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El artísta funámbulo, Nik Wallenda, ha completado con éxito cruzar el río ‘Pequeño Colorado’, cerca del Gran Cañón en Arizona, sin red de protección. Una cámara mostraba la vista mirando hacia el río bajo sus pies, a 457 metros. Wallenda ha caminado despacio pero con firmeza durante los aproximadamente 400 metros que debía cruzar, murmurando oraciones durante todo el camino. Ha parado dos veces en los 22 minutos que ha tardado en hacer el recorrido. Los vientos eran más fuertes de lo esperado y él ha dicho que ha demandado toda su energía mantener la concentración.
Para muchos andar sobre el alambre es una metáfora de la vida. Se comienza en un punto, se recorre procurando mantener el equilibrio, y se llega al final. Y durante el transcurso, paso a paso, procurando no poner un pie en falso, no perder el equilibrio, encuentra el funambulista todo tipo de emociones. Por eso alguien dijo «Andar sobre el alambre es un arte reservado para unos pocos, pero de alguna manera todos lo practicamos».
Esto es especialmente verdad en la familia de Nik Wallenda, él pertenece a la séptima generación de artistas acróbatas y funambulistas, y su tradición familiar se remonta a 1700.