

En otra obra del escritor checo, El proceso, Josef K. es arrestado una mañana por una razón que desconoce. Desde este momento, el protagonista se adentra en una pesadilla para defenderse de algo que nunca se sabe qué es y con argumentos aún menos concretos, tan solo para encontrar, una y otra vez, que las más altas instancias a las que pretende apelar no son sino las más humildes y limitadas, creándose así un clima de inaccesibilidad a la ‘justicia’ y a la ‘ley’, de modo semejante a las sociedades actuales, que sin saber por qué, se ven en una situación de arresto, su libertad secuestrada, sometidas a un proceso cuyos cargos y acusaciones ignoran, obligadas a convivir de un modo pragmático con una serie de medidas surreales que se prolongan de un modo indefinido.

De la situación descrita, así como de aquellas otras aparecidas en el género distópico, tanto literario como cinematográfico, como en el Orwell 84, donde se describe una sociedad controlada por el “ministerio de la verdad” que decide qué se tiene y qué no se tiene por tal, de modo semejante a nuestra situación actual en las que los dueños de la Big Tech conectados con la Big Pharma, deciden la admisibilidad de las publicaciones en las llamadas “redes sociales” según sus criterios (e intereses), haciendo honor a su categorización como “cibercracia” por parte del analista geopolítico mexicano de origen sirio, Alfredo Jalife Rahme, demostrando su condición de censores vía “Fact checks” (agencias tan independientes de sus dineritos como lo fueron el 2008 las “Agencias calificadoras de riegos” respecto a ciertos “activos” de los bancos calificados como seguros -“hipotecas basura” que no podían ser pagadas, vendidas por todos lados-) Respecto a todo esto, sólo podemos comentar que, “Cualquier parecido con la realidad es sólo coincidencia”.

Justo hace poco más de un año, en febrero de 2020, el filósofo italiano Giorgio Agamben advertía acerca de una “tendencia creciente a utilizar el estado de excepción como paradigma normal de gobierno” (“agotado el terrorismo”, llega esta pandemia) y “la limitación de la libertad, aceptada en nombre de un deseo de seguridad que ha sido inducido por los mismos gobiernos que ahora intervienen para satisfacerla”.

Un mes después, en marzo de 2020 escribía “Lo primero que muestra claramente la ola de pánico que ha paralizado al país es que nuestra sociedad ya no cree en nada más que en la vida desnuda. Es evidente que los italianos están dispuestos a sacrificar prácticamente todo, las condiciones normales de vida, las relaciones sociales, el trabajo, incluso las amistades, los afectos y las convicciones religiosas y políticas ante el peligro de caer enfermos”, asegurando que “una sociedad que vive en un estado de emergencia perpetua no puede ser una sociedad libre”.

Lo anterior podemos complementarlo con nuestro querido escritor y filósofo alemán, Ernst Jünger: “La tiranía sólo puede llegar a ser posible en aquellos sitios donde la libertad se ha domesticado y diluido en un huero concepto de sí misma”

Pero también decía este eminente autor en La emboscadura, que el ser humano libre es aquel que aún en el último rincón, el más profundo de las mazmorras, es consciente de que otros seres humanos están cavando y horadando las paredes para encontrar la libertad.

En ese sentido cabe destacar el esfuerzo del abogado alemán Reiner Fuelmich por llevar a juicio a quienes resulten responsables de todas estas medidas absurdas y sus obvias consecuencias contra la salud física y psíquica de las personas y la ruina de tantos negocios.

Por lo que es necesario decir lo que los medios callan. Primero, que hay estudios que indican una correlación positiva entre los cuadros inflamatorios severos (denominados covid -enfermedad descrita por varios investigadores como un síndrome inflamatorio no infeccioso-) y las campañas de vacunación de años anteriores contra las gripes estacionales.

Por lo tanto, sería interesante que quienes no lo han hecho aún, comiencen a oír las voces expertas apartadas del debate, como los doctores españoles Alejandro Sousa, José Martínez Albarracín, el biólogo Fernando López Mirones, la doctora catalana Natalia Prego Cancelo, la doctora mexicana Karina Acevedo, la doctora argentina Chinda Brandolino, los genetistas también argentinos Roxana Bruno y Marcelo Martínez, la doctora irlandesa Dolores Cahill, los doctores alemanes Wolgang Wodarg, Heiko Schöning, la doctora holandesa Louise Lagendijk, la genetista norteamericana Alexandra Henrion Caude; entre muchos otros.

Por supuesto, no los busquéis en youtube, porque es probable que halléis poco, o que antes que ellos encontréis un sinnúmero de comentaristas pagados que os explicarán “por qué los que dicen estos doctores está errado” (evitan el debate en los medios públicos, pero se ocupan de censurarlos en los que habían sido medios alternativos y/o de desmentirlos en estos nuevos medios monitorizados por la élite globalista) De manera que, para encontrar sus voces tendréis que buscarlos en otras plataformas como bitchute, telegram u otras.

Porque en estos tiempos en los que el emperador está desnudo y casi todos los medios -y no poca gente- hablan de su vestimenta, en el país de los ciegos el tuerto es el rey.

Por un corto período, pues la mentira tiene piernas cortas, y lo que puede brindarnos un período de gran opresión y engaño, son las ansias irreductibles de unos pocos, pero que cada vez son más, por la verdad y la verdadera libertad.

“No odiéis un mal que os aqueje, puede que a través de él Al-lah Quiera daros un bien”

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