‘De un hilo’

La montaña se ha vuelto mar. Sombra de la montaña Lion's Head en el Océano Atlántico. Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Foto de Sarah Ojembarrena.
La montaña se ha vuelto mar. Sombra de la montaña Lion’s Head en el Océano Atlántico. Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Foto de Sarah Ojembarrena.

Un segundo de contemplación se ha vuelto eterno. Alineado en la verticalidad relativa de su propio cuerpo busca la conquista.

La intención ha tomado lugar y ahora se encuentra frente a la montaña. La intención ha tomado lugar y ahora sabe que la montaña se encuentra dentro de él. Del propósito brota un compromiso y es imprescindible que alce su mirada. Debe avanzar. Hay una frecuencia en su respiración que emana de la misma roca. Con el primer intento nace el primer avance y de este, la posibilidad del segundo. El escalador  ya está dentro de la ruta.

Para la subida dispone del material necesario: pies de gato, arnés, mosquetones, asegurador, cinta, casco y cuerda entre otros. También cuenta con la destreza que le ha llevado al lugar: la fuerza, la precisión, la técnica, el equilibrio, la escucha y el poder de superación. Con todo ello se ha hecho posible la acción.

El recorrer lleva su tiempo y entre los materiales también dispone de paciencia. La misma montaña le va revelando el siguiente movimiento, el cuerpo está tomando altura y la perspectiva ya no puede ser igual. Nunca es la misma después de cada segundo. El alpinista ha experimentado un primer estado y cree que el triunfo está cerca. Justo en ese instante y quizá por la nubosidad del estado, cae montaña abajo.

De nuevo está en el principio, dispuesto a empezar. La fuerza de voluntad es un material poderoso.

La noche se echa encima y la visión se transforma. Ahora la destreza ha de ser impecable y la intimidad con la montaña se multiplica. Cada respiración marca la posibilidad de una nueva coordenada y el escalador continúa. Quizá repite sin poder evitarlo, el estado anterior ya está grabado en su cuerpo, quizá la altura haya modificado su gravedad. En cualquier caso, vuelve a caer.

La cuerda a la que se aferra se desprende por completo y el material se ha vuelto pasivo. Está solo. El alpinista, ahora, pende de un hilo. Suspendido en algún lugar grita auxilio. Cualquier sentido está más vivo que nunca y el material vital se hace presente, tiene que confiar. Para ello debe cortar la cuerda, tiene que soltar lo único que le mantiene en “vida”, lo único que piensa que puede darle una nueva oportunidad. Esa ha sido la respuesta. Y solo dentro de él puede nacer ese salto.

“De un hilo”, es un cortometraje de nueve minutos producido y dirigido por Juan Carlos Romera. La historia esta basada en un cuento sufí de tradición oral y ganó un accésit en un concurso de cortometrajes deportivos en 2005.

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